2.572 expulsados desde España en 2014 en vuelos de la vergüenza
Durante el año 2014, el Estado español llevó a cabo134 vuelos de deportación. De ellos, la mayoría –117– fueron organizados en exclusiva por la Comisaría General de Extranjería y Fronteras; los 17 restantes son vuelos conjuntos organizados bajo el paraguas de Frontex, la Agencia Europea para el control de las fronteras de la UE. En seis de estos 17 operativos europeos que tuvieron escala en nuestro territorio, España actuó como "país organizador".
Todos estos operativos destinados, en exclusiva, a deportar, supusieron la salida forzada del país de 2.572 personas; además, otras801 –todas ellas argelinas– fueron deportadas por barco desde Alicante o Almería. La mayor parte de las deportaciones aéreas –exactamente un centenar de vuelos– tuvieron como destino Marruecos. De ellas, la mayoría se hicieron vía Ceuta, lo que implica el uso combinado del avión, el autobús o furgón policial y el ferry.
El avión, de pequeño tamaño –de la compañía Swift Air–, despega de El Prat o Barajas y aterriza en Jerez de la Frontera o Algeciras –muchas veces hace escala en Jerez y continua hasta Algeciras–. La media de personas deportadas en cada uno de este tipo de operativos es de unas 20. En otras ocasiones, las deportaciones se realizan vía Melilla, en ese caso los aviones aterrizan en el aeropuerto de dicha ciudad. Esto ha sucedido en 19 ocasiones en el año 2014.
Los grupos de personas deportadas son aún más pequeños: la media es de cuatro personas por operativo –además de los 99 vuelos para deportar vía Ceuta o Melilla, hay un caso excepcional del que desconocemos las circunstancias: la deportación de una persona desde la base de Rota a Tánger–. En total, han sido deportadas 1.638 personas a Marruecos. Casi la mitad de las deportaciones en operativos exclusivos de expulsión son a este país.
Los otros 34 operativos llevados a cabo en España en el año 2014 son los "grandes vuelos", con destino África Subsahariana, América Latina, Europa del Este y Asia. Estos vuelos internacionales son llevados a cabo por la compañía Air Europa. En los 17 organizados en exclusiva por el Ministerio del Interior español se deportó a 698 personas, 41 personas de media por operativo. Los destinos principales –lo que nos aporta además el ranking de los países más colaboracionistas con las deportaciones– fueron Senegal, Colombia, Mali, Nigeria, Ecuador y Mauritania.
En el caso de los vuelos conjuntos de Frontex –también 17– fueron deportadas desde España 237 personas, unas 14 por operativo. Además de destinos ya mencionados –y que se vuelven a repetir en los vuelos de Frontex, como Colombia y Nigeria–, hay también otros como Pakistán, Georgia, Albania, Macedonia, Serbia y República Dominicana.
Todas estas operaciones se hacen en España en el marco del Protocolo para las deportaciones, "reglamento" obsceno que da cobertura para que los escoltas –que casi doblan al número de personas deportadas– utilicen un sinfín de instrumentos represivos. El médico que forma parte del equipo puede administrarsedantes a quienes van a ser expulsadas del país. Los testimonios sobre maltratos policiales y los vídeos que los demuestran son de sobra conocidos, en el aeropuerto y en el avión pero también en los traslados previos desde calabozos, cárceles y Centros de Internamiento de Extranjeros.
El reciente informe de la Defensora del Pueblo, fuente de los datos aquí resumidos, mantiene su condescendencia con el ejercicio de la violencia por parte de los cuerpos policiales y con la legalización de la misma por parte del Estado (no se encuentra ni siquiera una sola crítica al Protocolo para las deportaciones).
El Gobierno español ha firmado un nuevo contrato con las compañías Swift Air y Air Europa para prolongar su monopolio del sucio negocio de las expulsiones. Así, esta Unión Temporal de Empresas recibirá 11 millones de euros que se suman a los 24 millones ya cobrados en el período 2013-2015.
Por otra parte, es necesario señalar que, junto a estos operativos exclusivamente dedicados a la deportación, persisten las miles de deportaciones en vuelos regulares, es decir, incluyendo a alguna persona deportada en la parte trasera del avión en los trayectos comerciales.
La Campaña por el Cierre de los CIE hace un llamamiento a todas las personas y organizaciones sociales que leáis estas líneas para que os suméis al boicot a Swift Air, Air Europa y, por extensión, a todo el grupo empresarial Globalia, del que forman parte empresas como Halcón Viajes, Viajes Ecuador, TravelPlan y BeLive.
Llamamos también a la solidaridad con las personas deportadas y a la desobediencia en aquellos vuelos comerciales en los que las personas que van a volar detecten que se va a producir una deportación. Miles de expulsiones se han parado en los últimos años por la resistencia de las personas que iban a ser deportadas y por el apoyo del pasaje.
No es la policía la autoridad en el avión, sino el comandante o la comandante del vuelo. Pequeños gestos –negarse a sentarse o a abrocharse el cinturón de seguridad, quejarse de la situación al personal del vuelo– pueden ser suficientes para detener una deportación.
La Campaña por el Cierre de los CIE quiere señalar como principales responsables políticos de estos operativos atroces al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.
A su política asesina en la frontera sur –balas de goma a personas indefensas en el agua, deportaciones ilegales en las vallas, suspensión flagrante del derecho de asilo– se suma esta sofisticada y planificada operación de expulsión, que empieza con las cacerías de personas en redadas racistas y se completa con su conversión en mercancía humana agrupada en los vuelos de deportación.
Sólo una sociedad enferma puede permitir que estos hechos tengan lugar. No nos limitemos a recordar con horror las deportaciones masivas que forman parte de la historia de Europa Occidental en el último siglo.
¡Parémoslas aquí y ahora!
https://www.diagonalperiodico.net/global/27180-analisis-y-propuestas-ante-la-publicacion-datos-vuelos-deportacion-ano-2014.html
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