Desde el Gobierno se considera que la participación de Bankia en el holding nacido de la fusión de British Airways e Iberia es estratégica -de hecho, es el primer accionista- y no quiere que se pierda este privilegio, que puede ser fundamental para defender los intereses españoles en el futuro.
Aunque en la actualidad existen unos acuerdos de salvaguardia que defienden
los intereses nacionales (tanto españoles como británicos), esta cláusula se
agota en enero de 2016, una vez que se hayan cumplido los cinco años de la
creación de IAG. En ese momento, las nacionalidades no se protegen, pero
tener un accionista español que controle el 12% del holding sería una garantía
para el futuro.
Y mucho más tras los últimos movimientos que ha realizado IAG y que apuntan
hacia la misma dirección: quitar peso a Iberia y dárselo a otras empresas del
grupo, como es el claro ejemplo de Vueling.
Desde algunos ámbitos del Ejecutivo no ha sentado nada bien la adquisición de
más del 90 por ciento de Vueling por parte de IAG en una operación relativamente
barata, pese a que la compañía dirigida por Willie Walsh tuvo que mejorar su
primera oferta para lograr su objetivo principal.
Aunque el holding ha anunciado que Vueling tendrá una estrategia
independiente, se teme que IAG tenga planificado a medio plazo un desembarco de
la compañía de bajo coste en Barajas, lo que haría desparecer prácticamente todo
el negocio de corto y medio radio de Iberia y la dejaría en una situación
todavía de mayor desventaja respecto a British Airways.
Las últimas decisiones de Willie Walsh apuntan hacia esa dirección en
todos los ámbitos, también en el de los ejecutivos que le rodean. Además de
asegurarse la confianza de Álex Cruz -consejero delegado de Vueling que no
proviene de la cuerda de Iberia, sino de Clickair- ha colocado de máximo
ejecutivo de la aerolínea con sede en Barajas a Luis Gallego, de Iberia Express.
Lógicamente, Gallego -que ha hecho un notable trabajo de eficiencia y
rentabilidad en su corta etapa en la filial low cost- se ha rodeado de su
personal de confianza, lo que ha supuesto eliminar varias vacas sagradas de la
dirección de la aerolínea española.
La baza de la españolidad
Por tanto, la única baza que le queda al Gobierno para asegurar la
españolidad de Iberia es que la participación de Bankia se venda a un inversor
español. Y para ello no hay tanta prisa como pueda parecer, ya que Bruselas ha
obligado a la entidad financiera a desprenderse de su cartera industrial, pero
le ha puesto como fecha tope el año 2016.
Dentro de esta cartera industrial existen tres participaciones que son
especialmente estratégicas y que necesitarían el visto bueno del Gobierno para
su venta. Entre ellas, y además del 12 por ciento en IAG, destaca el 6 por
ciento que Bankia controla en Iberdrola y el 20 por ciento que la entidad
financiera ostenta en Indra.
http://www.eleconomista.es/interstitial/volver/orangepymesmay/empresas-finanzas/noticias/4831881/05/13/El-Gobierno-quiere-que-Bankia-venda-su-12-de-IAG-a-un-inversor-espanol.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario