12 may 2013

WFS: Despidos, amenazas, riesgos laborales y represión antisindical

Hace tan solo unas semanas publicamos en esta web el caso de Paco, trabajador de WFS Madrid, empresa de la que fue despedido y de la cual sufrió una serie de abusos patronales. Hoy publicamos el caso de Noel, igualmente trabajador de WFS Madrid y despedido poco tiempo después de Paco –en marzo de 2013-, igualmente de manera injustificada, e igualmente víctima de una serie de abusos patronales. El informe que a continuación se presenta está basado en las declaraciones anteriores de Paco, las del propio Noel, así como un compendio de denuncias, correos electrónicos, cláusulas adicionales, artículos de periódico y comunicados ofrecidos por la empresa. 
Como explicábamos en el artículo anterior, WFS Madrid recibe por subrogación a 40 trabajadores de Groundforce. A partir de entonces comienzan los despidos y amenazas a los trabajadores. Muchos trabajadores son despedidos aduciendo falta de carga de trabajo, cuando la empresa contrata de inmediato otras personas para sustituirlos. El objetivo de la empresa era readmitir a quienes se aviniesen a negociar nuevas condiciones laborales en el marco legal de la reforma laboral.
Crecimiento empresarial y primeros despidos
Todo empezó en el momento en que presentaron a los trabajadores unas cláusulas adicionales al contrato. A través de estas cláusulas, perdían ocho días de excesos al año y otorgaban la posibilidad de bajar el sueldo a principios de 2013 por posibles pérdidas de trabajo. Aprovechando el nuevo marco normativo que regula los despidos, la empresa WFS despidió a ocho trabajadores en Julio de 2012, poco antes de ejecutar la subrogación de septiembre 2012 a la que nos referíamos al comienzo de este informe. Los motivos que la empresa aduce para ejecutar dichos despidos se basan en una negativa de los trabajadores a aceptar las cláusulas adicionales al contrato. Asimismo, se justifica basándose en la primera subrogación, en la cual perdieron el acuerdo con una de las compañías para las que trabajaban. Curiosamente, a la par que sucedía este proceso de despidos por falta de trabajo, se mandaba un comunicado interno al comité de empresa para su difusión por la misma, donde se les transmitía confianza, pues WFS iba a crecer en ganancias debido a la obtención de nuevos clientes. En el comunicado se informa de la fusión de WFS con Aviapartner, donde se explicita: “Esta fusión supone un gran impulso para nuestra empresa, lo que repercutirá positivamente en la actividad que desarrollaremos (…). El nuevo grupo aumentará sus beneficios debido a un significativo desarrollo de oportunidades en los actuales mercados así como en su expansión internacional” (Documento de distribución interna, traducción mía). Como es lógico, esta situación de ambivalencia desconcierta a la plantilla. 
Finalmente, en la primera semana de Octubre de 2012, WFS despide a trece de los trabajadores subrogados en Septiembre del mismo año. Los motivos aducidos para el despido de uno de ellos, delegado unitario de CGT (Paco), se amparan en el relato de la crisis económica y el descenso del volumen de trabajo asociado a la misma.
Accidentados y sancionados
Dos son los casos de trabajadores que sufrieron accidentes en el trabajo debido a los déficits en seguridad y la sobrecarga, tanto de personal como de material, de las instalaciones. El primero de ellos ocurrió a la par que sucedía el susodicho proceso de subrogación y de supuesto crecimiento económico de la empresa.
M. M. se encargaba de manejar un toro mecánico, el cual tenía dos palas elevadoras, una de ellas desviada hacia abajo y en mal estado. Debido a esa desviación, y a una chapa en el suelo de la nave mal soldada, el toro mecánico conducido por  M. M. quedó atrapado en el suelo. El accidente provocó que el volante del vehículo golpeara en el pecho al trabajador, ocasionando heridas de cierta relevancia.  
A consecuencia de este acontecimiento, la empresa toma la decisión de iniciar un expediente sancionador, ya que para WFS Madrid este hecho supone una infracción de carácter grave, suponiendo una suspensión de empleo y sueldo por plazo de 15 días: 
“Con ocasión de la inobservancia de las medidas de seguridad llevada a cabo por D. M.M., al circular con las palas de la carretilla elevadora a una altura inadecuada, pese a su conocimiento y experiencia, ha provocado daños importantes para la empresa como lo son la rotura del cerco de la mesa elevadora, cuya reparación supondrá una cantidad entorno a dos mil euros, y la rotura de uno de los motores de tracción de la carretilla elevadora, cuyo presupuesto de reparación, sin mano de obra, asciende a la cantidad de dos mil doscientos euros” (Extracto del expediente sancionador). 
M. M. recurre el expediente sancionador por vía judicial. La contra-respuesta por parte de la empresa no se hará esperar, y se ejecutará con rotundidad: M.M. es despedido y dejará de formar parte de la empresa. 
Años atrás, cuando este personal aún pertenecía a WFS, previo a las subrogaciones, uno de estos empleados (A.G.) tuvo un accidente en el trabajo debido, de nuevo, a las instalaciones en mal estado. En esta ocasión las heridas fueron más graves y la empresa, tras ser denunciada por el trabajador debido a los déficits de seguridad, se vio obligada a indemnizarle. Sin embargo, el fiscal, tras estudiar el caso, decide volver a denunciar a la empresa, puesto que, aun pasado el tiempo tras el accidente, no se habían arreglado las instalaciones defectuosas. A consecuencia de dicho litigio, la empresa toma la decisión de expulsar a este trabajador cuando vuelve a tenerle en plantilla. La empresa utilizó las subrogaciones explicadas previamente para justificar el despido. Los motivos aducidos por parte de la empresa son, nueva y paradójicamente, que no había trabajo para él. 
Pedir horas sindicales: ¿una práctica de riesgo?
Noel tiene una reunión con el jefe de almacén donde aclara la situación de los últimos trece despidos de Octubre de 2013. La Confederación General del Trabajo (CGT) realiza una comunicación a la empresa donde le informa de que Noel procederá los días 7 y 8 de Octubre a emplear ocho y dos de sus horas de trabajo respectivamente, como horas sindicales del crédito horario que se establece en el artículo 68 del Estatuto de trabajadores. La empresa recibe, acepta y firma el documento presentado por CGT para conseguir las horas sindicales, concediéndoselas. Y Noel hace uso de ellas. Sin embargo, en la reunión con dicho jefe, este le recomienda el cese de su actividad sindical bajo amenaza de despido. Ese mismo día recibe un comunicado de la empresa en el que se le niega su derecho sindical, así como el reconocimiento como miembro del comité de empresa; amén de las trabas puestas por la empresa para retardar la creación de la sección sindical de CGT en WFS.
Asimismo, el documento informativo -al cual pude tener acceso- donde la empresa denegaba las horas sindicales a Noel, se redacta en cinco renglones bajo una redacción de elevada abstracción, así como compleja y ambigua escritura.
La dificultad de conciliar vida laboral y familiar
Una cuestión clave a través de la cual se hacen evidentes los abusos realizados por parte de WFS a todos sus trabajadores sería el denominado cuadrante. Según me explicaba Noel,  “el cuadrante, que tienen obligación de dártelo con 15 días de antelación para que tú tengas derecho a conciliar vida laboral y familiar, te lo dan 3 días antes. Hay gente que está librando y no sabe si tiene que venir el lunes. Te viene mal para todo: citas médicas y demás”. La justificación que pone sistemáticamente la empresa ante las quejas de los empleados es siempre la misma: “nos faltan unos detalles”, pero esos detalles que incluir en el cuadrante siempre se retrasan hasta dejar tan solo tres días de margen. 
Por otro lado, “en el aeropuerto está todo pensado para que trabajes 7 días seguidos -o lo que programe la empresa-, y luego te den los días de descanso. Claro, pero esta empresa no lo hace, te ponen siete-dos, siete-dos, siete-dos (siete días de trabajo, dos de descanso), y así todo el año. Luego, al final de año se supone que te dan los excesos, pero no te los dan. Aparte de eso, te ponen a trabajar siete-dos, siete-dos, como son turnos rotativos, algunos días libras de noche y entras de mañana y viceversa. Entonces, claro, en muchas ocasiones tu fin de semana se reduce a 1 día y ocho horas (salen de trabajar el sábado por la mañana y vuelven a entrar el lunes por la mañana), pero para ellos cuenta como si fueran dos días, y no es así” (Entrevista con Noel).
Esta práctica supone una agresión clara para la vida familiar de los trabajadores. Con escaso tiempo libre y sin posibilidad de organizarse, los márgenes de maniobra de cara a poder articular una vida familiar de calidad en relación con la vida laboral se tornan prácticamente nulos. Los trabajadores quedan extirpados de toda planificación temporal, viéndose reducida drásticamente su capacidad de acción y responsabilidad vital. Esto termina por someter aún más a los trabajadores, que viven bajo la incertidumbre sobre su futuro, el miedo a ser expulsados o sancionados y la limitación de condiciones de posibilidad vitales. 
Y finalmente, el despido
El día 2 de Marzo de 2013 la empresa procede al despido, tanto de Noel, como del compañero accidentado –anteriormente citado- aludiendo: 
“En lo que a extinción de su contrato se refiere, las razones que motivan la misma son causas organizativas, entendidas como tales los cambios en el sistema y método de trabajo y el modo de organizar la producción. Respecto a las concretas causas que motivan dicha decisión extintiva, pasamos a exponerle que usted viene presentando sus servicios en el departamento de almacén, el cual, ha visto reducido en un elevado porcentaje el número de mercancías tratadas en el mismo y ello debido al notable cese de actividad producido por la evidente crisis económica…” (Carta de despido). 
Mientras que, por un lado, la empresa realiza procesos de fusión, contrata personal nuevo, aumenta el número de horas extras de los ya contratados -debido a un elevado volumen de trabajo-, o se vanagloria de crecer económicamente, por otro lado, en las cartas de despido aluden a la crisis y el consecuente “notable cese de actividad”. La actual crisis económica aparece como justificación perfecta para cualquier cese de empleados. Sin embargo, Noel nos explica que todo fue a raíz del litigio surgido por pedir horas sindicales, sencillamente, para conseguir (o, al menos, intentar) mejorar las condiciones laborales de sus compañeros. Estamos ante otro caso de abuso patronal, pues WFS expulsa de sus filas a todo trabajador que quiera denunciar, visibilizar o cambiar las precarias condiciones laborales a las cuales se están viendo sometidos en el seno de dicha organización.
http://abusospatronales.es/node/3441

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