29 jun 2020

4 - Jul.: Sororidad y feminsmo para TRANSformar

La manifestación del Orgullo estatal LGTBI se celebrará el sábado 4 de julio en formato online

Bajo el lema “Sororidad y feminismo para TRANSformar. ¡Mujeres lesbianas, trans y bisexuales en acción! ¡Por las más vulnerables!”

La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) y COGAM,Colectivo LGTB+ de Madrid, convocarán la manifestación del Orgullo LGTBI estatal el sábado 4 de julio, a las 19:00 horas, de manera virtual y bajo el lema “Sororidad y feminismo para TRANSformar. ¡Mujeres lesbianas, trans y bisexuales en acción! ¡Por las más vulnerables!”.
Según las entidades convocantes, este año en el que la crisis sanitaria, económica y social provocada por el Covid-19 ha agravado muchas de las discriminaciones que ya sufrían las personas LGTBI y ha dejado a las personas del colectivo más vulnerables en situaciones de extrema necesidad, “el Orgullo LGTBI es más necesario que nunca e inundará las calles con las reivindicaciones del colectivo desde las nuevas posibilidades que nos ofrece la tecnología”.
Además, en el marco del año temático “2020, Mujeres LTB: Sororidad y Feminismo“, las mujeres lesbianas, trans y bisexuales ocuparán su espacio al frente de la lucha por los derechos del colectivo, de manera que la pancarta de cabecera de esta marcha virtual estará encabezada por grandes activistas LTB. La manifestación evidenciará que “no hay una única forma de ser mujer” y pondrá de manifiesto que “el feminismo no segrega, ni entre mujeres, ni entre personas, que no cuestiona identidades y que, como no puede ser de otra manera, es defensor de los derechos humanos”.
En este sentido, la presidenta de FELGTB, Uge Sangil, y la presidenta de COGAM, Carmen García de Merlo, explican que en este Orgullo de mujeres, las mujeres lesbianas, trans y bisexuales “reivindicamos nuestro derecho a ser quiénes somos, a expresar libremente nuestro género, a elegir nuestras relaciones afectivo-sexuales, a decidir si queremos o no ser madres, a tener un trabajo digno, a no ser discriminadas por situarnos fuera de la normatividad y a recibir la atención sanitaria que necesitemos. En definitiva, reivindicamos nuestro derecho a ser consideradas y tratadas como ciudadanas de primera. Esto es feminismo, una estrategia impulsada por mujeres diversas a lo largo de décadas en favor de la igualdad. El feminismo es necesariamente trans-inclusivo o no es feminismo”.
Así, Sangil, asegura que “aunque pedimos a todas las personas que sean responsables con la salud pública y eviten cualquier tipo de concentración física, durante este Orgullo, las animamos a unirse a esta manifestación virtual para exigir más fuerte que nunca soluciones transversales e integradoras que no dejen a nadie atrás”.
“Tras la crisis que ha azotado a nuestra sociedad durante los últimos meses, y que ha atacado especialmente a las que ya se encontraban en situación de vulnerabilidad, como las personas trans, reivindicaremos una reconstrucción social, económica y sanitaria que, en lugar de basarse en el modelo anterior, tome como fundamentos la igualdad de derechos y la protección de la dignidad de todas las personas independientemente de su identidad de género, su orientación sexual, su raza, su edad, o cualquier otra interseccionalidad que las atraviese”, añade la presidenta de FELGTB.
Y es que, tal y como explica la presidenta de COGAM, Carmen García de Merlo, “la crisis del Covid-19 está conviviendo con una crisis de desigualdad estructural que ya existía en nuestra sociedad y que ha provocado que las personas vulnerables sufran mayores riesgos. Antes de la crisis actual, las personas LGTBI ya veíamos vulnerados a diario nuestros derechos, sufríamos acoso y violencias motivadas por la LGTBIfobia y discriminaciones en todos los ámbitos de nuestra vida y el Orgullo es la herramienta política más importante que tenemos para visibilizar y denunciar esta realidad”.
Tal y como informan las entidades convocantes, la manifestación se centrará en exigir medidas específicas para paliar los efectos de la crisis actual; en reivindicar, una vez más, la aprobación urgente de la Ley Integral Trans y de Igualdad Social y No Discriminación de las personas LGTBI que, entre otros aspectos, incluye la despatologización de las personas trans, y en visibilizar la doble discriminación a la que están expuestas las mujeres lesbianas, trans y bisexuales, víctimas del machismo y la LGTBIfobia.

IAG está revisando la adquisición de Air Europa

IAG está revisando su plan de adquisición por 1.000 millones de euros de Air Europa debido al duro clima económico causado por COVID-19, según informa el diario económico Marketscreanner.com citando el director general de la compañía aérea Iberia, propiedad de IAG, Luís Gallego.
Se ha especulado que IAG, que también es propietaria de British Airways, podría intentar alejarse de la adquisición de la aerolínea española Air Europa, anunciada el pasado noviembre, o intentar negociar un precio más bajo.
Seguimos viendo el valor estratégico (de la adquisición). El problema es que estamos en un momento de crisis en la industria aeronáutica“, dijo Gallego.
Lo que estamos haciendo es analizar la viabilidad de esa operación en este contexto, no desde el punto de vista estratégico sino para ver las alternativas que tenemos para llevarla a cabo porque creo que estratégicamente tiene perfecto sentido“.
Gallego añadió: “Estamos hablando de cómo podemos hacer esta operación dado el entorno, donde las empresas tienen problemas para sobrevivir“.
Javier Hidalgo Consejero Delegado de Globalia, grupo al que pertenece Air Europa, ha declarado a Vozpópuli que están dispuesto a rebajar el precio, pero no tanto como Iberia podría pretender. Por eso, en caso de que no haya un acuerdo, planea resolver la operación por la vía judicial.
https://aviaciondigital.com/iag-esta-revisando-la-adquisicion-de-air-europa/

Barajas no es fiable: 32 positivos por Covid 19 en un mes

La Comunidad de Madrid ha localizado 32 positivos por Covid 19 de personas que han llegado al aeropuerto de Barajas desde zonas de riesgo entre el 11 de mayo y el 11 de junio, según informa este jueves El Mundo. De los infectados, cinco han tenido que ser hospitalizados.
A pesar de las peticiones para incrementar la seguridad sanitaria en el aeropuerto madrileño, la situación en Barajas no deja de preocupar. “Llevamos más de un mes solicitando al Gobierno sentarnos para establecer protocolos porque yo no puedo perseguir a turistas para que se metan en un hospital, pero sí que pueden recibir un sms al llegar al territorio nacional”, ha declarado Díaz Ayuso en el pleno de la Asamblea de la Comunidad de Madrid.
La presidenta madrileña teme que la situación que se vive en Barajas pueda producirse también en otros aeropuertos españoles si se mantienen los actuales protocolos. Madrid cree que los actuales controles -cumplimentar un formulario, control de temperatura e inspección ocular- son un “paripé” y reclama medidas mucho más fiables (Controles anti-coronavirus en los aeropuertos: un paripé sin utilidad).
El Gobierno, en cambio, señala que está adoptando las medidas que han sido consensuadas en el seno de la Unión Europea. La Comunidad de Madrid teme que el aeropuerto sea un coladero para el coronavirus, como ya ocurrió al inicio de la crisis sanitaria en marzo.
https://www.preferente.com/noticias-de-transportes/noticias-de-aerolineas/barajas-no-es-fiable-32-positivos-por-covid-19-en-un-mes-301399.html

22 jun 2020

Capitalismo asalvajado

Tras la crisis pandémica actual era de esperar que iría acompañada de una crisis económica provocada por el parón que padeció el país. Una crisis que ahora el gobierno y la oposición lanzan sus antídotos apenas acertando. Sin escuchar a la ciudadanía que piden con urgencia un plan de choque social para proteger a la mayoría de la sociedad, blindar lo público y ayudar en general a las personas , evitando tropezar como en la anterior y aún reciente crisis del 2008, todos tienen soluciones queriendo contentar a todos los sectores sociales.
Pero tras los voceros políticos dando respuestas ahora también se unen los salvapatrias empresarios, los cuales se han reunido en una cumbre organizado por la CEOE para tomar medidas y afrontar la crisis. Pero mas bien dicho congreso esta sirviendo para ver como poder rentabilizar sus bolsillos y crecer sus beneficios tal como hemos podido escuchar en algunas de sus medidas que asustarían a los mismísimos Milton Friedman y Friedrich von Hayek padres del neoliberalismo.
Uno de los sectores que más han pedido ayudas son el Turismo, criticando las medidas tomadas hasta ahora por la administración. Un sector que por ejemplo han  renegado y reniegan de una tasa turística, tal como hacen otros puntos del mundo, que repercutiría en el ámbito socioeconómico ¿porqué? Por que en realidad no piensan en una reactivación económica si no en sus propios beneficios ante una curada economía para todos.
es que mientras muchos de ellos se llevaban las manos a la cabeza cuando el ministro de consumo comentó que en el sector turístico había precariedad, en este congreso, donde han ido representados todos los sectores económicos estatales, se ha hablado entre otros temas de no tocar la reforma laboral, la prolongación de los ERTES, que para este año los trabajadores no cojan sus vacaciones, que se agilice y dejen despedir, una contención salarial, mano de obra barata etc.. tirando por el suelo y pisoteando por completo toda legislación laboral, dejando entrever su  hipocresía con medidas basadas de un capitalismo salvaje y cuestionando que dichas reivindicaciones son mas bien para sus propios réditos frente al bien común.
O como lo vivido hace poco por el presidente de ASAJA Navarra el cual amenazo a la ministra de trabajo si no retiraba de inmediato las inspeccione (práctica utilizada mas bien por las mafias). Analizando todas estas declaraciones, vemos que el sector empresarial piensa precarizar aún más al trabajador para sus intereses.
Otro tema, que se era de esperar, ha sido la crítica masiva por parte de los empresarios del ingreso mínimo vital, algo que ayudaría a reavivar la economía de los españoles pero sabemos que muchos de estos empresarios, quienes algunos se dejaron ver las famosa revolución Cayetana, su patriotismo no va mas allá de sus pulseras y en sus múltiples ceros en sus cuentas bancarias en paraísos fiscales.
También han rechazado los impuestos, claro, son la clase acomodada y aunque se llenen la boca de patria no piensan contribuir realmente en la economía del país. En su lugar han pedido en estos días mas inyección económica por parte del gobierno y ayudas estatales. Una “paguita” enpresarial.
En esta cumbre, los grandes representantes empresariales,  dan su visión particular de una España que no se corresponde para nada a la que vivimos.
Mientras tantos podemos ver como los turistas alemanes son recibidos con aplausos en la puerta de los hoteles , como si de una película de Berlanga se tratara, dejando en evidencias que somos un país de camareros con empresarios que solo piensan en ellos mismos y en sus ganancias.
https://diario16.com/capitalismo-asalvajado/

El avance de la desigualdad: las familias aportan el 91,52% de la recaudación fiscal, las grandes empresas el 1,98%

La política fiscal está en el corazón del modelo social de un país, ya que influye de manera clave en cómo se distribuye la riqueza, al definir cómo se financia el Estado (quién paga, dónde y por qué conceptos, y quién no), y en qué se emplea el dinero público (a quiénes favorece el gasto y la inversión en políticas públicas y con qué objetivo).
El sistema tributario es una herramienta no sólo de recaudación sino también de redistribución, y según se oriente puede aumentar las desigualdades o reducirlas. El propio Fondo Monetario Internacional ha reconocido que las sociedades más igualitarias, donde el ingreso se distribuye de manera equitativa, son más estables y sostenibles económicamente. En un contexto de aumento de la desigualdad como el actual, las políticas fiscales toman más relevancia que nunca.
Intermón Oxfam denuncia que las familias pagan un volumen de impuestos que casi multiplica por 50 el que aportan las grandes empresas y pide al Gobierno que acometa una reforma fiscal que permita financiar adecuadamente las políticas sociales tras los recortes.
La ONG defiende que hoy es un imperativo que España deje de ser el segundo país más desigual de Europa y recupere las conquistas sociales alcanzadas en las últimas décadas. Para ello, es imprescindible impulsar una reforma fiscal que permita financiar las políticas sociales tras los recortes sufridos en los últimos años.
La opción más lógica es recaudar con justicia para blindar el Estado del bienestar, luchar contra la exclusión social y recuperar la solidaridad internacional. Ese debe ser el objetivo de la reforma fiscal para corregir la desigualdad de ingresos y de oportunidades que amenaza las bases de la democracia y de la justicia social.
El sistema tributario en España recauda poco, menos que la media de los países europeos. Y lo hace de manera que el grueso de la recaudación proviene del trabajo y el consumo de los ciudadanos, y no de las rentas del capital ni de los beneficios de las empresas. Las familias aportan alrededor del 90% de la recaudación, y las empresas el 10% restante. Las grandes empresas, menos del 2%. Es decir, las familias aportan casi 50 veces más que las grandes empresas.

El descalabro del Impuesto sobre Sociedades

La recaudación por el Impuesto sobre Sociedades, que es el que tienen que pagar todas las empresas (personas jurídicas) 40 que generan beneficios, se desplomó en el año 2008, justamente cuando a las empresas les correspondía haber tributado por los beneficios de 2007, que fueron todavía muy altos pues la crisis aún no había golpeado.
Las empresas pasaron de aportar al Estado 44.823 millones de euros, correspondientes al 22,3% de los ingresos fiscales en 2007, a contribuir con sólo 16.198 millones de euros (el 10,2% de los ingresos fiscales totales) en 2010. Una caída mucho mayor que la de la recaudación total, la del IVA y la de la actividad económica en su conjunto (el PIB entre 2007 y 2010 tan sólo disminuyó un 0,5%).
Si bien es cierto que en 2009 y 2010 se destruyeron bastantes empresas y otras entraron en concurso de acreedores, ni esto ni la caída en la actividad económica justifica todo el descenso en la recaudación, como cabría pensar. Una parte de la caída se debe a la rebaja del Impuesto sobre Sociedades para grandes empresas (que bajó del 35% al 30%) que aprobó el Gobierno del PSOE en 2006 y que entró en vigor en 2007. Otra parte a que, simplemente, muchas empresas aprovecharon los mecanismos dentro del sistema para dejar de pagar impuestos.
https://contrainformacion.es/el-avance-de-la-desigualdad-las-familias-aportan-el-9152-de-la-recaudacion-fiscal-las-grandes-empresas-el-198/

El ocaso de un modelo (inhumano)

Avistamos, lo queramos o no, el final de un paradigma económico, el del capitalismo y su modelo social, que amenaza con llevarse por delante las condiciones mínimas para la supervivencia en este planeta. Eso sí, como todo modelo en el que coexisten diferentes intereses, se resiste (lo hacemos resistir) a reconocerse fracasado, se estira (lo estiramos) ante la falta de alternativa, creando la ilusión de que con algunas pocas medidas políticas podemos reconducir una realidad que deja pocas dudas sobre su fatal desenlace. Esta crisis sanitaria, simplemente ha sido un escaparate que ha evidenciado la desigualdad, la injusticia y la necesidad de "otra cosa", que desde luego no pasa por más de lo mismo aunque más despacito...
Diálogos del Sur: En el ocaso de la década, Nuestra América sangra ...No estamos ante la necesidad de aceptación/negación de ciertas medidas sino ante la necesidad de generar un modelo alternativo que nos dé una posibilidad, aunque sea pequeña, de mirar hacia el mañana con cierta esperanza. Y la tenemos delante aunque nos exija salir de nuestra comodidad: renunciar al modelo consumista de vida actual y optar por la austeridad y la igualdad como opción vital:
• Recuperar el carácter público, todos los recursos energéticos y servicios básicos necesarios, evitando dejar a los sectores más frágiles al albur de los "mercados"
• Cambiar "más" por "mejor", abandonar la identificación del crecimiento económico con el bienestar.
• Responsabilizarnos ante la miseria a la que condenamos a millones y millones de personas, forzando migraciones inhumanas, a través del negocio de la guerra la explotación de recursos y la destrucción medioambiental, para el simple mantenimiento de nuestra forma de vivir.
• Limitar nuestro nivel de consumo y, por tanto, de los niveles de ingresos más altos.
• Reducir y repartir las jornadas de trabajo para que podamos trabajar todas y para vivir mejor.
• Potenciar los trabajos de cuidados. Una sociedad centrada en los cuidados ayuda a la equidad entre géneros impulsando el reparto de trabajos y empleo.
Mejorar las residencias e instituciones de cuidados.
• Paralizar todas las inversiones millonarias en mega-infraestructuras no necesarias para el bienestar general de la sociedad.
• ...
Nuestro actual, modelo basado en el incremento del consumo y el crecimiento económico, no sirve por falaz y absolutamente injusto. Falaz porque no puede existir un crecimiento infinito cuando los recursos son limitados. Y absolutamente injusto por estar basado en la competitividad y en la creciente desigualdad, en la generación del deseo por lo superfluo como individuos y como sociedad, dejando a muchísimas personas zonas del planeta en las afueras, en la carencia de lo más básico y vital.
Por todo ello, nos parece imprescindible reclamar y difundir la necesidad de ese nuevo modelo social en la calle, por lo que animamos a acudir a las movilizaciones que tendrán lugar este día 19, convocadas por la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria, bajo el lema "Defender lo público y esencial, repartir la riqueza. Primero la vida", así como en la concentración que la Plataforma Navarra de Salud convoca para el día 20 en defensa de un sistema de salud y de cuidados público y para todas las personas.
Secretaría de Comunicación de CGT/LKN Nafarroa
http://rojoynegro.info/articulo/ideas/el-ocaso-un-modelo-inhumano

La mano invisible de los ERTE

<<En un ERTE 3 de cada 4 euros lo pone la clase trabajadora>>
(Juan Manuel Muños Póliz, secretario general CGT)
La madre de todas la batallas está en los famosos, y ahora milagrosos, Expedientes de Regulación Temporal de Empleo. Los ERTE, primos hermanos al por menor de los no menos conocidos ERE (sin la T de temporal), cuya gestión delincuencial por la Junta de Andalucía durante la etapa socialista a piñón fijo con las centrales amigas ha llevado al banquillo a dos ex presidentes del PSOE y 20 altos cargos de aquella Administración autonómica. Un fraude de unos 800 millones de euros de dinero público, inicialmente destinados a reflotar a empresas y trabajadores en crisis, cuya secuela más hiriente está en el reciente procesamiento de la dirección de la Unión General de Trabajadores (UGT) por supuestamente apropiarse de fondos por una cuantía de 40 millones de euros recibidos entre 2009 y 2013 <<para formación de desempleados>>. Por cierto, Roberto Macías, el empleado de UGT-Andalucía que en su día destapó la corrupción de los ERE en esa comunidad, ha sido condenado a 2 años de cárcel <<por descubrimiento y revelación de secretos, a instancias de la central sindical. Antecedentes penales que no parecen haber sido obstáculo para que UGT y CCOO, junto con CEOE, sean los agentes sociales elegidos para negociar la nueva ristra multimillonaria de ERTE que el gobierno PSOE-UP ha liberado para <<que nadie se quede atrás>>.
Coronavirus en Canarias: Trabajo resuelve las 29.099 solicitudes ...Con poco más de 100 días en su haber, el gobierno de izquierdas ha conseguido repetir el milagro bíblico de la transustanciación al convertir los malditos ERTE de la derecha en un oscuro objeto de deseo <<rotundamente progresista>>. Así, lo que estando en la oposición constituyó una de sus principales bazas para erigirse en alternativa al PP, ahora desde el poder se enarbola como el talismán para que la <<crisis la paguen los ricos>>. Pero los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), lo diga Agamenón o su porquero, siguen donde dolían: son instrumentos de flexibilización laboral diseñados para rescatar a empresas a costa de los contribuyentes (que a su vez son trabajadores activos o pasivos). O sea, posibilitan la suspensión del contrato laboral o la reducción de jornada, liberando a las sociedades de pagar los salarios y buena parte de las cuotas a la Seguridad Social con la promesa de mantener el empleo, mientras el trabajador cobra la prestación pública de desempleo. Del boom de ladrillo al big-bang del covid-19, los damnificados siguen siendo los mismos. La diferencia es que contra la derecha luchábamos mejor.
Entre la Gran Recesión del 2008 y la actual del Covid-19 hay diferencias notables pero también rotundas afinidades. La cruz viene por el distinto rasero de la crisis al impactar en la piel de toro. Aquella fue financiera y prendió cebada por la <<epidemia de ladrillo>>. Esa magnanimidad de bancos y cajas a la hora de dar créditos hipotecarios sin mirar el diente. Modelo que explosionó cuando cerraron las fuentes de aprovisionamiento en los mercados internacionales contagiados por el virus de las subprimes (hipotecas basura). Esta que nos aflige hoy trae causa de la pandemia que ha confinado a la vez oferta (empresas y trabajadores) y demanda (consumidores e inversionistas). La cara, por el contrario, registra muchos puntos en común. Y no solo porque en ambos supuestos, los respectivos gobiernos se enteraron de la crisis por la tele (Zapatero la financiera y Sánchez la sanitaria, reaccionaron tarde, mal y pensado especialmente en no defraudar a su afición).
Sin embargo, establecidas las distancias oportunas, los mecanismos aplicados en ambos casos no son incongruentes. Si se mira con cierto detalle, lo que exige esfuerzo intelectual y el consiguiente espíritu crítico, en los dos casos se ha utilizado el mecanismo de la transferencia de renta de los poderosos a los humildes para sufragarla. Socializar las pérdidas y privatizar las ganancias es un rastro compartido que los denuncia. Otra cosa es que se reconozca así, porque hacerlo implica encontrar conexiones poco halagüeñas. Es decir, que la historia se repite. Y en este caso como farsa, si tenemos en cuenta que lo que entonces era deplorable y sirvió de anatema a la oposición ahora es un filón de virtudes para esos mismos agentes sociales. Hablo del descubrimiento de los malditos ERTE de entonces, paridos por el PP, como flamante bálsamo de Fierabrás, y de la contundente y nociva <<ley mordaza revaluada>> resucitada como herramienta para proteger las calles de saboteadores del estado de alarma. Pero hay más.
El despliegue de aquella crisis financiera (luego económica-social por sus efectos derivados) se llevó por delante buena parte del frágil estado de bienestar. Ajustes estructurales contra las pensiones y recortes de derechos laborales; reforma exprés del artículo 135 de la Constitución sin referéndum; y de propina, la fulminación del modelo de cajas de ahorro, que representaba la mitad del mercado bancario. O sea, devaluación salarial vía transferencia de renta de arriba-abajo es lo que supuso el rescate del sector que ha dejado un agujero de más de 42.000 millones de euros en el bolsillo de los españoles (Hacienda somos todos). Y también estigmatizar a las cajas como los <<malos de la película>>, que representaban una alternativa de financiación semipública compitiendo con el oligopolio de la banca privada. Su parasitación por los agentes sociales encaramados en sus cúpulas, desde que el PSOE felipista las abriera a partidos, sindicatos y patronal (recordad el tocomocho de las tarjetas black), justificó aquel matarile a beneficio del Ibex. Entonces se vendió con la especie de que de no rescatar a la banca de aquella singular manera, el desempleo sería enorme y se pondría en peligro el dinero de los ahorradores. En realidad, la cosa iba por otro lado pero había que marear la perdiz antes de acribillarla. Los depósitos están garantizados hasta un límite de 100.000 euros por impositor, y los beneficiados fueron los grandes budas financieros que en lo sucesivo acapararon todo ese goloso mercado.
Pero ahora no va de bancos (todavía) sino de empresas y trabajadores, del mercado, que se ha visto clausurado a la fuerza con el confinamiento de las personas (consumidores y productores) y la hibernación de los negocios. Y ahí radica el paradigma de la <<nueva normalidad>>. Mientras en la crisis del 2008 existía una clara percepción de conflicto de clases (los perdedores fueron los damnificados y los pirómanos los salvados), en la pandemia del coronavirus parece reditarse el imaginario del sindicalismo vertical franquista. La propia ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha proyectado esa imagen al glosar las bondades del pacto entre gobierno (PSOE-UP), patronal (CEOE - CEPYME) y sindicatos (CCOO – UGT) para extender la vigencia de los ERTE más alá del estado de alarma (sin que estallara el caos anunciado): <<Es un acuerdo muy beneficioso para las empresas pero también para los trabajadores>>, ha dicho públicamente, para acto seguido expresar su satisfacción y pleno <<reconocimiento porque han sabido comprometerse con nuestro país>>. Ni vencedores ni vencidos; <<todos somos soldados>>. ¿Verdad o bulo?
Hagamos cuentas. Solo por reducciones de las cuotas a la SS (hasta el 75% en empresas con más de 50 trabajadores) por aplicación de los aproximadamente 3,4 millones personas en estado de ERTE (de ellos, 3 millones por fuerza mayor), el Estado ha dejado de ingresar 2.200 millones de euros en el periodo previo a su prolongación al 30-J. Cifra a la que debe sumarse los 18.000 millones que suponen las coberturas de desempleo (un promedio del 70% del salario real). Lo que unido a los salarios no devengados por los empleadores, da idea de la verdadera naturaleza del entramado de los ERTE. La ley del embudo: ancho para los menos y estrecho para los más. Máxime si tenemos en cuenta la estructura de la empresa española por dimensión laboral. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de los 3,36 millones de empresas existentes en España en enero de 2019, el 82,9% tenían un máximo de dos asalariados, y solo el 4,7% empleaban 20 o más trabajadores. Resultando por tanto que han sido sobre todo las grandes corporaciones las que han acogido a más trabajadores en los 3 millones de ERTE solicitados. En este grupo, están firmas como El Corte Inglés (26.000 trabajadores con ERTE); Grupo Zena-Alsea (22.000); Decathlon (casi 8.800); Michelin (7.500); Hoteles Ríus (5.500); Vueling (4.300) o Cepsa Gasolineras (2.000). Firmas multinacionales muchas de ellas, que asumen los expedientes de regulación temporal de empleo con generosas bonificaciones estatales como una norma muy favorable para sus balances en tiempos de crisis. Especialmente porque su regulación es compatible con haber declarado importantes beneficios en el último ejercicio. Unas circunstancias que contrastan con las dificultades en que se encuentran muchas microempresas (la mayoría modestos negocios familiares y/o unipersonales) para adaptarse a la moratoria productiva. Como prueba el hecho de que a primero de mayo se contaban en 133.757 las que se habían visto obligadas a echar el cierre desde la publicación en el BOE del estado de alarma. De ellas, 121.827 bajas se dieron en el mes de marzo a nivel nacional (2.869 solo en la región de Murcia, una de las zonas menos expuestas al covid-19). Algo similar ha ocurrido con las partidas de ayudas directas con aval del Instituto de Crédito Oficial (ICO), donde autónomos, microempresas y pymes se han visto postergadas por la bulimia crediticia de las grandes firmas. El otro flanco de distanciamiento social de los ERTE, la mano invisible que mece la cuna del rescate desigual.
De la parte oculta del iceberg de los ERTE nada han dicho ni el gobierno, ni UGT, ni CCOO, ni la patronal CEOE y CEPYME, la troika que ha gestionado la benéfica normativa. Son los socios representativos y lo que ellos consensuan va directo al BOE. La única voz discrepante la ha puesto la Confederación General del Trabajo (CGT), quien a través de su secretario confederal, José Manuel Muñoz Póliz, ha tenido a bien recordar lo obvio: <<en un ERTE 3 de cada 4 euros lo pone la clase trabajadora>>. Miguel Sebastián, ex ministro de Industria, Comercio y Turismo con Rodríguez Zapatero, desde las antípodas ideológicas, en un artículo reciente se ha feliciitado de la <<bajada de impuestos> que esta aplicación de los ERTE representa para el sector privado con más músculo de recursos de nuestra economía. La diferencia respecto al 2008 es que si entonces el trofeo ofrecido fueron las centenarias cajas de ahorro, ahora los agraciados con el gordo son CCOO y UGT. Gracias a una oportuna manipulación de las normas laborales introducida en el decreto-ley de la emergencia sanitaria, los <<sindicatos del Régimen del 78> han visto recompensada su fidelidad con el monopolio de la negociación en las empresas sin representación sindical (https://kaosenlared.net/ccoo-y-ugt-ordenando-el-covid-19/).
Eso mientras se mantuvo que el estado de alarma y los ERTE eran tal para cual. O estado de alarma o caos, clamaba la doctrina oficial. Hasta que llegó la ministra Díaz con las rebajas vestidas de ampliación de los ERTE hasta el 30 de junio y los 6 meses más de cadencia en los <<despidos prohibidos>>. Con el nuevo calendario el coste para el Estado se elevara significativamente. Los estudios existentes fijan que cada 15 días de alargamiento pueden añadir un coste de hasta 3.400 millones para las arcas públicas, y señalan que los ERTE representan el 56% de lo gastado para combatir el impacto económico del covid-19 (30.742 millones, el 2,7% del PIB, según las cifras optimistas del Programa de Estabilidad Presupuestario remitido a Bruselas; aunque la Airef lo eleva al 3,3%). Por cierto, este postrer consenso de ampliación de los ERTE incluye otras concesiones para la gran patronal: mantiene tramos de bonificación de las cuotas a la SS aunque la empresa haya empezado a reincorporar a trabajadores; rebaja la penalización a las sociedades que incumplan el acuerdo de mantener las plantillas, pasando de tener que devolver las cotizaciones junto al coste del desempleo a solo retornar lo no cotizado en caso de incumplirlo; y deja la puerta abierta al despido para <<aquellas empresas en las que concurra un riesgo de concurso de acreedores>> y a sectores <<alta estacionalidad>> La duda es si bajo el concepto <<riesgo>> se esconde otra calculada ambigüedad a compatibilizar con las causas de despido objetivo que contempla el no derogado artículo 51, punto 1, del Estatuto de los Trabajadores. Aquel que dice: << Se entiende que concurren causas económicas cuando de los resultados de la empresa se desprenda una situación económica negativa, en casos tales como la existencia de pérdidas actuales o previstas, o la disminución persistente de su nivel de ingresos ordinarios o ventas. En todo caso, se entenderá que la disminución es persistente si durante tres trimestres consecutivos el nivel de ingresos ordinarios o ventas de cada trimestre es inferior al registrado en el mismo trimestre del año anterior>>. La magnitud del problema se refleja en las cifras que maneja el ministerio de Justicia. Estima que en el próximo año alcanzaríamos los 50.000 concursos de acreedores, frente a los 7.000 presentados en 2019.
Gato blanco, gato negro, se puede vender como se quiera, pero hablar de los ERTE como el ejército de salvación nacional (<<rotundamente progresista>>) es una falacia o un engaño. Bienvenidos a la república independiente de la casta. No es ya que el gobierno de coalición de izquierdas opere con los presupuestos de Montoro. Ni que utilice <<la ley mordaza>> para mantener a raya el estado de alarma, y use las herramientas de la contrarreforma laboral del PP (que en su toma de posesión la ministra de Trabajo prometió derogar) para dar una salida de izquierda a la crisis. Lo que acojona es que encima se presuma de hacerlo por nuestro propio bien. Al final se trata de una nueva modalidad del populismo <<los nuestros primeros>>. Lo ha reconocido la ministra de Trabajo de Unidas Podemos:<<Proteger a las empresas es proteger el empleo y la economía>> (El País, 16 de mayo, página 41). En sintonía con lo declarado al día siguiente por la presidenta del Banco de Santander, Ana Patricia Botín: <<Si apoyas a las empresas, apoyas a los trabajadores: hace falta empleo digno>> (El País, 17 de mayo, página 43). La cuestión es quién es el pagafantas.
(Nota. Este artículo es una versión actualizada y ampliada de otro publicado en el Blog Alkimia de El Salto)
Rafael Cid
http://rojoynegro.info/articulo/ideas/la-mano-invisible-los-erte

Teletrabajo: No es oro todo lo que reluce

El Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores define, en su artículo 13, el trabajo a distancia como aquel en que la prestación de la actividad laboral se realice de manera preponderante en el domicilio del trabajador o trabajadora o en el lugar libremente elegido por ésta, de modo alternativo a su desarrollo presencial en el centro de trabajo de la empresa.

COMIX:

El gasto militar volverá a superar los 20.000 millones de euros este año

El Centre Delàs d’Estudis per la Pau publicó este martes su último informe sobre el gasto militar en España y el panorama no es muy diferente a años anteriores. Según esta entidad –que investiga sobre paz, seguridad, defensa y armamentismo–, el gasto militar español superará de nuevo en 2020 los 20.000 millones de euros, a pesar –dicen desde el Centre Delàs– «de la falta de recursos para hacer frente a la crisis actual».
Precisamente, hace unas semanas, desde esta organización proponían una reorientación de esas partidas a la Sanidad pública. Un enfoque no de seguridad militar sino humana que el coordinador del Centre Delàs Jordi Calvo explicaba así a La Marea: «España, como otros países, se ha preparado para, por ejemplo, operaciones militares, bien por inercia, bien por análisis interesados. Esto nos ha llevado a tener muchos recursos en stand by, no utilizados, que sirven para responder a amenazas de carácter militar que no existen ni existirán, al contrario que las pandemias, el cambio climático u otras cuestiones que ocurren en nuestro contexto más cercano».
El gasto militar español volverá a superar este año los 20.000 ...
En el estudio publicado este martes, el Centre Delàs desgrana el gasto militar de tal forma que 10.199 millones de euros corresponden al presupuesto consolidado del Ministerio de Defensa pero el restante está repartido entre los gastos de otros ministerios. El informe apunta, por ejemplo, a las clases pasivas de los militares en servicio, en la reserva o pensionistas, la mutua militar ISFAS, la Guardia Civil, los créditos en I+D que se destinan al desarrollo de nuevos armamentos, y las aportaciones a organismos militares internacionales, como la OTAN.
“En el análisis también se añaden los intereses de la deuda pública, pues si el Gobierno permite que el Estado se endeude en la adquisición de bienes de equipo, armamentos, instalaciones e infraestructuras militares, los intereses de la parte proporcional que corresponden a esa deuda es de recibo que se sumen al gasto militar”, especifica la investigación.

Un presupuesto que se prorroga desde 2018

Tal y como explican desde el Centre Delàs, la pandemia de la COVID-19 ha impedido que el Gobierno presentara el presupuesto de este año y ha obligado a prorrogar el de 2019 – que a su vez estaba prorrogado del de 2018, aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy–.
Así, apuntan que en el presupuesto de 2018 los créditos del Ministerio de Defensa habían tenido un aumento de un 10,5% con respecto al año anterior. En el análisis del gasto militar español para 2020 destaca la aprobación por parte del Gobierno del PSOE de siete nuevos Programas Especiales de Armamento (PEA), que alcanzan un total de 13.356 millones de euros para la fabricación de armamento entre 2019 y 2032.
Entre los programas más importantes aprobados destacan cinco fragatas F-110 por un importe de 4.325 millones de euros; 348 blindados 8×8 Dragón con un coste de 2.100 millones de euros; la actualización del avión de combate F-2000 con una aportación de 906 millones de euros; 1.172 millones de euros para el submarino S-80, para subsanar los defectos de ingeniería que hacían que no flotara; 1.381 millones de euros para los helicópteros militares NH-90; 819 millones de euros para modernizar los helicópteros Chinook y 1.397 millones de euros para tres satélites de comunicación militar.
https://www.lamarea.com/2020/06/17/el-gasto-militar-volvera-a-superar-los-20-000-millones-de-euros-este-ano/

Level de corto radio se declara insolvente por falta de apoyo de IAG

La low cost de corto radio austríaca Level, con base en el Aeropuerto de Viena, ha anunciado este jueves que se declara insolvente. A pesar de ser otra filial del poderoso International Airlines Group (IAG), ha cerrado la venta a través de su página web y cesa su actividad desde hoy, en parte por la falta de apoyo del grupo en medio de la crisis sin precedentes, generada por la pandemia de coronavirus.
Legalmente es una subsidiaria de Vueling, en un negocio separado de la low cost Level de largo radio, subsidiaria de Iberia y perteneciente asimismo a IAG que lanzó esta nueva filial austriaca de bajo coste en julio de 2018, con la marca Level que, en ese momento, afirmó extender al corto y medio radio, con rutas desde Viena (ver: IAG lanza una nueva filial austríaca que operará a siete destinos en España).
La nueva filial se basó en Viene con un certificado de operador aéreo (AOC) austriaco y cuatro aviones Airbus A321, que luego aumentó a seis, en el Aeropuerto de Viena, desde donde volaba a 14 destinos europeos, siete de ellos españoles. Posteriormente, el grupo anunció en marzo de 2019 la apertura de una nueva base en el Aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol, asumiendo parte de la producción de Vueling. Las operaciones desde la capital de Países Bajos comenzaron en abril del año pasado (ver: Level abre su segunda base de corto radio en Europa y toma rutas de Vueling).
La decisión de cesar operaciones se produce tras permanecer en tierra como otras aerolíneas, después de que se cerraron las fronteras dentro de la Unión Europea.
Ahora, se designará un administrador para gestionar la insolvencia. La compañía ha pedido a los clientes que no se comuniquen con la empresa por teléfono durante los próximos dos días, ya que los centros de llamadas están sobrecargados.
Según fuentes del sector, entre la falta de apoyo de la empresa matriz IAG y las nuevas pautas que hace unos días emitió Austria en contra de las tarifas bajas, fijando una base, amenazando el futuro de las aerolíneas low cost en el país.
IAG comentó a la agencia británica de noticias Reuters que su marca Level para el largo radio no se veía afectada.

A empleados, clientes y proveedores

La aerolínea ha publicado una declaración en su portal, en la que confirma que Level entrará en insolvencia el 18 de junio de 2020, cancelando todos los vuelos programados desde marzo de 2020 y dejando de operar el negocio austriaco con efecto inmediato.
A sus clientes les dice que, “lamentablemente, Level no puede organizar vuelos alternativos para los pasajeros. En este momento, le solicitamos amablemente que no se comunique con nuestros call centers, a menos que su viaje sea dentro de las próximas 48 horas, ya que estamos experimentando altos niveles de volumen de llamadas en este momento. Si tiene una reserva vendida por una aerolínea de marketing o agente de viajes para el vuelo Level, comuníquese con esa aerolínea de marketing o agente de viajes para confirmar si hay algún impacto en sus planes de viaje. Se designará un administrador para responder más preguntas”.
En el caso de los empleados, les notifica que también se va a designar un administrador, cuya información de contacto se publicará en la página web antes del miércoles 24 de junio de 2020. Similar información dirige a acreedores y proveedores.
https://www.hosteltur.com/137516_level-de-corto-radio-se-declara-insolvente-por-falta-de-apoyo-de-iag.html

15 jun 2020

24 - Jun.: Ayuso Dimisión

La imagen puede contener: una o varias personas y texto


20 - Jun.: En defensa de la sanidad pública

Manifestación en Madrid para el día 20 de junio de Atocha al ...

La crisis se ha hecho crónica : 684.385 los desahucios desde 2008

Entre 2008 y 2019, más de 1,7 millones de personas fueron expulsadas de sus hogares en España, según un reciente informe del Observatori DESC, apenas una muestra de un “modelo que no funciona”, transformado en una “realidad permanente y sostenida a lo largo del tiempo”.
Doce años después del estallido de la burbuja inmobiliaria y de la crisis económica que le siguió, una “situación inicial de emergencia” se transformó con los años en una “realidad permanente y sostenida a lo largo del tiempo”. Esta es la principal conclusión del informe publicado recientemente por el Observatori DESC, fundamental para entender la actual crisis habitacional, que no es otra cosa que una continuación de la crisis iniciada con la caída de Lehman Brothers, según sus autores.
Desde entonces, 1.710.963 personas han perdido sus hogares, según el análisis detallado que hace este centro de derechos humanos y políticos de los datos publicados por el Consejo General del Poder Judicial.
Activistas de la PAH desalojadas del Congreso
El análisis del Observatori DESC desentraña las consecuencias de “un modelo que no funciona”, en el que las leyes “sobreprotegen los intereses del mercado” y han provocado nada menos que 684.385 desahucios entre 2008 y 2019. Las cifras más altas de desalojos no se produjeron en los peores años de la crisis, sino entre 2012 y 2019, una paradoja que constata que “no hemos vuelto a la situación previa a la crisis económica, sino que esta se ha consolidado”. En 2008, primer año de la crisis, se produjeron 27.251 desahucios en todo el Estado. En 2019, un año en teoría de crecimiento económico, 54.006 familias tuvieron que abandonar su hogar por un procedimiento judicial.
Esta crisis permanente de la vivienda ha ido mutando. Entre los principales cambios, apunta este estudio, destaca el “crecimiento exponencial” de los desalojos por impago del alquiler, que han ido ganando terreno a los lanzamientos hipotecarios, una tendencia que esta organización identifica con la “desprotección y la precarización de los derechos de los inquilinos”. Según denuncia el informe, “las reformas regresivas de PSOE y PP” entre 2009 y 2013 condujeron al pico de lanzamientos de 2013 y prepararon la actual y “buscada” burbuja de precios de alquiler.
Otros cambios han sido impulsados por la emergencia de un poderoso movimiento social, encabezado por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), las asambleas barriales de vivienda, los grupos de Stop Desahucios y, desde 2014, los sindicatos de inquilinos. Las luchas de estas plataformas ciudadanas, que consiguieron reunir 1,5 millones de firmas para la ILP hipotecaria de 2013, han supuesto una mejora en la protección de las familias frente a los abusos bancarios a través de “importantes resoluciones judiciales que han sido auténticos reveses a leyes estatales que vulneran los derechos”, como las sentencias del Tribunal de Justicia Europeo sobre cláusulas abusivas.
Los “fuertes ciclos de movilización” de aquellos años también explican, para el Observatori DESC, la disminución de los desahucios a partir de 2013. Una consecuencia, explican, de la “alta sensibilización conseguida en la opinión pública, de las sentencias europeas y de los cambios legales impulsados por las organizaciones sociales”, como es el caso de la “tímida” moratoria de los desahucios aprobada por el PP en 2012 o la ley catalana de 2015, promovida por el propio Observatori DESC y la PAH, que prohíbe los desahucios de grandes tenedores sin alternativa habitacional y permite, al menos en teoría, poner a disposición de las administraciones locales los pisos vacíos de los bancos. Esta ley, tumbada un año después por el Tribunal Constitucional, fue finalmente restituida y ampliada en 2019.
La paralización de los plazos procesales decretada el 14 de marzo de 2020 por la crisis del coronavirus se ha traducido en la suspensión de miles de desahucios. Sin embargo, denuncian desde el Observatori DESC, esto solo ha escondido un problema que puede volver con más fuerza. Las medidas aprobadas por el Gobierno de coalición, indican, “no contemplan, ni siquiera en el caso de los grandes tenedores, la obligación de condonar la deuda” y no han hecho nada hasta ahora para evitar una “nueva ola de desahucios” a partir de la reactivación de los trámites en los juzgados, es decir, desde el pasado 4 de junio. Ni la suspensión de seis meses aprobada a finales de marzo para los desahucios de personas afectadas por el covid-19, ni la ampliación y mejora de la moratoria de los desahucios del 11 de marzo servirán para decenas de miles de familias que han visto caer sus ingresos o han perdido sus trabajos.

La desprotección hecha ley

 
El marcado incremento de los desahucios entre 2008 y 2012 se asentó, según recuerda este informe, sobre dos reformas del PSOE y otra del PP. Una ley del 23 de noviembre de 2009, lanzada por el ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, creó diez juzgados de primera instancia para “disponer de más medios materiales para facilitar los desahucios” y supuso una reducción de los plazos procesales y una aceleración de los trámites de desahucio. 
Un mes antes de las elecciones que llevarían al poder a Mariano Rajoy, el Gobierno del PSOE aprobaba la ley 37/2011, que agilizaba aún más los desahucios permitiendo que estos se realizaran sin que mediara un juicio. Ya con el PP en La Moncloa, el Gobierno dio todavía más poder a los propietarios con la ley 4/2013, que permite desahuciar a los inquilinos que se retrasen en el pago del alquiler en el plazo de diez días desde la tramitación de la denuncia. Esta ley también reducía la prórroga de los alquileres de cinco a tres años a la vez que permitía establecer incrementos en el precio del alquiler superiores al IPC. Una medida que fue corregida el 6 de marzo de 2019 con una reforma de la Ley de Arrendamientos Urbanos, que volvía a situar la duración de los contratos en cinco años y en siete para las personas jurídicas.
También hay que remontarse a esta época para rastrear el nacimiento de las socimis. Estas sociedades fueron introducidas en 2009 por el PSOE para atraer flujos de inversiones internacionales hacia el sector inmobiliario, especialmente hacia las viviendas en alquiler, aunque sin mucho éxito: en tres años no se creo ni una sola socimi, recuerda Javier Gil, del Sindicato de Inquilinos. En 2012, el PP reformó estas sociedades de inversiones y las dotó de “privilegios fiscales con los que no cuentan el resto de sectores económicos”: en adelante y hasta ahora, las socimis están exentas del pago del impuesto de sociedades, que hasta entonces era del 19%. Los intentos del Gobierno de “restaurar al sector financiero-inmobiliario como motor de la economía española”, explica Gil, no significaron la salida de la crisis de la vivienda, sino la entrada en una nueva fase: la burbuja del alquiler.
Esta batería de medidas hizo posible, según el informe, que el número de desahucios a partir de 2012 fueran superiores a los de los peores años de la crisis. Unas cifras que han mantenido una “tendencia estable” con la excepción de 2019, cuando bajaron ligeramente, todavía muy por encima de los números anteriores al estallido de la burbuja. “Constatamos no solo que no hemos vuelto a la situación previa a la crisis económica, sino más bien que se ha consolidado, e incluso normalizado, la vulneración diaria del derecho a la vivienda”, señala el informe.

El caso catalán

También en el caso de Catalunya los gráficos permiten identificar un punto de inflexión a partir de 2012, aunque a diferencia del resto del Estado español el número máximo de desahucios llegó un año después, en 2013. En los siguientes años, según la interpretación de los datos que realiza el Observatori DESC, en Catalunya las cifras se mantuvieron estables en torno a los 16.000 desalojos anuales. Unos lanzamientos que empiezan a descender en 2015. La aprobación de la ley catalana de medidas urgentes en materia de vivienda y pobreza energética de 2015 tuvo mucho algo que ver con esto, señala el informe. La suspensión de esta medida por el Tribunal Constitucional entre junio de 2016 y febrero de 2019 coincide con un ligero repunte de los desahucios.
A pesar de los más de 684.385 desahucios y las 1,7 millones de personas afectadas, las cifras no recogen ni mucho menos todos los casos de familias que perdieron sus hogares. El informe del Observatori DESC habla de los “desahucios silenciosos”, aquellos que no figuran en las estadísticas del CGPJ, muchas veces derivados de la negativa de los propietarios a renovar los contratos o de su pretensión de subir tanto los precios del alquiler que los inquilinos se ven forzados a dejar la vivienda sin que medie un proceso de desahucio. 
Para el Observatori DESC, los datos disponibles son solo una pequeña muestra de la “situación de emergencia permanente en la que estamos inmersos desde 2008”. Una crisis crónica que, a medida que va aumentando el precio de la vivienda y, en concreto, los precios del alquiler, ha provocado que “el concepto de familias vulnerables se aleje más de su sentido coloquial, tradicionalmente ligado personas con riesgo de exclusión social o marginales, y pase a ser una realidad aplicable a colectivos mucho más amplios de personas”. 
Según el Observatori Metropolità de l’Habitatge, casi la mitad de los habitantes de la ciudad de Barcelona tienen que dedicar el 42% de sus ingresos al pago de la vivienda, una situación de precariedad constante que impide afrontar gastos extraordinarios.

De burbuja en burbuja

Resulta habitual asociar los desahucios con el impago de la hipoteca. Sin embargo, ya en tiempos del estallido de la burbuja, y mucho más en la actualidad, el principal motivo para perder una vivienda es no poder afrontar el pago del alquiler. En 2019, el 68% de los desalojos fueron de alquiler y solo un 26% estuvo vinculado a una compra-venta. Unas cifras que son aún más claras en Barcelona, donde el 80,6% de los desahucios son de alquiler, y en Madrid, donde apenas el 12,7% de los desalojos son hipotecarios.
Las medidas tomadas por el PSOE y el PP para resucitar el negocio de la construcción y el negocio inmobiliario dieron resultados y el mercado vivió una nueva burbuja, esta vez centrada en el alquiler. Una tensión que se tradujo en un aumento comparativo de los desahucios de alquiler frente a los hipotecarios. Mientras los desalojos vinculados con las hipotecas no dejaron de caer en cifras absolutas desde 2014, los del alquiler se mantuvieron estables en torno a los 37.000 anuales, con un ligero aumento desde 2016.
En el caso de Catalunya, este tipo de lanzamientos experimentó cierto descenso a partir de 2015. Una tendencia que el informe identifica con una creciente movilización social protagonizada por el Sindicat de Llogaters (Sindicato de Inquilinos) y otros colectivos barriales, así como con la ley 24/2015. 
El aumento de los precios del alquiler y la pérdida de derechos de los inquilinos, unidos a una precarización creciente del empleo derivada de los efectos de la Reforma Laboral, han supuesto, según el informe, “un cambio de paradigma”. 
Una nueva cara de la misma crisis iniciada en 2008, que ha entrado en una nueva fase con la emergencia provocada por el coronavirus. Una situación que “ha dejado desamparada a gran parte de las trabajadoras y a la población más precaria, evidenciando una vez más las carencias de una sistema en el que no solo no partimos de posiciones iguales sino que excluye a una parte de la población y no contempla medidas que la protejan”, denuncia la investigación del Observatori DESC. 
En este sentido, este organismo reclama reformas estatales urgentes que prohiban los desahucios sin alternativa habitacional y habiliten mecanismos como el realojo o el alquiler social, como ya ha hecho la ley 24/2015 de Catalunya.
El análisis de estos 12 años de historia en los que el estallido de la burbuja inmobiliaria se transformó en una crisis crónica en el acceso a la vivienda revela que la salida de la crisis iniciada en 2008 está lejos de superarse. Las cifras de desahucios son “la principal expresión de una situación de emergencia habitacional que se ha cronificado y que presenta signos de consolidarse en forma de crisis habitacional o residencial permanente”, concluye el informe.
https://www.elsaltodiario.com/vivienda/analisis-684385-desahucios-2008-hipoteca-alquiler-pah-observatori-desc-concluye-crisis-permanente-cronica

Las personas mayores no pueden ser un negocio

La consecuencia más dolorosa y cruel de la pandemia del COVID-19 ha sido su elevada letalidad entre la población mayor de 70 años: cerca del 87% de las víctimas mortales de la enfermedad tenían más de esa edad.
Dolorosa porque de los más de 27.000 fallecidos y fallecidas por el coronavirus, se cebó y se instaló en las residencias de mayores, tanto públicas como privadas, donde algo más de 18.000 han muerto en esos centros, que carecían de medios humanos y técnicos (medicalización), para hacer frente a la pandemia.
Centros considerados como “aparcamiento de viejos y viejas” y gestionados con criterios de rentabilidad, pues una gran parte de las residencias se encuentran en manos privadas, donde la obligación de prestar unos cuidados integrales a las personas que residen en las mismas, es sustituida por el criterio de la eficacia económica y el beneficio privado.
Las Residencias de Personas Mayores, son concebidas por los distintos gobiernos -desde los antiguos asilos al actual modelo-, como lugares donde esperar la muerte con unos niveles mínimos de asistencia. Y con corresponsabilidad del resto de la sociedad, al no poder cuidar y atender a quienes nos cuidaron y atendieron.
Los poderes públicos, las instituciones, las CCAA, ponen en marcha el modelo de Residencias, para dar respuesta al problema de muchas familias que, o bien no residen donde sus mayores, o no pueden, o simplemente no se les quiere atender, a la vez, dar respuesta a miles de personas mayores que están solas.
El concepto es puramente asistencial, muy alejado de garantizar el derecho a ser cuidados y cuidadas, mantener y respetar la autonomía de estas personas y respetar que son sujetos de derecho. Desde esta perspectiva de la “gestión pura y simplemente asistencial”, los fondos buitres y determinadas empresas multinacionales, se han lucrado a costa de los derechos de las personas mayores y de los derechos laborales de las trabajadoras y profesionales de las Residencias.
Este modelo de gestión privada, se constituye con la “liberalización” de los Servicios Públicos, todos, desde la Educación, la Salud, las Pensiones y la Dependencia, los cuales son gestionados desde la perspectiva del negocio, utilizando recursos públicos (infraestructuras, dineros transferidos directamente desde las instituciones públicas, etc.), a la vez que las condiciones de las personas trabajadoras son precarizadas (plantillas absolutamente insuficientes, carencia de medios, salarios muy precarios), con los resultados dramáticos y crueles que conocemos en estos tiempos de pandemia.
Estos datos tan aterradores, tienen un añadido de responsabilidad política por todas las instituciones del Estado: se les ha violado su derecho a la Salud, -y en consecuencia, a la vida- al decidir quienes podían ser atendidos en los hospitales y quienes no, discriminando a estas personas por el hecho de ser mayores.
Grave, muy grave, pues nos encontramos ante una “selección de los más fuertes y de los rentables”, no el derecho a una vida digna. Por eso “empresarios despreciables” que tienen en las Residencias un buen negocio, han pedido a las instituciones públicas “compensaciones dinerarias (más de 7 millones de euros) por lucro cesante, es decir, porque considera que no han ganado lo que pensaban ganar, debido a la pandemia del COVID-19. Tenemos precedentes, con el caso Castor donde el Estado, con recursos públicos, les “embolsó” cerca de 3.000 millones de euros, en vez de llevarles ante la justicia, por estar atentando contra la Salud y la Vida de la población.
CGT reivindicamos, defendemos y luchamos por el derecho a la Sanidad Pública y la atención, con los Cuidados necesarios, a las personas Dependientes, tanto de las personas que ejercen esos derechos como de las trabajadoras que les atienden.
Las personas que se encuentran en las Residencias, no son “objetos a los que atender”, sino sujetos de derechos que deben ser cuidadas y cubiertas sus necesidades, desde su autonomía personal y con la ayuda de las profesionales trabajadoras.
Desde CGT, hacemos un llamamiento a potenciar y participar en las movilizaciones anunciadas para este mes de junio.
“El no cuidar a quienes nos cuidaron -nuestras personas mayores-, nos convierte en una sociedad sin moral y sin dignidad”
Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT
http://rojoynegro.info/articulo/ideas/las-personas-mayores-no-pueden-ser-un-negocio

Sindicato británico Unite, se opone frontalmente a adquisición de Air Europa por IAG

Unite el sindicato británico-irlandés de transporte, se opone frontalmente a la adquisición, ya pactada, de Air Europa por parte del Grupo británico IAG, al que pertenece Iberia, informa Europa Press.
Unite critica la decisión de IAG, a la que pertenecen British Airways, Iberia, Vueling, Air Lingus y Level, de gastarse “cientos de millones de libras” para adquirir Air Europa, de capital español y perteneciente al Grupo Globalia. La oposición de Unite es razonada en la Isla Brexit por suponer emplear recursos en el momento en que su escasez estaría obligando a despedir y recontratar trabajadores de British Airways (BA).
Tormenta perfecta en BA: “Sálvese quien pueda…” siempre que sea británico
Unite señala que IAG estaría en proceso de despido de 42.000 trabajadores de BA, para posteriormente readmitirlos, se supone que cuando pase el COVID-19 y el mercado se vaya recuperando, absorbiendo a unos 30.000 de BA, pero en condiciones menos favorables que las actuales, siendo finalmente despedidos 12.000 trabajadores. Unite en caso de materializarse, ya ha advertido que dará luz verde para que en Vueling e Iberia se proceda a despedir trabajadores al finalizar el actual ERTE. Esta es la solidaridad de los compañeros británicos del Grupo IAG.
Unite además considera que hay problemas graves de competencia que justificaría poner fin al Acuerdo con Air Europa, como es el dominio de IAG en el mercado aéreo de Europa a Sudamérica, a través de su posicionamiento en el mayor Aeropuerto de España, Madrid-Barajas. Este era el auténtico objetivo de IAG cuando absorbió Iberia, la posición predominante en Barajas, como portaviones para Latinoamérica.
Pero es que el sindicato británico-irlandés, que a partir de diciembre de este año, con la salida efectiva de Reino Unido de la UE veremos en qué posición queda, aprovecha estos últimos meses para informar a la Comisaría de la Competencia de la UE, Margrethe Vestager, que se presentará como tercera parte contra la adquisición de Air Europa. Así Graham, directora ejecutiva de Unite, ha asegurado que el equipo de la Dirección de la Competencia se ha mostrado abierto a estudiar las peticiones de este sindicato de la Zona Brexit. Unite está reuniendo pruebas e intentando aglutinar a terceros afectados.
El anuncio el pasado noviembre de la compra del 100% del capital de Air Europa a través de Iberia, por 1.000 millones, se complica, en esta época de crisis donde los británicos de IAG anteponen BA a cualquier otro colectivo de trabajadores del Grupo. Algo que no debe extrañar ni a los trabajadores de Air Europa, ni tampoco a los de Iberia o Vueling… Malos socios para tiempos de crisis. Es la hora de que la UE proteja a sus compañías aéreas, frente a los competidores extracomunitarios como BA… Air France y Lufthansa lo saben.
https://aviaciondigital.com/sindicato-britanico-unite-se-opone-frontalmente-a-adquisicion-de-air-europa-por-iag/

8 jun 2020

Los ricos, los impuestos y el amor a la patria

Hace unos días, el secretario general de Podemos y vicepresidente del gobierno, Pablo Iglesias, propuso que en España se estableciera una tasa o impuesto extraordinario para la reconstrucción del país que recayese sobre las personas con grandes patrimonios: del 2% a partir del millón de euros; el 2,5% a partir de 10 millones; el 3% a partir del 50 millones de euros y el 3,5% a partir de 100 millones.
La evolución del contribuyenteEs una propuesta muy parecida a la que se viene haciendo en muchos países no sólo por partidos o economistas de izquierdas sino, desde hace años, por muchas de las personas propietarias de grandes patrimonios. En Estados Unidos, muchos financieros y grandes capitalistas han reclamado en diversas ocasiones que se establezcan ese tipo de impuestos sobre sus fortunas porque, como dijo una vez el inversor Warren Buffet, él pagaba un 17,7% de sus ingresos entre el impuesto sobre la renta y cotizaciones sociales, frente a una media del 32,9% del personal de su empresa: "No hay nadie en la oficina, desde la recepcionista para arriba, que pague un tipo fiscal más bajo, y yo no tengo ningún planeamiento fiscal, no tengo contables ni recurro a refugios fiscales, me limitó a cumplir lo que el Congreso de los Estados Unidos me dice que haga".
Eso mismo ocurrió en Alemania en 2011, cuando un grupo de millonarios hizo un llamamiento a través del semanario político Die Zeit exigiendo que se aumentara la tributación de las grandes fortunas del país, para contribuir a incrementar los ingresos del Estado en tiempos de crisis financiera.
También en Francia, dieciséis de las mayores fortunas de aquel país pidieron en ese mismo año al Gobierno que les impusiera un impuesto especial para contribuir a salir de la crisis. En su manifiesto decían: "Nosotros, presidentes o dirigentes de empresas, empresarios, financieros, profesionales o ciudadanos ricos, deseamos la instauración de una 'contribución excepcional' que afectaría a los contribuyentes franceses más favorecidos".
La mayoría de los grandes propietarios no piensa de este modo, esa es la verdad.
Ahora que estamos viviendo las consecuencias económicas tan dramáticas de una emergencia sanitaria nos percatamos mejor que nunca de las opciones morales de cada uno.
Mientras que hay millones de pequeños y medianos empresarios que luchan sin descanso y sin apenas recursos para salvar sus recursos, cuando millones de personas se quedan sin ingresos y tienen que recurrir a comedores sociales para poder alimentarse, cuando los gobiernos (es decir, toda la sociedad) tiene que endeudarse hasta las cejas para evitar que cierren empresas, ¡qué difícil es encontrar muestras de solidaridad entre las personas con mayores fortunas!
Es verdad que muchas de ellas, algunos grandes empresarios, incluso están renunciando a sus retribuciones, un gesto simbólico sin duda valioso, o que realizan contribuciones silenciosas y de gran generosidad a otras personas que las necesitan. Pero siendo todas esas muestras dignas de elogio por la actitud personal que llevan consigo, no pueden ser por sí solas lo que permite que una sociedad sea justa y progrese proporcionando a todos sus miembros capacidades efectivas para ser libres y auténticas personas. Es más, pueden llegar a generar situaciones más propias de otros tiempos, como ocurre cuando el rey Felipe de Borbón, en lugar de reclamar Justicia distributiva, cumplimiento efectivo de las obligaciones fiscales y lucha contra la corrupción, se dedica a pedirle a la nobleza que compre leche y aceite para ayudar a la Cruz Roja.
La caridad es una virtud que debemos cultivar para sentirnos realmente humanos y no salvajes y debería ser digno de aplauso y reconocimiento social que se lleven a cabo. Yo aplaudo cuando grandes empresarios como Amancio Ortega o Juan Roig la practican y hacen donaciones millonarias y creo que eso mismo deberíamos hacer todos los españoles. Pero me parece igualmente evidente que la caridad, la generosidad particular, es sólo una de las ruedas con las que puede andar el carro de una sociedad moderna. Porque con ella sería insuficiente para sufragar todo lo que la sociedad en su conjunto necesita para que los seres humanos vivamos con dignidad y libertad; porque, desgraciadamente, no todas las personas tienen la misma disposición y porque lo que debe presidir el criterio de satisfacción de las necesidades colectivas ha de ser la justicia y ésta no puede quedar, por definición, al albur de nuestro particular deseo de contribuir o no a las cargas comunes.
Lo que necesitamos no son solo prácticas caritativas que vienen tan caprichosamente como se pueden ir. De nada sirve una nobleza o personas de grandes fortunas con gran generosidad que proporcionen pan y aceite a los pobres si luego esconden su patrimonio (como la propia familia del Rey) en paraísos fiscales. Lo que necesitamos es justicia fiscal.
Y es de llamadas a la justicia de lo que estamos escasos entre las clases más afortunadas de nuestra sociedad.
En lugar de reclamar una imposición para sí semejante a la que recae sobre el resto de la sociedad con menos ingreso y patrimonio, los más ricos de entre los ricos sólo buscan evadir cada vez con mayor sofisticación sus obligaciones fiscales.
Ha sido precisamente su mayor influencia política lo que ha hecho que los impuestos extraordinarios que solicitan incluso las personas ricas más generosas en momentos de crisis no sólo no hayan avanzado, sino que incluso poco a poco estén desapareciendo los que recaían sobre el patrimonio en muchos países. En Francia, por ejemplo, existía desde los años ochenta del siglo pasado un impuesto sobre las fortunas superiores a 1,3 millones de euros que el presidente Macron eliminó en 2028 para sustituirlo por otro sobre la riqueza inmobiliaria que también suspendió poco después. Y algo así ha parecido en otro muchos países.
Ese paso atrás consistente en reducir la imposición sobre las grandes fortunas justamente cuando mayores son los patrimonios y cuando más se abre la brecha entre la riqueza de los más afortunados y la de la gente normal y corriente es una de las razones que explica que en los últimos años la desigualdad crezca sin parar en nuestras sociedades, con el daño que es sabido que eso produce en todos los ámbito de la vida social y económica.
En estos momentos de una crisis económica tan grave provocada por la pandemia comprobamos mejor que nunca la doble vara de medir de los egoístas y la doble moral de quienes están a su servicio o viven de los pequeños derrames que dejan caer a su alrededor.
En los barrios ricos de todas las ciudades del mundo no sólo proliferan las protestas para evitar los inconvenientes que supone el incómodo confinamiento sino para mostrar el rechazo hacia las medidas sociales, en todos los casos más bien modestas en comparación con las que reciben siempre los más adinerados, que reciben los pobres. Basta ver las críticas que ha concitado en España la aprobación de un ingreso mínimo de baja cantidad y que ya existe prácticamente en todos los países de la Unión Europea.
Al mismo tiempo que se enarbolan banderas nacionales y se gritan consignas de amor a la patria se critica cualquier tipo de medida orientada a que todos los españoles contribuyamos en la misma proporción a sostener las cargas que la patria necesita para garantizar una vida digna a todos nuestros compatriotas.
No hace falta ser un genio de la sociología para saber la estrecha correlación que hay entre las familias que más se oponen a las medidas sociales de este gobierno manifestándose en estas últimas semanas en las calles y las que tienen cuentas en Suiza u otros paraísos fiscales, entre las que más banderas levantan y más besos le dan y las que más critican cualquier avance en justicia fiscal o eluden en mayor medida sus obligaciones con la hacienda pública.
Es muy curioso lo que está ocurriendo en estos últimos meses. Los más ricos de todo el mundo, los que pagan a los periodistas que difunden las maldades de los impuestos y a los políticos que los eliminan, se han dedicado a comprar los llamados "pasaportes pandémicos", es decir, la nacionalidad en diversos países para así poder desplazarse de un país a otro, según les convenga en cada caso, para eludir los confinamientos. Ahora lo hacen por esa razón, pero continuamente emigran de país en país huyendo del pago de impuestos, una emigración de la que se habla poco y que nada molesta, a pesar de que los costes que ocasiona a los países de donde salen y a donde van son mucho mayores de la emigración de quienes huyen de la pobreza.
No quiero decir con todo esto que la propuesta de impuesto que se se ha hecho en España por Podemos sea la solución de todos nuestros problemas. De hecho, no creo que, por sí solo, lo sea y me parece que se ha realizado de un modo bastante inadecuado. Si era una propuesta de Podemos no debería hacerla anunciado el vicepresidente del gobierno y si era del gobierno, debería haberlo hecho la ministra del ramo. Esa confusión no es buena y confunde a la gente. Además, las reformas fiscales no deben centrarse en figuras impositivas concretas que puede parecer que están dirigidas "contra" alguien sino como cambios de conjunto, sistemáticos, integrales y en beneficio de todos. Para no caer en el vacío, deben presentarse con gran solvencia técnica, venir acompañadas de medidas destinadas a evitar la elusión y el fraude y, sobre todo, precedidas de una potente pedagogía que explique bien los propósitos y las consecuencias de lo que se propone. De otro modo, las buenas intenciones fiscales se quedan en ruido que no resuelve nada y que lo empaña todo.
El debate sobre la nueva ley contra el fraude fiscal que ha anunciado la ministra de Hacienda sería una buena ocasión para plantear las cosas de otro modo, abriendo ante la sociedad española el debate sobre la justicia fiscal que necesitamos y como un reto fundamental: que quienes tanto dicen amar a la patria conviertan esa declaración de amor en una práctica efectiva que permita hacerla más grande y capaz de proporcionar libertad y bienestar a todos nuestros compatriotas.
https://blogs.publico.es/juantorres/2020/06/03/lo-ricos-los-impuestos-y-el-amor-a-la-patria/

Rojo y Negro Nº 346, junio 2020

4 jun 2020

GALERIA DE BUITRES DLXC

Juan Carlos I recibe 153.000 euros en su primer año como jubilado
Juan Carlos I recibe 153.000 euros en su primer año como jubilado ...Como está establecido los miembros pertenecientes a la familia real no tienen derecho a un pensión de jubilación, al no cotizar a la Seguridad Social. Es el Estado quien les asigna retribuciones a la Corona, que son administradas posteriormente por el Jefe del Estado, Felipe VI.  
En el caso del rey emérito, en el año 2019, el Felipe VI otorgó a su padre 194.232 euros divididos en doce pagas mensuales, emolumentos que el emérito ha venido cobrando hasta mediados de marzo de 2020, momento en que su hijo decidió retirarle la asignación a raíz de publicarse en la prensa internacional informaciones que relacionaban al rey Juan Carlos con una supuesta cuenta de 100 millones de euros depositados en un banco suizo.
La revista Vanitatis, ha realizado un cálculo del dinero recibido por el rey emérito desde que se jubiló hace un año. El resultado indica que Juan Carlos recibió 153.211 euros en 2019 y 39.802 euros en 2020, lo que hace un total de 153.211 euros recibidos en el primer año de su jubilación.
Cantidades que resultan minimizadas en comparación al patrimonio que según la revista Forbes, se le atribuye al rey Juan Carlos I. Una cantidad aproximada a los 2.000 millones de euros.