Los datos de la última EPA sólo reflejan mejoras parciales y muy frágiles de las condiciones de vida de las familias trabajadoras
La Confederación General del Trabajo (CGT) no comparte el entusiasmo que hoy transmiten la mayoría de los medios españoles al dar cuenta de los datos recogidos en la última Encuesta de Población Activa (EPA) que ha facilitado en Instituto Nacional de Estadística (INE). Según dicha EPA, el número de parados habría bajado en 295.600 en el segundo trimestre de 2015, hasta situarse en 5.149.000, lo que reduciría la tasa de paro en 1,4 puntos, dejándola en el 22,37 % y la colocaría en valores de mediados de 2011, mientras que el empleo aumentaría en 411.800 trabajadores, el mayor incremento según la versión oficial, desde el segundo trimestre de 2005.
Con los datos publicados por el INE, en los últimos doce meses el empleo ha crecido en 513.500 personas, al mismo tiempo que el paro se reduciría en 473.900. Según la Encuesta de Población Activa (EPA), en el conjunto de España el número de parados disminuyó en el segundo trimestre del año en 295.600 personas respecto al primer trimestre del año y alcanzó la cifra de 5.149.000 personas.
Pero lejos de significar la excelente noticia que se nos quiere transmitir (sobre todo porque se aproximan unas elecciones generales) en opinión de la CGT la moderada caída del paro está muy lejos de diagnosticar una mejoría significativa de la grave situación que bien millones de familias españolas. Porque aunque sea cierto que hay 473.900 parados menos, debemos tener en cuenta que la gran mayoría de empleos no deberían ser considerados como tales; nos referimos a los contratos basura (tanto a los que se hacen por unos días o incluso por horas, como los de media jornada o menos, así como a los que tienen una retribución salarial miserable).
No podemos olvidar que todavía (según el propio INE) tenemos más de 5 millones de personas en paro (por encima del 22%), lo que representa el mayor porcentaje de la UE, ni tampoco que podríamos estar en cifras muy superiores si 600.000 jóvenes universitarios y 2.000.000 de trabajadores extranjeros no hubieran abandonado el país ante la imposibilidad de encontrar un puesto de trabajo. Y es que hoy, tener empleo no supone salir de la pobreza. Hemos pasado –sin que el coste de la vida deje de subir- del “mileurismo” (salarios de mil euros mensuales) a retribuciones de 700 u 800 euros, por jornadas de 8 o más horas de duro trabajo.
Por otro lado, la CGT quiere llamar la atención sobre la fragilidad de estas leves tendencias al alza que se producen en los últimos trimestres. Un dato a tener en cuenta es que uno de los sectores más dinámicos de la economía nacional, el turismo, se está viendo beneficiado por la inestabilidad política en países que hace unos años eran directos competidores: Túnez, Egipto, Grecia, Turquía, etc. Otra consideración importante es que la cercanía de las elecciones tiene la virtud de movilizar recursos económicos para obras públicas, ayudas sociales y pago de atrasos al funcionariado, cuyo nada secreto objetivo es ganar votos para el partido en el poder en cada ocasión.
Por último, la CGT denuncia la constante destrucción del empleo digno y aceptablemente retribuido en sectores con grandes beneficios: banca, telecomunicaciones, energía, transportes, automoción, etc. La continuada presentación de ERE en muchos sectores y la paulatina sustitución del trabajo digno por precario y subcontratación en todos los ramos de la economía es la razón de que el 90% de los contratos realizados sea temporal o que más de la mitad de los jóvenes no tenga ni espere un puesto de trabajo. En definitiva, celebrar que tengamos 4 ó 5 veces más paro que EE.UU. Europa o Japón, y cuando todos los organismos internacionales resaltan la mala calidad del empleo en España, por muy electoralista que resulte, desde CGT no nos parece correcto.
Gabinete de Prensa Confederal - 23 de julio de 2015
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