“Así se saquea una Caja de Ahorros: todos los nombres. De Paloma O´Shea (Emilio Botín) a Blanca Marsillach. Calatrava clava un Obelisco. “Vendidos” en CC.OO” es otro volumen de la Biblioteca Blesaleaks que ofrecemos a nuestros lectores con los emails del banquero Miguel Blesa que afloran los nombres de todos aquellos que participaron en esta monumental estafa. La lista de los que escribían a Blesa o le pedían o hacían favores es realmente amplia y la de aludidos aún más: Esperanza Aguirre, Paloma O´Shea (esposa de Emilio Botín), la actriz Blanca Marsillach, Alberto Aza (Casa Real), el arquitecto Calatrava, la sindicalista María Jesús Paredes y su marido Francisco Baquero (CC.OO), Juan Bravo (concejal de Gallardón y hoy su subsecretario de Justicia), Antonio Cámara (secretario de protocolo de Aznar), Nacho González (“heredero” de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid)…
El libro también incluye algunas actas de los Consejos de la entidad bancaria que Blesa también “cocinaba” pero que afloran el número de empresas que recurrían a sus fondos y créditos para tapar sus problemas. Las “operaciones de riesgo” se ejecutaron con El Corte Inglés (115 millones), Cepsa (97 millones), RTVE (26,5 millones), Real Madrid (5 millones), Mapfre (60 millones), Prensa Ibérica (20 millones), Inmobiliaria Espacio (17,5 millones), CC.OO (600 mil euros), Inmobiliaria Alhambra (35 millones), Asociación Nacional del Profesorado Estatal Madrid, Sindicato Independiente (ANPE) (240.000 euros)…
Particularmente curiosa resulta la lectura del “debate” sobre el cese de Miguel Blesa a raíz de un informe publicado por “El Mundo”: amigos y enemigos, tirios y troyanos, cierran filas en torno a su “jefe” que tan generosamente les retribuye. El entonces director del diario ABC, Angel Expósito, le entrega incluso una carta del ex secretario general de la Caja donde denuncia que tanto su cargo como el de otros consejeros son ilegales por las trampas que facilitaron su reelección. Quede para la historia como un ejemplo de como el “peloteo” se pone por encima de los intereses generales cuando al bolsillo toca
En esto, los sindicatos alcanzaron una complicidad delictiva aún no depurada, como ninguna otra: El diario “Público” denunció que la sindicalista de CC.OO María Jesús Paredes “también se retrató en 2003, cuando el socialista Rafael Simancas ganó las elecciones autonómicas y proclamó su voluntad de cambiar al presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, amigo íntimo de Aznar. La dirigente de Comisiones defendió con fiereza la postura del PP. Y los planes de Simancas pasaron pronto a mejor vida, por culpa de los dos tránsfugas que traicionaron al PSOE”.
Tres años después, Francisco Baquero, la pareja de Paredes, se convirtió en consejero de Caja Madrid. Paredes es la máxima responsable de Banca de Comisiones Obreras desde 1987. Una década más tarde, en 1996, tuvo un papel destacado en uno de los capítulos más traumáticos de la historia de CCOO: la expulsión de Marcelino Camacho de la Presidencia del sindicato. Aquella operación fue capitaneada por el entonces líder de Comisiones, Antonio Gutiérrez, quien contó con el apoyo de tres lugartenientes: José María Fidalgo, María Jesús Paredes e Ignacio Fernández Toxo
“La líder sindical ha sido una de las estrellas de la Conferencia Económica del PP. Su intervención en la mesa sobre la unidad de mercado, en la que se quejó de que no se pudiera “pronunciar España” y defendió una reforma electoral para restar poder a los nacionalistas, suscitó el entusiasmo de la derecha. “Habría que ofrecerle un sitio en las listas”, comentó alguno”. Este texto editorial, referido a María Jesús Paredes, se publicó el 15 de diciembre de 2006 en el diario económico La Gaceta de los Negocios y define con precisión las ideas de una dirigente sindical que despierta el entusiasmo de la militancia del PP y agrada a los grandes banqueros del país.
Los periodistas Mark Wieting y Javier Chicote investigaron los datos consultados en diversos Registros de la Propiedad y descubrieron que el matrimonio Baquero y Paredes podría poseer un patrimonio inmobiliario de más de dos millones de euros. Son dueños de un chalé de 250 metros cuadrados en Pozuelo (Madrid). En pleno boom inmobiliario, decidieron invertir en ladrillo y compraron una vivienda de 130 metros cuadrados en uno de los barrios más caros de la capital, un piso en la sierra madrileña y dos apartamentos en Denia, en la provincia de Alicante.
Antes de resultar elegido, Baquero ya había comenzado su carrera como empresario. En marzo de 2005 creó junto a su mujer, también por entonces sindicalista de CC.OO. María Jesús Paredes, la empresa Hostelería Zaranda, dedicada a la restauración. Dos años más tarde fundó Interlocución para la Gestión, una consultora que asesoraba a empresas y tenía relaciones con los sindicatos aunque esto siempre lo han negado los sindicalistas. Ya en su día, miembros de CC.OO. denunciaron que estas actividades podrían ser incompatibles con el régimen interno del sindicato. De hecho, esta firma tiene su domicilio fiscal en la calle Princesa 13 de Madrid, en la misma planta donde está registrado el Grupo Asas, un holding de empresas que trabaja para los sindicatos en la gestión de cursos de formación.
A los pocos meses de poner en marcha Interlocución para la Gestión, y ya trabajando dentro del Consejo de Caja Madrid, Baquero funda una nueva sociedad, Luasira S.L. En esta ocasión, el objeto social era la prestación de servicios de marketing, comunicación y relaciones públicas de empresas. «Luasira hace estudios de mercado, de estrategias de negocio, y no hay ningún sindicato entre nuestros clientes», explica el sindicalista.
El enriquecimiento personal de la pareja de sindicalistas Paredes-Baquero fue la excusa perfecta para que el resto de los ejecutivos y políticos madrileños asaltaran la Caja. CC.OO obtenía créditos de dudoso cobro pero otros robaban no centenares de miles sino millones de euros.
El libro “Así se saquea una Caja de Ahorros: todos los nombres” ofrece además los emails con los pormenores de una de las obras faraónicas más costosas e inútiles que posee Madrid: el Obelisco de la Plaza de Castilla, inutilizable por su ubicación en medio del fiero tráfico madrileño de esta conocida plaza. La despiadada lucha entre las constructoras por hacerse con la megalómana obra, el interés de Gallardón o los caprichos del famoso arquitecto Santiago Calatrava no le llevan a Blesa o Spottorno, su mano derecha, a exclamar el célebre y popular dicho de “Calatrava te la clava” que tanto ha dado que hablar, pero sí otros parecidos: “Calatrava no es persona fácil, cada vez lo lía más”, “¡Qué cruz (de Calatrava)!”, “Me preocupa el retraso de Calatrava. Al alcalde ni te cuento”, “Calatrava ha vuelto, por fin, a la cordura”…
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