El aumento accionarial, como inversor destacado, de Francisco Javier Hidalgo en el grupo que fundó su padre y del que él es consejero delegado puede tener más trascendencia de la que a simple vista puede parecer. Durante años, Hidalgo padre alardeó de la posibilidad de salir al mercado de valores, y también de la posibilidad de ser objeto pasivo de una operación corporativa por parte de otro grupo de mayor tamaño que el suyo.
Nunca llegó a ser realidad lo de salir a Bolsa, ni tampoco lo de protagonizar una fusión por absorción, que más bien hubiera sido una absorción. Hubo momentos en los que se rumoreaba que el grupo Hidalgo parecía estar en las últimas, según algunos medios de comunicación. Y erraron aquellos agoreros. Si uno examina las memorias anuales publicadas en la web de Globalia, puede observar los datos auditados y publicados totales y por divisiones. Unos apetecibles y otros menos. Dicho lo anterior, la corporación empresarial posee, como muchos otros grupos y empresas, un valor que no siempre reflejan adecuadamente las memorias.
Por ejemplo, el de la división aérea. Sus cifras de importe neto y su distribución geográfica en los ejercicios 2016 y 2017 resultan atractivos para quien pudiera tener la tentación de hacerse con ella. O para crecer por sí sola más allá de lo previsto. Air Europa posee ahora una situación muy favorable y ventajosa de cara al temido Brexit. Y podrá sacar partido de las restricciones que probablemente sufrirá Iberia. Se le está abriendo una ventana de oportunidad para seguir creciendo a costa de la española de origen y británica tras su privatización e inclusión en IAG.
https://www.preferente.com/noticias-de-turismo/globalia-iberia-y-el-brexit-284011.html
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