24 abr 2018

GALERIA DE BUITRES CDXLIV

Villar Mir, un mal ejemplo de empresario ejemplar
Vinculado al régimen franquista, la carrera profesional de Villar Mir ha combinado sus buenas relaciones con las altas esferas con la oportunidad y los chollos hasta convertirse en el sexto hombre más rico de España. Hoy comparece ante el Congreso por su supuesta financiación ilegal del Partido Popular
Resultado de imagen de Villar MirSe hizo rico a la sombra de Altos Hornos de Vizcaya (AHV). El horno María Ángeles le iluminaba mientras dirigía la macrosiderúrgica vasca y adquiría para la empresa, en 1973, la constructora Obrascón, de la que se libraba el Banco de Bilbao. Ese fue el germen de su imperio. Lo curioso es que 14 años después, cuando ya no estaba en AHV, fue esa la empresa que quiso para sí, y en 1987 la compró por una mísera peseta. Siempre le vio las posibilidades a los terrenos, los ladrillos y las infraestructuras públicas.
Juan Miguel Villar Mir, el sexto hombre más rico de España según Forbes, nombrado ministro de Hacienda por Arias Navarro y marqués por Juan Carlos I —lo normal entre íntimos amigos—, siempre ha sido trabajador —sí—, inteligente —mucho— y espabilado —de más, sin duda—. Partir de familia militar del régimen, tener siempre acceso a información privilegiada y relación con el poder, de manera orgánica o implementada a base de talonario, le hace a uno rico seguro, y más si en la ecuación entran la capacidad de trabajo y cierto factor suerte.
Ha concedido muy pocas entrevistas. Una de las más largas a una poco conocida publicación de la iglesia católica. En efecto, se considera muy religioso. Es ese típico gran hombre hecho a sí mismo desde el franquismo, triunfador y que, pese a la “altura moral” de la que siempre ha hecho gala, actualmente es todo un presunto corrupto que ha creado y dirigido —ahora está al frente su hijo— un grupo empresarial que ha llegado a tener un valor neto contable de 1.159.843 millones de euros.
Villar Mir ha dicho ser independiente en la política, lo cual no parece cierto conociendo que acumula seis procesos judiciales abiertos —cinco por corrupción relacionada con el Partido Popular— que le obligan cada poco a darse un paseo hasta la Audiencia Nacional.
Está imputado en España por el caso Lezo, apareció en los papeles de Bárcenas como benefactor del PP, su empresa desmantela su rama mexicana también por corrupción, y el marido de su hija, Javier Lopez Madrid —una joya de yerno—, fue detenido en 2017 por pagar millones a el expresidente madrileño Ignacio González, arrastra varias causas más y peligrosas amistades.
¿Cómo puede un hombre de su demostradísima inteligencia para estudiar, hacer dinero y reflotar empresas desde su juventud, caer en las redes de la corrupción? ¿Arrogancia? ¿avaricia? La razón no puedes ser solo económica.

Hijo de militar, católico y monárquico

Villar Mir nació el 30 septiembre de 1931 y era ya el tercer hijo de María del Carmen Mir y Fernández de Losada y Juan Villar Lopesino. Su padre, muy monárquico, como siempre ha dicho su hijo también que es, ingresa por vocación en el ejército en 1914. Luchó en el bando nacional durante la Guerra civil y, según consta en los archivos del Ejército, llegó a ser capitán del Estado Mayor, es decir, todo un directivo del ejército en plena dictadura de Franco, de la que no le gustaba que no fuera una monarquía. También fue directivo en el sector de los seguros.
La disciplina y las convicciones políticas sobre cómo debía gobernarse España las heredó de su padre, cuyo pluriempleo permitió a Villar Mir estudiar en el religioso y elitista Colegio del Pilar de Madrid —allí estudio Aznar— en el que acabó Bachillerato con el Premio Extraordinario en el Examen del Estado. Barajó ser sacerdote, pero al final se inclinó por la Ingeniería de Caminos, muy de moda en una época en la que España no estaba aun asfaltada.
Entonces la Escuela de Ingenieros dependía del Ministerio de Obras Públicas. Aprobó a la primera el dificilísimo examen y se licencio en 1955 con 18 años, número 1 de su promoción. Casi a la vez se sacó Derecho en la Complutense (1958) y después la diplomatura de Organización Industrial —curso superior de Administración de la Empresa en la EOI de Madrid, y la de Economic Development Institute (Washington D.C.)—.
En 1958 se casó con Silvia de Fuentes Bescós, a la que conoció de veraneo en Fuenterrabía. Tiene tres hijos: Juan, que es quien dirige ahora el grupo empresarial; Silvia, vicepresidenta; y Álvaro Villar de Fuente. El despacho del patrón —como le llaman sus hijos— está en la planta 52 de la Torre Espacio —la que ha tenido que vender— y en la que, cómo no, puso una capilla en la 33.
Tiene casas en Madrid, Palma de Mallorca y Sotogrande —zona que urbanizó él—, donde ha celebrado las bodas de sus hijos. Silvia, amiga de las infantas Elena y Cristina, se casó con el ya nombrado Javier López Madrid, amigo de Felipe VI f—ueron juntos al colegio Sata María de los Rosales—. Estuvo apadrinada por Emilio Botín.
Poco dado a mostrarse en público y a dar entrevistas, lo que se extrae de las declaraciones de Villar Mir es que “Dios, familia y trabajo” es su lema y que, en efecto, ha trabajado siempre hasta 12 horas diarias. Le gustan los pianos —al parecer tiene uno hasta en su barco— porque su madre era pianista, los coches de lujo que colecciona —tiene hasta un Rolls Royce—, el golf, la vela —se ha comprado varios barcos, el último un yate de 60 metros que costó de 60 millones— y posee un cuadro de Zurbarán y otro de Rubens.
El fútbol y sus negocios también le han atraído. Fue candidato a presidir el Real Madrid en 1995 y en 2006. Es patrono del Real Instituto Elcano, al que ha llegado a donar 150.000 al año, y presidente de la Fundación Ortega-Marañón —editora de la revista de Occidente— a la que salvó en 2016 con cinco millones de euros. Pertenece a tres Reales Academias: la de Ingeniería, la de Ciencias Económicas y Financieras, y en 2013 le nombraron académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, lo que, dada su actual situación judicial, parece una broma.

Nacido para administrar dinero

De la facultad se pasaba directamente a ser técnico de Obras Públicas. Villar Mir solicitó la excedencia para trabajar en 1955 en Dragados y Construcciones S.A como responsable de obras en Marbella y en 1958 ingresó como ingeniero auxiliar en el Puerto de Cádiz, donde ascendió puestos con rapidez. En 1961 era ya subdirector general de Puertos y Señales marítimas, en 1964 director general de Empleo, en 1967 presidente del Fondo Nacional de Protección del Trabajo.
Los sueldos en la función pública siempre tienen un límite por altos que sean. En 1968 comienza a presidir la privada Hidro Nitro Española S.A. Aquí es donde aparca la ingeniería, abraza la condición de empresario, se codea y aprende a lidiar con banqueros, grandes empresarios y las más altas esferas del poder de la época en general… Y donde se hizo íntimo amigo de Emilio Botín Sanz de Sautuola.
Continuó presidiendo empresas: la Nacional Carbonífera del Sur, la Nacional de Celulosas y nada menos que Altos Hornos de Vizcaya (AHV) entre 1970 y 1075, una de las más importantes de España en aquellos años. Publicaciones de la época hablan de que, gracias a él, la siderúrgica “saneó sus balances y modernizó sus gestión”. También fue donde se fraguó el comienzo de su actual imperio.
En 1973, desde AHV compra la Sociedad General de Obras y Construcciones Obrascón S.A. —la O de OHL— al Banco de Bilbao. Catorce años después, en plena reconversión industrial, cuando tantas familias eran arrojadas al paro por culpa de la misma, Villar Mir, a título particular, se hizo con el control de la constructora vasca por el precio de una mísera peseta.
Dejó AHV para hacer política de gran altura. Carlos Arias Navarro le nombró ministro de Hacienda y vicepresidente para Asuntos Económicos en el primer gobierno tras la muerte de Franco, desde ese mismo diciembre de 1975, hasta julio del siguiente año, pero volvió a la empresa para presidir Financiera Sotogrande S.A y Electra de Viesgo S.A. Fue el “creador” de la sociedad Puerto de Sotogrande S. A. y, por tanto, del elitista y selecto urbanismo de esa zona costera gaditana, no asequible a bolsillos delgados. Era la primera de las compañías en la que era socio capitalista. La primera.
En 1982 Electra de Viesgo, que suministraba electricidad en Cantabria, pasó a manos del Banco de Santander y Juan Miguel fue el elegido para presidir la compañía hasta que en 1991 esta pasa a formar parte de Endesa, después de haber multiplicado por ocho el valor bursátil de cada acción. Empresa en crisis que tocaba, empresa en crisis que salvaba.
Pero no las “salvaba” gratis. Compraba acciones de cada una de las compañías en las que trabajaba antes de reflotarlas. Con esa plusvalía invertía en sus propios negocios. Siendo aún estudiante, fundó una empresa de parrillas metálicas para electrodomésticos, Manzanares Industrias metálicas. Participó en la creación de varias inmobiliarias —Bengomar, Albéniz, Dayana, y CINTEC, SA, creada por su hermano— y en 1968 compró la finca La Nava, en Ciudad Real, como explotación agrícola y ganadera.
Ya en 1978, cuando aún estaba con el urbanismo de Sotogrande —trabajando para otros— agrupó sus empresas propias en un holding cuya cabecera era la Compañía Anónima Inmobiliaria Zaragozana (CAIZ), pero hacía negocios en el sector de la alimentación con la finca, en el inmobiliario y en el de las inversiones —Puerto de Sotogrande y Hocamansa (Hoteles de Castilla La Mancha)—. Aprendió a hacer dinero, decidió dedicarse a administrarlo y dejar ya de servir a otros.

Con la peseta que le costó Obrascón

1887 fue clave en su vida empresarial. Con un crédito de su gran amigo Botín compró a AHV la inmobiliaria Espacio S. A. por 500 millones de pesetas. Con ella vendía oficinas en las ciudades y apartamentos en zonas de playa o cercanos a campos de golf. El mismo año compra, también a Altos Hornos y por el valor de una mísera peseta, Obrascón, la constructora bilbaína que en los 60 y 70 había puesto algún rascacielos en Benidorm, apartamentos en la playa de Matalascañas y levantado barrios en Sevilla. Con Obrascón pretendía “potenciar su presencia en el sector de la construcción, y más específicamente en las carreteras, obras hidráulicas, puertos y edificación”. Es decir, obritas muy caras que conceden los políticos y pagan los contribuyentes.
Según describe su forma de reflotar compañías en el libro Cien empresarios madrileños, de Eugenio Torres Villanueva (LID Editorial), “sus pautas de trabajo eran reducir costes, potenciar la financiación propia y buscar rentabilidad”. El grupo creció desde entonces aglutinando empresas de prácticamente todos los sectores dela economía española.
El chollo de Obrascón supuso para Juan Miguel ganancias por valor de 63 millones de pesetas ya en el primer año, cuando, en vez de construir en el sector privado, lo hizo para el público. En 1989 tenía una cartera de obra pública —y algo de privada— de 12.000 millones de pesetas. En 1990 ganó con ella 750 millones porque, además de construir, explotaba, promocionaba y conservaba obras y servicios públicos y gestión de aguas. Estas últimas actividades provenían de concesiones públicas, es decir, decididas por instancias políticas.
En 1991 salió a bolsa y creció adquiriendo otras pequeñas constructoras y, sobre todo, al unirse a Construcciones Huarte en 1996 y a Construcciones Laín en 1999. Este último año es en el que se constituye OHL con las siglas de las tres empresas. Él es nombrado presidente con el 50% del accionariado y ya ese año llega a facturar 263.000 millones de pesetas.
Su actividad no se centró solo en la construcción. Las empresas que fueron formando el Grupo Villar Mir más allá de OHL tenían líneas de negocio tan ligadas a la gestión política como la construcción de carreteras y plantas depuradoras, obras públicas como puertos, puentes y otras estructuras especiales. Se hace hueco en el sector de la electrometalurgia con la compra de Carburos Metálicos, que más tarde sería Ferroatlántica —1992, dedicada a ferroaleaciones—, que a su vez se hizo con Erimsa —dedicada a la exportación del cuarzo—, al igual que Cuarzos Industriales y Elsan —1996—, y el mismo año se quedó con la Hidro Nitro de su juventud.
Antes, en 1995, había adquirido Fertiberia —productora de fertilizantes—, y en su glorioso año de adquisiciones que fue 1996 dio un nuevo pelotazo a la orilla de la ría de Bilbao, zona que ya le había hecho rico desde que pasara por allí para dirigir AHV. Lanzó una OPA y se quedó con la Sefanitro de Barakaldo.

Otro pelotazo en la margen izquierda

Quienes crecimos en los 70 y 80 en la margen izquierda del Nervió no olvidamos el desagradable olor a detritus al pasar por la carretera general en Barakaldo, rumbo a la capital. Había que cerrar las ventanillas del coche para no intoxicarse. La contaminación que acumulaba la gran parcela en la que se asentaba la Sefanitro es ahora inimaginable de entender en una población tan habitada.
Seguramente esto lo pensó más de una vez Villar Mir cuando dirigía AHV en la zona. En 1996, con Fertiberia compra a precio de saldo —5,2 millones de euros— la Sefanitro de Barakaldo, que aunque estaba participada por los AHV, era de propiedad pública, es decir, de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). El Gobierno del PP de Aznar decidió vendérsela por menor valor que los productos que aún estaban almacenados dentro, según los sindicatos. Compró fábrica y terrenos, pero no la obligación de descontaminar los mismos.
Néstor Álvarez, histórico sindicalista local de CCOO, recuerda el proceso. “Lo curioso es lo pronto que consigue el permiso para su uso residencial, gracias a una recalificación por parte del Ayuntamiento barakaldés del PSOE en 1999”. La empresa tuvo que cerrar, “mandar a casa a 137 trabajadores mediante un ERE al que el gobierno vasco no puso pega alguna. Villar Mir se la quita de encima en septiembre de 2006 por 240 millones de euros, con lo que gana nada menos que 235 millones de euros en 10 años”, por la venta de los terrenos malolientes de la fertilizante vasca.
Álvarez explica que la llamada “Puerta de Bilbao” ha sido un mal negocio hasta hace poco. “Con la crisis inmobiliaria que hemos padecido, las constructoras —Iurbentia, entre cuyos directivos se encuentran Josu Olazarán Sagarduy, ex miembro de la dirección peneuvista, e Iñaki Calvo López, ex concejal de este partido por la localidad vizcaína de Sestao— pasaron por serios problemas y los terrenos tuvieron que ser descontaminados”. Las primeras de las 2.000 viviendas proyectadas no se han podido construir hasta hace apenas cuatro años, en 2014.
Tirando de historia, en 1941 el régimen de Franco había autorizado vía BOE la “expropiación forzosa de los terrenos necesarios para la instalación de la fábrica y dependencias anejas”. La empresa consiguió además tener derecho a expropiar aquellos terrenos que fueran necesarios para su ubicación. Según archivos de la época, expropiaron a unas 50 familias que solo tenían aquellas tierras en los años 40, y les pagaron 500.000 pesetas por las parcelas. Es decir, el precio que le dio la gana al régimen.

Crecer con la crisis dentro y fuera

Desde 2007 una de las cuatro torres de la Castellana —Torre Espacio— es la sede de su imperio. OHL es una de las empresas que más ha crecido pese a la crisis en España. El grupo miró fuera de nuestras fronteras para salvar los trastos. Mientras aquí se hacía cola en el paro o se esperaban desahucios, Juan Miguel y sus directivos compraron y formaron empresas en medio mundo.
En Venezuela creó una Ferroatlántica local —Ferroven—. En 2000 se hizo con la mayoría de la noruega Ramsa, en 2005 se queda con la canadiense Pechiney Electrometallungie y parte de la Fertial SPA argelina. Una planta de ferrosilicio en Sudáfrica en 2008, mismo año en el que monta en Brasil otra división de Ferroatlántica. 2009, Adubos de Portugal. En 2010, una planta de silicios en China. Novo AP en 2011. Fercampo y una parte de la canadiense Timminco en 2012 y la mina de cuarzo sudafricana Sam Quarz en 2012. También es una de las firmas que han construido —el rey emérito hizo por que OHL estuviera sí o sí— la línea de alta velocidad entre Medina y La Meca (Arabia Saudí), la que más discusiones y problemas ha dado en ese proyecto.
En ese mismo año 2012 el grupo se hace con parte de Abertis —la concesionaria de autopistas españolas que tanto pagamos todos— y compra siete edificios en Madrid, entre ellos la histórica sede del Santander a su amigo Emilio Botín. Se trata del proyecto Canalejas Madrid Centro, una inversión de 525 millones de euros que se convertirá en todo lo que da dinero.; hotel de superlujo —¡la suite real será el antiguo despacho de Mario Conde¡—, residencias de lujo, locales comerciales y aparcamientos. Se trata de edificios históricos de los que hay que mantener intactas y recuperadas las fachadas. Son los primeros números —6,8,10,12 y 14— de la calle Alcalá, el 1 de la plaza Canalejas y el 7 de Carrera de San Jerónimo. 50.000 metros cuadrados al lado de la Puerta del Sol, donde el metro cuadrado cuesta unos 4.000 euros.
En Londres han planeado un complejo similar en el Edificio de la Guerra, donde estuvo el despacho de Churchill. También está en proyecto la Torre Caleido, la que será el quinto rascacielos de La Castellana madrileña, que albergará varias especialidades de Quirón Salud, un campus universitario del Instituto de Empresa (IE) y una amplia zona comercial y de servicios.
A modo de resumen y para tener una visión de alcance, a día de hoy, y pese al bajón de su valor, el aumento de su deuda, y los escándalos de corrupción, el grupo Villar Mir participa económicamente de Grupo Ferro Atlántica, Grupo VM Energía, Grupo Fertiberia, Inmobiliaria Espacio, Torre Espacio, CMC Canalejas, Colonial, OHL, Abertis, Grupo Pacadar, Mothercare y Codisol. Pese a esquivar la crisis, los problemas de reputación y una ampliación de capital de 1.000 millones de euros hizo bajar las acciones. En 2016 OHL fue expulsada del IBEX 35.

El escándalo de las escuchas mexicanas

Villar Mir se pasó por México para hacer negocio allí donde la crisis no se había instalado como en España. Sus prácticas para conseguir grandes contratos que pagan los ciudadanos “encajan en mi país, donde los políticos son corruptos, y los corruptores encuentran buena acogida fácilmente”, asegura resignado Alejandro Gutiérrez, periodista mexicano de la revista Proceso afincado en Madrid. En su país OHL ha ganado contratos —autopistas, un aeropuerto, plantas energéticas y hoteles de lujo en la Rivera Maya— de millones de dólares desde que comenzara la administración de Peña Nieto y el fichaje de directivos ligados políticamente al presidente mexicano.
Las primeras concesiones las firmó con el recientemente fallecido a tiros —se dice que por evitar que le robaran el coche— Arturo Montiel, tío del presidente Peña Nieto, cuando era gobernador del Estado de México. En 2006 se queda con el Circuito Exterior Mexiquense —red de carreteras que proporciona constantes beneficios por el cobro a los automovilistas— y en 2008 con el Viaducto Bicentenario. Tío y sobrino pertenecen a grupo político con mayor poder en México, con fama de muy corrupto: las familias con origen en la zona de Atlacomulco.
“Villar Mir fue muy hábil poniendo al frente de la OHL mexicana a José Andrés de Oteyza, nada menos que un exministro de Patrimonio y Fomento”. Gutiérrez explica que “tanto Oteyza como otros directivos de OHL en México tuvieron que dimitir en 2016 tras la publicación, en mayo de 2015, de unas grabaciones de conversaciones en las que algunos directivos hablaban de haber inflado precios  de licitaciones, de sobornos a jueces, invitaciones a políticos a vacaciones de lujo y otros detalles de la connivencia de la compañía con el poder allí”.
No se sabe con certeza la autoría de las grabaciones, que han sido un escándalo en México, pero estaba claro que las constructoras locales no estaban nada contentas con el trato de favor que OHL —y otras empresas como Dragados— recibía por parte de la clase dirigente mexicana, una vez instalada y dirigida por ex altos cargos políticos locales.
Según relata Gutiérrez, “el responsable para temas internacionales de preparar la transición hacia la presidencia de Peña Nieto, Emilio Lozoya, formó parte del Consejo de Administración de OHL allí hasta diciembre de 2012. Tras su paso por el gobierno, fue nombrado director general de Petróleos Mexicanos (Pemex). Desde ese momento, OHL se ha llevado la mayoría de los contratos públicos importantes de la petrolera”.
También a Lozoya unos audios le relacionaron con su gestión para que OHL obtuviera la licitación de la Central de Ciclo Combinado Empalme I. Con esta obra para suministrar electricidad a la región norte del país, la empresa se ha embolsado cerca de 477 millones de dólares. Solo en 2013 OHL recibió de Pemex casi 2.400 millones de pesos por tres contratos, para la construcción de un turbogenerador de gas,  plantas de hidrógeno o estaciones de rebombeo.
“Cuando empezaron a aparecer audios —relata Gutiérrez— me cuentan en la empresa allí que Villar Mir apretaba a sus directivos para sacar el máximo de beneficios de México lo antes posible”. Desde 2017, cuando ya existen sanciones y procesos judiciales en marcha, y como este mismo año finaliza el gobierno de Peña Nieto, que tanto les ha favorecido, “están desinvirtiendo, poco a poco están acabando obras, y queriéndose ir”, nos dice el periodista de Proceso.
Han vendido la división OHL Concesiones que gestionaba esas grandes obras y se ha deshecho del complejo hotelero Mayokoba en la Ribera Maya. Se querían ir limpios, pero aún colea la operación Lezo, que implica a OHL México. Y aún están procesados un grupo de policías que en 2015 detuvieron a Pablo Díaz Gargari, el abogado de la empresa auditora —Infraiber— que había denunciado las prácticas inadecuadas de OHL México. Pruebas de una cámara de seguridad evidenciaron que la pistola encontrada en el coche del abogado se había introducido durante la detención en su maletero.

Corrupción de libro

Si trabajas en la administración durante la dictadura franquista, en la que encajas bien por ideología, creencia religiosa, ascendencia militar… te relacionas con ricos y poderosos, ves que puedes comprar empresas públicas y que utilizar información privilegiada gracias a cargos ostentados es una práctica habitual, no cuestionas la moralidad de unas prácticas a las que nadie pone freno. Uno se acostumbra… y continúa con esa manera de hacer negocios aún cuando la legalidad ya no lo consiente. Cuando hay costumbre, es difícil cambiar los procedimientos.
Es interminable la lista de concesiones públicas que el grupo ha conseguido ya durante la democracia. Su relación sospechosa con el poder político es una constante. En 1995 Villar Mir compró Fesa-Enfersa —dueña de Fertiberia—, la antigua división de fertilizantes de grupo KIO, también por una mísera peseta. El acuerdo formaba parte del proceso de reestructuración del grupo Ercros. La operación se financió con dinero público a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO), de 8.500 millones de pesetas al 0% de interés y sin plazo de vencimiento.  
El presidente de Ercos era Josep Piqué, quien más tarde fue ministro de Industria con Aznar, época en la que se liquidó ese crédito del ICO. También era el responsable de autorizar la ya nombrada venta de Sefanitro de Barakaldo. Desde su fundación, OHL le debía a Piqué sus mayores logros. En 2013 Piqué acepta los cargo de consejero delegado del Grupo Villar Mir y vicepresidente de OHL. En 2016 abandona el cargo.
También en 2013 aparece claramente escrito el nombre de Villar Mir en tres ocasiones en los papeles del extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, como uno de los empresarios que ha financiado a la formación entre los años 2004 y 2008. Él lo negó todo en su declaración, no se pudo probar, dejó de estar imputado en la causa… pero la reciente declaración de Francisco Correa en el juicio de Gürtel implicándole le obligará a darse otro paseo hasta la Audiencia Nacional.
Estuvo también investigado en el caso Son Espases —supuesta financiación del PP balear con Jaume Matas— pero se archivó en 2017, año en el que tuvo que declarar por el caso Lezo, en el que se investigaba la corrupción del canal de Isabel II y se descubrió un pago desde OHL México de 1,4 millones de euros al ex presidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González para realizar la inexistente obra del tren de Navalcarnero, que tantos años llevan esperando los vecinos de esa localidad.

El yerno, una verdadera joya

Juan Miguel tiene relación con la corrupción también a través de su yerno, Javier López Madrid. López Madrid es amigo del ex consejero de la Comunidad de Madrid Francisco Granados y está implicado con él en la Operación Púnica —de los 2,1 millones de euros que OHL dejó caer en la caja B del PP, Granados y López se habrían quedado medio millón—.
El “yernísimo” es ese amigo de Felipe VI al que la reina Letizia llamaba con cariño “compiyogui” en WhatsApp, está condenado por el caso de la utilización de las tarjetas black de Caja Madrid, se le ha relacionado con el encarcelado excomisario Villarejo, era socio del testaferro de Luis Bárcenas y el pasado mes de febrero declaró por otro caso relacionado con obras del metro de Madrid. También está relacionado con un escandalito sexual de guión de cine, relativo a una dermatóloga de famosos, Elisa Pinto.
Renunció en mayo del año pasado a formar parte del consejo de administración de OHL, pero se le nombró presidente de Ferroglobe, empresa del Grupo Villar Mir. En abril, López Madrid había quedado en libertad tras pagar una fianza de 100.000 euros, después de declarar ante el juez Eloy Velasco por el caso Lezo.
Con todos estos escándalos en plena ebullición, la salida del Ibex 35 y una deuda importante, que la agencia Moody´s califica de “bono basura”, convierten la empresa en una patata caliente que desde 2017 dirigen sus hijos, Juan y Silvia, como presidente y vicepresidenta respectivamente. Han tenido que vender la emblemática Torre Espacio y OHL Concesiones. Esta última por valor de 2.775 millones de euros al fondo australiano IFM, que pasa a controlar tramos de la autopista A2, de la autovía M45, los puertos de Alicante y Tenerife, y el madrileño Metro Ligero Oeste.
En 2016, Villar Mir aseguró en una entrevista para la publicación católica revistamisión.com que quienes aceptaban participar en un entramado de corrupción cometían un error fundamental, “porque se perdía prestigio y respeto. En la vida, y más estando en treinta países, surgen ofrecimientos y tentaciones vinculadas con la corrupción. Pero ese error no se puede cometer. De ninguna manera”. Hoy, este empresario y su yerno comparecen ante el Congreso por su presunta financiación ilegal del Partido Popular a cambio de adjudicaciones.
https://www.elsaltodiario.com/ibex35/villar-mir-un-mal-ejemplo-de-empresario-ejemplar

No hay comentarios:

Publicar un comentario