El becario, al no ser un trabajador, no tiene contrato, no mantiene una relación laboral con la empresa y, por lo tanto, queda fuera de cualquier convenio colectivo y del Estatuto de los trabajadores, dejando su salario y condiciones a total discreción de la empresa. Además, una vez acabada la beca o becas, por largo que haya sido el periodo, los becarios no tienen derecho a cobrar subsidio por desempleo y, de hecho, la mayoría no cotiza a la Seguridad Social, con lo que todos esos años de trabajo no repercutirán en su vida laboral, de la que depende su pensión en el futuro.
* Prolongan la dependencia económica de los jóvenes.
* Favorecen de la “fuga de cerebros”; expulsión de mano obra cualificada, con la consiguiente pérdida de productividad en la economía.
* Presionan a la baja sobre los salarios de los trabajadores con contrato y facilita del despido de los mismos. Aumenta el déficit de la Seguridad Social por ausencia de la cotización correspondiente de trabajador y empresa.
* Acaban con las expectativas de la juventud e impide la promoción laboral basada en el mérito y la experiencia.
* En el interior de la empresa, los trabajadores quedan fragmentados entre regulares y becarios. Éstos últimos no tienen posibilidad de representación en los comités de empresa: no pueden ser representados por los comités ni por ellos mismos frente a la empresa. Tampoco tienen posibilidad de ningún tipo organización sindical.
* Hace inútil cualquier política que favorezca la contratación de jóvenes, ya que a las empresas siempre les resultará más rentable usar la figura del becario.
La aparición de la figura del becario ha traído consigo la creación de un fenómeno denominado becarización del mercado laboral. Con la agudización de la destrucción de empleo originada por la crisis, la mayoría de empresas aplican políticas de reducción o no ampliación de plantilla, cubriendo su necesidad de mano de obra con becarios que van sustituyendo en cuanto no es posible renovarles el convenio.
En algunos casos, estas compañías financian la matrícula en cursos universitarios que permitan extender los convenios a los becarios; en otros, recomiendan a los estudiantes que dejen algunos créditos sin matricular para poder continuar con la beca. En algunas empresas están aplicando EREs para despedir a trabajadores con antigüedad, sustituyéndolos por becarios que realizan las mismas funciones por un salario considerablemente menor. También se emplean becarios para sustituir bajas laborales por enfermedad y maternidad.
.../...La aparición de la figura del becario ha traído consigo la creación de un fenómeno denominado becarización del mercado laboral. Con la agudización de la destrucción de empleo originada por la crisis, la mayoría de empresas aplican políticas de reducción o no ampliación de plantilla, cubriendo su necesidad de mano de obra con becarios que van sustituyendo en cuanto no es posible renovarles el convenio.
En algunos casos, estas compañías financian la matrícula en cursos universitarios que permitan extender los convenios a los becarios; en otros, recomiendan a los estudiantes que dejen algunos créditos sin matricular para poder continuar con la beca. En algunas empresas están aplicando EREs para despedir a trabajadores con antigüedad, sustituyéndolos por becarios que realizan las mismas funciones por un salario considerablemente menor. También se emplean becarios para sustituir bajas laborales por enfermedad y maternidad.
http://www.nomasbecasportrabajo.org/
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