¿Ha servido para reducir el déficit o ha servido para perder adherencia? es decir, que pacientes que necesitan de su medicación no la retiran por las barreras del copago
Ayer se cumplieron cinco años de la entrada en vigor del polémico Real Decreto-ley 16/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones. El nombre, una vez hiperventilado para poder pronunciarlo del tirón y aplicado el traductor para el nuevo lenguaje político sabremos que nos referimos al decreto que con prisas y sin ningún consenso político ni social, cambió las normas de nuestro sistema sanitario de la noche a la mañana.
Este Real Decreto que se tramitó por urgencia, nace, según dice el propio texto como medida dentro de un contexto de crisis, o también llamado aquel momento en que los policy makers dedicaban el 100% de sus neuronas y tiempo a realizar políticas para la reducción del déficit, aunque estas se llevasen por delante derechos ciudadanos.
Lo que viene a hacer este Real Decreto es, a parte de lo comentado de cambiar la configuración inicial de nuestro sistema sanitario definida en la Ley General de Sanidad promovida por el ministro socialista Ernest Lluch, es introducir de manera poco equitativa copagos como el farmacéutico. Y ya de paso, dejar la puerta abierta a otros copagos como el del transporte sanitario no urgente, la prestación ortoprotésica, o la prestación con productos dietéticos. Todos ellos son legales pero no vigentes pues deben desplegarse y nadie se ha atrevido hasta el momento.
Dolors Monserrat, la nueva ministra de Sanidad, aseguró en su primera comparecencia en el Congreso de los Diputados que el Gobierno estudiaría modificar el copago sanitario en lo referido al tramo de pensionistas que reciben pagas entre los 18.000 y 100.000 euros al año. Lo que planteó la ministra hace seis meses es que aumentarían las aportaciones de los que más reciben dentro de ese tramo y aunque posteriormente se ha retractado y todo sigue igual.
Finalizando, después de todo esto, de 5 años del RD 16/2012, surgen preguntas: ¿Es nuestro sistema sanitario hoy más sostenible? ¿Podemos decir que ha servido para ahorrar o ha servido para mermar accesibilidad? ¿Ha servido para reducir el déficit o ha servido para perder adherencia? es decir, que pacientes que necesitan de su medicación no la retiran por las barreras del copago, lo triste es que a día de hoy no lo sabemos, no se conoce ninguna evaluación oficial de esta polémica medida, dejo en el trastero mis manuales de Ciencia Política que hablan de la evaluación de la que también habla el propio Real Decreto y como esta debería jugar un papel imprescindible en la políticas públicas. Muchas preguntas sin respuesta en este aniversario.
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