Finalizada la Guerra Civil, la dictadura del general Franco reprimió ferozmente a sus enemigos políticos. Consejos de guerra carentes de cualquier garantía procesal dieron lugar a numerosas ejecuciones por fusilamiento o garrote vil.
El pueblo de Madrid, en memoria y reconocimiento a las cerca de 3.000 personas ejecutadas e inhumadas en esta necrópolis entre abril de 1939 y febrero de 1944.
“Que mi nombre no se borre en la historia”
Julia Conesa
Julia Conesa
Estos medidos, comedidos y lacónicos textos fueron aprobados por el anterior gobierno municipal para ilustrar las placas explicativas que deben ser instaladas en el Monumento a las 2937 víctimas ubicado en el lugar de su fusilamiento e inhumación, junto a la tapia del Cementerio del Este.
Algún día, el Sr. Martínez Almeida y los partidos que le auparon para presidir el gobierno municipal tendrán que reconciliarse con los familiares de las personas ejecutadas por el franquismo en el Madrid de la posguerra. Entre tanto, su misión parece consistir en crear la afrenta necesaria para que llegue a darse ese escenario, incidiendo antes para ello en el ultraje permanente a las víctimas, en la humillación indigna e inmoral a sus familiares y en la calumnia interesada para, en una apología perfecta del espíritu bélico, totalitario y maniqueo de las cruzadas, el odio y la venganza contribuyan a enmascarar la historia y cuestionar ideologías de convivencia y progreso.
Víctimas y familiares luchamos desde los principios por desprendernos de los estigmas impuestos por quienes se sublevaron en armas contra la República en España y consolidaron su conquista a sangre y fuego. Hoy seguimos sangrando, como se le supone al resto de la población, cuando nos pinchan.
El actual gobierno de Madrid, constituido por quienes pretenden normalizar de nuevo a los enemigos de la democracia y sostenido por estos mismos, irrumpió tras las pasadas elecciones municipales bien pertrechado de banderas, garras y alfileres. Cuando el Ayuntamiento paralizó de inmediato las obras del monumento memorial en el Cementerio del Este (a punto de concluirse y ser inaugurado), ya presentimos que entre sus malas intenciones figuraba el arrancar las lápidas con sus nombres, edades y fechas de ejecución para privar cuanto antes de esa mínima reparación a sus familiares (quizá por ello no creyeron nunca oportuno recibirnos y menos para explicarnos su lacerante propósito).
Después de que familiares, colectivos memorialistas y grupos municipales hayamos resistido con templanza de faquir estos interminables meses de espera, paciencia y desesperación aguardando una respuesta oficial, la alcaldía confirmó este inaudito atropello al sentido común y a la concordia respondiendo a una pregunta de la oposición en Pleno Municipal: pretenden borrar sus nombres. Resulta inimaginable que una institución pública pueda obrar de semejante guisa que, a buen seguro, no osaría ni insinuar si se tratara de víctimas de otras graves violaciones de derechos humanos como el terrorismo.
En democracia, el escudarse 80 años después en las leyes, procedimientos, acusaciones y sentencias de una dictadura impuesta a sangre y fuego para justificar la retirada de los nombres de sus víctimas de un Memorial democrático en el lugar donde fueron fusilados, nos ha de resultar inadmisible por aberrante y miserable. Pero es que, además, ese ejercicio de empatía del gobierno municipal con el infumable argumentario y la burda propaganda del régimen fascista para amparar sus crímenes, significa fusilarlos nuevamente y compartir el interés de los represores por ocultar su existencia en la historia, sus nobles ideales y, de paso, perpetuar la venganza sobre sus descendientes.
En un futuro (esperemos que no muy lejano), dependerá otra vez del voto de la ciudadanía el recuperar o no las políticas de memoria y derechos humanos, así como la honorabilidad perdida de unas instituciones que pretenden actuar en su nombre, pero sin sus nombres haciendo gala de políticas camorristas y de confrontación.
Entre tanto, Memoria y Libertad llama a toda la sociedad a apoyar la finalización del monumento memorial tal y como estaba previsto y aprobado, con todos los nombres, y ahorrarle al Sr. Martínez Almeida y a los partidos que le auparon el esfuerzo de tener que reconciliarse después con los familiares.
La tercera placa que sería instalada en el lugar de Memoria no puede ser más premonitoria y, a su vez, plena de esperanza:
Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada,
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
ella pondrá dos piedras de futura mirada,
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.
Miguel Hernández
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