Con luminosas fachadas exteriores, pero venenosas por dentro. Las casas de apuestas han crecido como setas en España en los últimos años hasta convertirse en un problema social. La preocupación por los efectos de lo que desde ciertos colectivos ha sido denominado como “la heroína del siglo XXI” ha desembocado en manifestaciones y ha obligado a los partidos políticos a asumirlo como un problema real de nuestra época.
Sin embargo, una de las grandes dificultades a la hora de estudiar este fenómeno ha sido averiguar cuántos de estos locales había en todo el país, en qué lugares se situaban, qué características socioeconómicas tienen estos barrios… Ahora, el estudio ‘Locales de juego y apuestas en el municipio de Madrid’, elaborado por la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), arroja algo de luz sobre este oscuro negocio en la capital del país.
En julio de 2019, a través del Censo de Locales del Ayuntamiento de Madrid, han podido identificar 378 locales de juegos de azar, entre los que no cuentan las administraciones de lotería. Tras un trabajo de campo, el número se elevó hasta los 400 locales. “De ellos, en el 75% están presentes Sportium y Codere, definiendo, de tal modo, una estructura de mercado de duopolio. Paradójicamente esto no ha despertado el celo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, tan pronta a intervenir cuando los ayuntamientos y las CC AA intentan poner freno a determinadas prácticas económicas llamadas “colaborativas””, explican en el informe.
Atendiendo a los barrios y distritos de la capital, el estudio ha podido establecer que las casas de juego se hallan dentro de la zona occidental de la almendra central y en los barrios periféricos del sur próximos a la M-30: “En particular, se identifican fuertes aglomeraciones en Aluche-Vista Alegre-San Isidro, Moscardó-Almendrales, San Diego-Numancia, Sol, Bellas Vistas y Quintana. Más en concreto, en esos espacios sobresalen determinadas calles y sus entornos: Bravo Murillo, Alcalá, Marcelo Usera, General Ricardos, avda. de la Albufera…”.
En cuanto a los ejes socioeconómicos, el estudio advierte de un claro patrón de predominio de estos locales en “los barrios en los que la renta media de los hogares está por debajo de la media municipal”, como Tetuán y Quintana. “En cambio, se observa que hay muy pocos locales en los barrios que lindan con La Castellana u otros como Las Palomas, La Piovera, El Plantío…”, explican. Una dinámica que se sucede si atendemos al nivel de estudios: a menor nivel de estudios de la población adulta de estos barrios, mayor es el número de casas de apuestas. Se invierte esta lógica respecto al nivel de paro: a mayor tasa de desempleo, mayor es el número de locales presentes en dichos barrios.
Estos datos se corresponden con la intuición del abogado Eduardo Gómez que en una entrevista para Apuntes de Clase se explicaba así: “Desconozco a qué perversa lógica empresarial responde el que, al parecer, se ubiquen este tipo de locales en barrios eminentemente obreros, pero intuyo que puede estar relacionada con varios factores. Por un lado suelen ser barrios muy castigados por el paro, por lo que sus habitantes disponen de más tiempo libre. En segundo lugar, también consecuencia de la tasa de desempleo pero sobre todo de la precariedad laboral, supongo que la expectativa –falsa– de conseguir dinero rápido, aunque sea en pequeñas cantidades para ir tirando, y de manera legal, es también un acicate para caer en la tentación de apostar. Por último, pero no menos importante puesto que de aquí nace la ludopatía, creo que no debemos descartar el factor psicológico. El que se refiere a las personas que utilizan los locales de apuesta como vía de escape para despejar la mente de sus problemas cotidianos, que en estos barrios suelen ser muchas personas”, señaló el jurista hace escasas semanas.
A pesar de todo esto, los autores del estudio piden cautela a la hora de analizar los datos: “El fenómeno de las casas de juego es reciente, probablemente no ha tocado techo. Las pautas de localización ahora conocidas dan pistas sobre el futuro previsible”, señalan con la intención de poder seguir estudiando y ampliando el estudio más allá de la capital del país.
Un problema legislativo
Al realizar el trabajo de campo en Madrid, los vecinos y vecinas que ha participado en el informe encontraron una de las principales dificultades a la hora de estudiar este nuevo fenómeno: la diversidad de licencias de actividad que poseen estos locales. En su mayoría operan como administraciones de lotería y establecimientos de entretenimiento. En el campo de la legislación, esto provoca importantes problemas de localización. Según el Decreto 106/2006, de 30 de noviembre, “no se podrá conceder autorización de funcionamiento de local específico de apuestas a locales situados a una distancia a pie o poligonal inferior a 100 metros de los accesos de entrada a centros educativos de enseñanza no universitaria, a excepción de los centros de educación de personas adultas”. Sin embargo, el Decreto 42/2019 del Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid da una moratoria de 10 años para que estos locales se adapten a la nueva legislación.
Atendiendo a los datos aportados por este estudio, al menos 53 locales de juego y salones de apuestas se encuentran a menos de 100 metros de los colegios públicos y privados de primaria y/o secundaria, ycasi la totalidad de los 400 establecimientos de juego se encuentran a menos de 500 metros de este tipo de centros.
La mirada hacia las instituciones
La FRAVM ha puesto el foco sobre las instituciones como las únicas capaces de poner freno a esta problemática que inunda barrios y ciudades. En esta ocasión han lanzado más de 20 propuestas tanto a la Comunidad de Madrid como a los ayuntamientos de la región. Al Gobierno autonómico le solicitan la creación de Zonas de Especial Protección de Población Vulnerable, con el objetivo de “alejar el fantasma de la ludopatía de personas con bajo nivel de ingresos y escasos recursos”. Solicitan también un aumento en la periodicidad de las inspecciones públicas para así poder detectar y sancionar ilegalidades como, por ejemplo, la entrada de menores o de personas inscritas en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ). Ponen como ejemplo el operativo policial llevado a cabo los días 27 y 28 de septiembre de 2019, que se saldó con 220 denuncias y la detección de 28 menores y 184 personas indocumentadas dentro de estos locales, algo totalmente prohibido.
Los autores del informe también consideran que la distancia de 100 metros respecto a los centros educativos es “manifiestamente reducida”, por lo que solicitan una ampliación “con el fin de prevenir la adicción en edades tempranas”. Esta medida podría tener cabida en una futura Ley Integral del Juego de la Comunidad de Madrid, otra de las peticiones de la FRAVM, la cual debería elaborarse teniendo en cuenta a las asociaciones de afectados/as y otras entidades de carácter social.
Respecto a la publicidad, proponen prohibir la aparición de este tipo de negocios en “equipaciones, instalaciones, patrocinios o similares de todo tipo de apuestas deportivas en los equipos de todas las categorías deportivas en la Comunidad de Madrid, siguiendo el ejemplo de la regulación de la publicidad de los productos del tabaco”, además de en los medios e instalaciones de transporte colectivo (autobuses, metro y trenes) de la CAM.
https://www.lamarea.com/2019/10/29/mapa-casas-apuestas-madrid/