Dentro de dos meses, las mejoras laborales de cerca de tres millones y medio de trabajadores -un cuarta parte de la población asalariada- podrían desaparecer. Es entonces cuando vence el plazo que marcó la reforma laboral del Gobierno de Rajoy para que sindicatos y patronal pacten la renovación de los convenios colectivos que estaban bloqueados cuando se aprobó la norma. Hasta 1.800 convenios podrían estar en juego, lo que afectaría a cerca de tres millones y medio de trabajadores. Si, por ejemplo, un convenio que marca cómo se reparte la jornada laboral, las libranzas, las horas de lactancia o fija tablas o mejoras salariales decae, estas condiciones dejarán de aplicarse.
Entre ellos, hay 350 convenios sectoriales que dan cobertura a tres millones de personas, y 500 convenios del sector público que cubren a 200.000 trabajadores. Sin embargo, no son cifras exactas porque no hay una estadística concreta al respecto. De hecho, sindicatos y patronal han pedido al Ministerio de Empleo que aporte datos fiables para evaluar con más concreción la situación.
La fecha límite es el 7 de julio. Si para entonces empresas y representantes de los trabajadores no han pactado, sus convenios decaerán (dejarán de ser válidos) y, con ellos, los derechos adquiridos y que son fruto de años de negociaciones en las empresas, los sectores o los territorios. Entonces, se aplicarán los convenios de ámbito superior, por ejemplo, los sectoriales que hubiera vigentes. Y en caso de que no los hubiera, se aplicarían directamente los mínimos contenidos en el Estatuto de los Trabajadores, que tan solo se refieren a la jornada laboral máxima, al periodo vacacional y a la aplicación de, al menos, el salario mínimo.
"Se está gestando una conflictividad potencial brutal", advierte el secretario de Acción Sindical de ugt, Toni Ferrer. Su homólogo en ccoo, Ramón Górriz, subraya que los sindicatos no permitirán que "el BOE marque la negociación colectiva" y que pelearán para que se mantengan los convenios colectivos. "La negociación colectiva es clave, es donde se discute la distribución de la riqueza", apunta.
Los convenios colectivos fijan mejoras laborales para los trabajadores de una empresa, sector o territorio; pero también sirven para marcar las condiciones de trabajo y adaptarlas a las circunstancias y la naturaleza de la actividad correspondiente. El Estatuto de los Trabajadores es tan solo un texto de mínimos, pero que no tiene en cuenta las circunstancias concretas que pueden tener los distintos sectores de actividad o las diferentes empresas.
No en todos los casos el convenio decaerá inmediatamente. La reforma laboral puntualizaba que seguirán prorrogados aquellos en los que las partes (empresa y trabajadores) así lo pactaran expresamente. Los sindicatos insisten en que deben respetarse estos pactos, que permitirán que un número indeterminado de convenios permanezcan prorrogados.
Las centrales han hecho varias propuestas a la patronal para desbloquear esta situación, de la que aún esperan respuesta. Por un lado, plantean una prórroga general de un año desde el 8 de julio para evitar el decaimiento de los convenios y tratar de impulsar su negociación durante ese periodo. Por otro, que al menos todos los convenios que están pendientes pero en los que se está negociando "de buena fe" queden prorrogados hasta que haya acuerdo. En el caso de los convenios bloqueados desde hace mucho tiempo, las centrales proponen que las partes acudan voluntariamente a los sistemas de mediación y arbitraje.
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