20 jefes de la banca acumularon 570 millones en pensiones en plena crisis
Alfredo Sáenz tenía 68 millones en su
plan de pensiones a finales de 2007. Salió en 2013 y ya eran 88,2
millones. Francisco González tenía 61,3 millones en 2007. Dos años
después los consolidaba por 79,5 millones (30% más). Francisco Luzón
sumaba 45,5 millones antes de la debacle y en 2011, cuando se fue,
eran 63,6 millones (un 40% más).
La crisis estallaba en España en 2008,
descubriendo que este país había crecido montado en una burbuja alentada
por la banca a través del crédito fácil. Cuando, tras la quiebra de
Lehman Brothers, los mercados internacionales dejaron de dopar al país
con dinero barato porque ya nadie se fiaba de nadie, se acabó la fiesta
del milagro español. Se cerró el grifo del crédito, se disparó el
desempleo y la morosidad, especialmente la de los promotores
inmobiliarios, y un temporizador se activó en el corazón de la
banca. España entraba en la peor crisis desde que volvió la democracia.
Con la economía enferma, el futuro se volvió incierto. Para quien quería
incorporarse al mercado laboral, quien estaba en él y quien se acercaba
a la edad de abandonarlo. No todos.
Alfredo Sáenz |
Mientras recomendaban desde sus informes reformas estructurales,
incluido un recorte en pensiones para hacer sostenible el sistema, y le
susurraban a presidentes de uno y otro signo en reuniones en Moncloa que
no les temblase el pulso, los primeros ejecutivos del Ibex se
apresuraron a proteger su propio futuro con fuertes dotaciones a sus
planes de pensiones o cambios en las condiciones de los mismos para rescatarlos aunque siguieran en activo. Los más activos fueron los gestores de los grandes bancos. Una veintena de ellos sumaba derechos por importe de 570 millones de euros,
bien acumulados en las pensiones devengadas por su entidad a finales de
2014 o bien porque ya los tienen a buen recaudo por haber ejercitado su
cobro en forma de capital a lo largo de la crisis.
El Santander modificó desde los albores de la crisis la
configuración de los planes de pensiones de sus consejeros ejecutivos y
de la alta dirección permitiendo que, al cumplir la edad de jubilación (65) o prejubilación (entre los 60 y 64), pudiesen optar por cobrar la cantidad acumulada de una sola vez, en lugar de mensualmente como complemento hasta el fallecimiento. Los dos primeros espadas del banco entonces, Emilio
Botín (presidente) y Alfredo Sáenz (consejero delegado), ambos con la
edad de jubilación ya cumplida, fueron de los primeros en acogerse
a esta posibilidad en 2009. Siguieron en el banco, pero ya se habían
asegurado el cobro de lo acumulado cuando se jubilasen de forma
efectiva.
Francisco González |
Gracias a los cambios en su contrato, pudo solicitar el rescate de su plan de pensiones íntegro: 88,17 millones de euros brutos.
El exconsejero delegado del Santander fue durante años el ejecutivo
mejor pagado de España pero además la dotación a su plan de ahorro para
la jubilación creció con fuerza durante la crisis. Pasó de 68 millones a
cierre de 2007 a los citados 88,17 millones, que incluían la parte
dotada durante su paso por Banesto. El abono en una única prestación se
dividió en 38,2 millones de euros netos en efectivo y 2,2 millones de
acciones del banco (con un coste de adquisición de 12,2 millones de
euros) que no puede vender hasta finales de abril de 2018. A cierre del
viernes pasado esas acciones valían ya 14,8 millones de euros.
Emilio Botín fallecía el año pasado a los 79 años de edad. El
expresidente de la entidad había ejercitado también su opción de
acogerse al abono en una única prestación, es decir, consolidó sus
derechos, motivo por el que los 25,8 millones de euros brutos que acumulaba a cierre de 2013 corresponden ahora a sus herederos.
Matías Rodríguez Inciarte |
En 2010, era Matías Rodríguez Inciarte quien, superados los
60 años, se acogía a la opción de recibir su pensión en forma de capital
cuando se jubilase porque, de momento, sigue en la entidad. Al
optar por esta posibilidad, el fondo de pensiones del vicepresidente
del Santander dejaba desde ese momento de recibir nuevas aportaciones,
sí recibe en cambio el interés anual pactado con el banco. Antes de
solicitar la prejubilación, el acumulado de Rodríguez Inciarte era de
52,5 millones (un 18,8% más que a finales de 2007).
También se acogió a la nueva fórmula de cobro el que fuese máximo responsable del negocio en América del Santander, Francisco Luzón, quien se prejubiló a finales de enero de 2012, recibiendo ya en ese momento como derechos de prejubilación 2,8 millones de euros. Justo
el año anterior, los derechos acumulados de su plan de ahorro para la
jubilación pasaban de 55,9 a 63,6 millones de euros (un 14% de subida en
un año). Según el informe anual de la entidad, se debió a "un
cambio en la situación familiar del consejero". Luzón alcanzaba la edad
de jubilación en enero de 2013, momento en que solicitó el abono en una
única prestación de sus fondos acumulados, que alcanzaban ya un importe
bruto de 65,4 millones. Recibió 21,1 millones de euros netos en efectivo
y 1,14 millones de acciones del Santander (por un valor entonces de 7,1
millones de euros). Actualmente esas acciones valen medio millón de
euros más.
Ana Botín ha pasado de 18 millones de euros a finales de
2007, cuando además de consejera del Santander era presidenta ejecutiva
de la filial Banesto, a 40,1 millones a cierre de 2014, ya como
presidenta del grupo, en los que se incluye el plan que tiene
externalizado con otra aseguradora precisamente desde su paso por
Banesto. En medio, ha sido máxima responsable de la filial británica del
grupo, a la que se incorporó a finales de 2010.
No menos llamativas son las aportaciones al plan de ahorro de Juan Rodríguez Inciarte,
un histórico de la entidad que llegó al consejo en 2008 y de una
dotación procedente de sus cargos de directivos de 9,9 millones a cierre
de ese año pasa a 13,7 millones seis años después (un 38,4% más).
El otro gigante bancario español, el BBVA, no le ha ido a la zaga al
Santander ni en cantidades ni en sumarse a la práctica de asegurar el
cobro del plan de ahorro para la jubilación por parte de ejecutivos que
siguen en activo. En 2009, al haber cumplido el presidente del banco, Francisco
González, los 65 años, el consejo de administración de BBVA procede a
consolidar los derechos acumulados, que ascienden en ese momento a 79,8
millones de euros, y externalizarlos en una póliza que podrá percibir una vez abandone sus funciones ejecutivas en la entidad.
Fue precisamente la decisión de González de seguir al timón del banco
lo que hizo que dejase la entidad el que había sido hasta 2009 y
durante ocho años consejero delegado de BBVA, José Ignacio
Goirigolzarri. No se fue de vacío. Pudo cobrar de una vez los 68,7
millones de euros correspondientes a sus derechos de ahorro
externalizados en una póliza de seguros contratada por el
banco. ¿Fue aquella la jubilación de Goirigolzarri? Ni mucho menos.
Desde mediados de 2012 está al frente de Bankia, cuyas riendas cogió
tras la precipitada salida de Rodrigo Rato de la entidad. Actualmente,
Bankia no tiene compromisos de ahorro por jubilación con sus
consejeros.
El consejero delegado actual de BBVA, pese a haber pasado los peores
años de la crisis en el cargo, no lleva mal ritmo de acumulación en su
plan de ahorro jubilación. Ángel Cano cerraba 2010, su primer año completo como CEO, con derechos por importe de 14,6 millones de euros.
En 2012, tras el rescate de la banca española por parte de Europa y
aquel movido verano en que todos los poderes fácticos diseñaron planes
por si se rompía el euro, recibe el primer empujón fuerte. El informe
anual de BBVA explica que es "la situación en los mercados de deuda de
bonos corporativos de alta calidad" y la normativa la que le obliga a
"una actualización de los tipos de interés para las prestaciones
post-empleo". Esto se traduce en una aportación de 6 millones de euros
al plan de jubilación de Cano. A finales de 2014 el acumulado era ya de 26 millones (un 79% más que cuando llegó al cargo).
Si hay algo que comparten la mayoría de los bancos y de las empresas
del Ibex en general es la alta edad de los consejeros. No es casualidad
que ya se hayan comentado unos cuantos casos de ejecutivos que han
alcanzado la edad de jubilación, han ejercitado la opción de su plan de
jubilación y han seguido en la entidad. El caso del Banco Popular es
una prueba de qué pasa cuando se sigue la tradición de nombrar en los
puestos ejecutivos a personas de dentro de la entidad y se escoge a
personas con una larga, muy larga trayectoria.
En julio de 2007 es nombrado consejero delegado del Popular José
María Lucía en sustitución de Francisco Fernández Dopico, que había
cumplido ya los 65 años. El nuevo CEO tenía 60 años de edad y poco más
de un año después dimite por razones de salud. Le sustituye Roberto
Higuera, nombrado en septiembre de 2008 y quien un mes después cumple
los 65 años, por lo que se jubila en 2009, aunque sigue como consejero.
Entre los tres acumulan en el momento de abandonar la entidad derechos
por importe de 26,2 millones.
Pero si hay un consejero que pasa por el máximo órgano ejecutivo del
Popular con el plan de jubilación más alto no es uno de ellos, ni
siquiera el presidente, Ángel Ron. Es José María Arias Mosquera,
presidente del Banco Pastor, la entidad que fue adquirida por el Popular
en 2012, y hoy vicepresidente del Popular. Arias llega con unos derechos devengados por importe de casi 14 millones de euros.
Las grandes cifras de las jubilaciones han hecho pasar desapercibidos
otros planes de jubilación que en comparación parecen mucho más
modestos pero que también han crecido con fuerza durante la crisis. Es
el caso de Ángel Ron, el presidente del Popular, que ha pasado de
contabilizar 3,4 millones a finales de 2007 a 7,8 millones a cierre de 2014, un 129,4% más. O Francisco Aparicio Valls, que pasó de poco más de medio millón de euros a 3,7 millones en el mismo periodo.
La gran banca española ha vuelto a los grandes beneficios.
El plan de expansión monetaria de Mario Draghi, presidente del Banco
Central Europeo, riega de euros desde hace meses forzando al fin que se
abra el crédito. Dicen que lo peor ha pasado pero ni la mejora ha
llegado a todo el mundo ni todo el mundo pasó por lo peor.
http://sabemosdigital.com/hoy/512-jefes-de-la-banca-acumularon-570-millones-en-pensiones-en-plena-crisis
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