21 ago 2012

GALERIA DE BUITRES XXXI

Grandes empresas y bancos españoles han ganado 230.000 millones durante la crisis

Desde que arrancó la crisis del año 2007, la gran banca española ha ganado más de 76.000 millones de euros, mientras los recortes sociales han llegado a los 50.000 millones.
Otra vez y casi igual. El quinto año consecutivo de crisis socioeconómica, los resultados de la gran banca y las grandes empresas españolas ha vuelto a cerrar con beneficios millonarios.
En medio de un contexto de fuertes recortes sociales-los peores desde el final de la dictadura-, de destrucción de empleo y de servicios públicos, de precarización de las condiciones de trabajo y de crecimiento de la pobreza, las grandes empresas y los bancos agrupados en el índice bursátil Ibex 35 cerraron el 2011 con 33.696 millones de euros en beneficios netos. Desde 2007, año en que arrancó la crisis, estas treinta y empresas ya llevan acumulados 229.141 millones de euros en ganancias: 125 millones de euros al día. Cinco millones la hora. 87.188 euros el minuto.
La banca vuelve a ganar
Durante 2011, los cinco principales bancos españoles obtuvieron un beneficio neto conjunto de 10.197 millones de euros, un 32% menos respecto a 2010: Santander (5.351 millones), BBVA (3.003 millones), CaixaBank (1.053 millones), Bankia (309 millones) y Banco Popular (479 millones). La cifra podría ser más elevada, ya que, entre las cinco entidades, se destinaron 5.800 millones de euros adicionales en dotaciones extras para provisiones y saneamientos vinculados a la burbuja inmobiliaria. Cabe señalar, también, lógica neocolonial, que el 51% del beneficio del Santander se obtuvo de la actividad en América Latina. Y hay que apuntar que, desde que comenzó la crisis, los grandes bancos españoles ya se han embolsado 76.000 millones de euros en beneficios netos. Santander y BBVA son la segunda y la tercera empresa española que obtuvieron más beneficios del año pasado
Las grandes empresas, también
Una evolución parecida a la que han experimentado las 35 grandes empresas españolas-incluidos los cinco grandes bancos-que conforman el Ibex35. El resultado neto conjunto durante el 2011 es de 33.696 millones de euros, con un retroceso del 33,99% respecto a 2010. Las empresas-sin incluir los bancos-que han registrado más ganancias han sido Telefónica (5402 millones), seguida por las eléctricas Iberdrola (2.804 millones) y Endesa (2.212 millones), Repsol (2193), la siderúrgica ArcelorMittal (1627 millones) , Gas Natural (1.325 millones), Inditex (1.302 millones), Ferrovial (1.268 millones) y CaixaBank (1.053 millones). En el ámbito de pérdidas, sólo registra un descenso negativa de 1.604 millones de euros la constructora Sacyr Vallehermoso. En cambio, en cuanto a la bolsa española, el año 2011 obtuvo mejores resultados. El año pasado, las empresas cotizadas repartieron 28.213 millones de euros entre los accionistas, un 16% de incremento respecto al año 2010. Hay que recordar, además, que un 70% de estas empresas operan en paraísos fiscales y disponen de 108 sociedades mercantiles en territorios offshore, fuera de control. Encabeza este ranking el Banco Santander, con 33 filiales en paraísos fiscales, y la empresa Repsol, con trece filiales, doce de ellas en las Islas Caimán.
Entre fraudes y rescates
A estas cifras, habría que añadir, también, el que aportan las finanzas públicas para el rescate de las entidades financieras. El coste del rescate bancario ha sido cifrado, oficialmente, en 7551 millones, según datos recientes del gobernador del Banco de España. La cifra sólo remite a las cantidades aportadas para salvar cuatro entidades intervenidas (CAM, CCLM, CajaSur y Banco de Valencia) desde que arrancó la crisis. Pero esta cifra no tiene en cuenta las ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y el Fondo de Adquisición de Activos Financieros. En total, se han otorgado 19.885 millones, como préstamos, en apoyo a la liquidez de las entidades y 17.737 millones para dotarlas de recursos propios. En total, 37.632 millones, teóricamente recuperables: la compra de la CAM por el Banco Sabadell va aparejada con un acuerdo que establece que el Estado aporta el 80% de las pérdidas de la CAM durante los primeros años. Los otros costes directos derivados del rescate son el encarecimiento de la deuda pública española, que abonará 15.000 millones de euros en intereses los próximos cinco años.
A esta contabilidad, hay que sumar la reciente denuncia de los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha). En diciembre pasado alertaron de que el 88,4% del fraude fiscal de 2011 quedaría impune y se dejarían de ingresar cerca de 80.000 millones de euros. Gestha recordaba que el 71% de esta evasión la protagonizaban las grandes fortunas y las grandes empresas españolas. Grandes fortunas que, durante el año 2011, aumentaron su patrimonio un 6% y ganaron 2.150 millones de euros más, lo que hace que dispongan de una riqueza valorada en 37.700 millones de euros. Una docena de multimillonarias, la extrema riqueza española, encabezada por Amancio Ortega (propietario de Inditex y 2731 millones de euros más rico que el año anterior), el banquero Emilio Botín, la familia Entrecanales, la familia Del Pino (Ferrovial ) o las hermanas Koplowitz (FCC). Y acompañadas por las principales accionistas de la constructora ACS (los banqueros March, los Albertos-Alberto Cortina y Alberto Alcocer-y Florentino Pérez) o Manuel Jové, fundador de la inmobiliaria Fadesa. Todos ellos, según el clausurado diario Público, atesoran casi la cuantía de las peores recortes sociales que se han vivido desde el final de la dictadura. 37.000 contra 50.000 millones. Doce personas multimillonarias contra la mayoría social. Una lógica aplastante aplastando un infinitísimo decimal contra el 99%.
¿Y si devuelven lo que han robado?
Las cifras remiten sólo al período de crisis y de estallido de la burbuja inmobiliaria y el tsunami urbanizador que caracterizó el último ciclo expansivo de la economía española. Pero, se ha hablado poco o nada de todo lo que se ha ganado durante la bonanza económica de la obsesión constructora. Millones y millones de euros que fueron transferidos desde las capas populares y las clases medias a los grandes operadores del negocio inmobiliario. El 10 de junio de 2004, el Banco de España ya alertaba de las cifras de la especulación inmobiliaria: la sobrevaloración de la vivienda oscilaba entre un 24% y un 35%. Una cifra que, sólo seis días después, The Economist elevaba al 50%. Entre 1983 y 2007, el precio medio del metro cuadrado de vivienda nueva en España pasó de 250 euros a casi 3.000 euros. En 2007, justo antes de la crisis, aunque se proyectaban un millón y medio de viviendas nuevas en España y 300 campos de golf. Aquel año, el 43% de la renta familiar mensual disponible iba destinada a la vivienda, una transfusión permanente de riqueza de abajo a arriba a través de la especulación sobre el derecho social fundamental a la vivienda. Hoy, hay casi seis millones de pisos vacíos en España y el 60% de la gente asalariada cobra menos de 1.000 euros.
Sea como sea, el quinto año de la crisis ya las puertas de una nueva huelga general, la contabilidad esclarece que, si sumamos los beneficios empresariales y bancarios de los últimos cinco años, el coste parcial del rescate bancario, el volumen de fraude fiscal durante 2007-2011, los intereses de la deuda y el patrimonio de doce familias multimillonarias, llegamos a la cifra 558.000 millones de euros. Sólo con menos del 10% de esta cantidad, bastaría para evitar y revertir los 50.000 millones de euros de los recortes aprobados por Rodríguez Zapatero que hay en vigor. Metáfora del fraude, en 2005, ante unos beneficios históricos estratosféricos, Emilio Botín afirmaba: "Nuestro límite es el cielo".
Si su límite es el cielo, que el nuestro sea la propia paciencia ras de suelo. Contra la estafa que la crisis la pague quien no la ha provocado, contra la doctrina del choque que pretende presentarlo como inevitable y contra la cultura del miedo aplicada por imponer cada contrarreforma, concurre la proclama universal de la Junta Tuitiva de La Paz (Bolivia), emitida el lejano 1809: "Estamos guardando un silencio bastante parecido a la estupidez".

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