UN AÑO DE EXPOLIO EN AENA
Resulta muy difícil compilar estos 15 meses transcurridos desde el expolio de Aena el 11 de febrero de 2015. Poco antes enviamos otro artículo donde intentamos explicar la trascendencia de la privatización para los ciudadanos: influencia del 10% en el PIB de la red pública, monopolio privado, capacidad de chantaje, y una operación circunscrita dentro de dos ejes: el de la trasferencia de la riqueza pública a manos privadas y el de la voracidad de quienes ahora entran en la gestión para desmontar otro servicio público para convertirlo en negocio, puro y duro, e inútil al ciudadano.
Hoy sabemos que toda la palabrería neoliberal que estaba detrás de la necesidad de una “mejor gestión” no escondía más que una mafia incrustada en los aparatos del poder para expoliarnos derechos, servicios y, hay que decirlo claramente, lo que nos pertenece y que hemos creado en varias generaciones. Eso lo hemos abreviado con el nombre de corrupción. Pero no basta, hay que hacerlo entendible. Es necesario comprender los mecanismos y señalar a los culpables.
Los trabajadores tenemos memoria de pez. Ahí va un dato: en algo más de un año, la privatización de Aena nos ha robado 8.750 millones de euros. Ya lo vaticinamos. Hemos hecho comunicados intentando poner cara a esa barbarie. CGT ha publicado un interesante comunicado, en defensa de lo público, con datos precisos de presupuestos (os remitimos al mismo). Daremos otro dato: La Comisión Europea y los Estados miembros han movilizado unos 4 000 millones EUR en ayuda humanitaria, económica, de desarrollo y de estabilización destinada a los sirios en su país, así como a los refugiados y sus comunidades de acogida en los países vecinos: Líbano, Jordania, Irak, Turquía y Egipto. Como todos sabemos, este presupuesto no se ha gastado ni se gastará, pero no llega ni a la mitad del expolio de Aena. Hay que decir las cosas así de claras.
¿Quién se lo ha llevado? Fondos buitres extranjeros, radicados casi todos en paraísos fiscales; apenas hay capitales de este país. Islas Caimán, Bahamas, el HSBC… Los de siempre. Quienes diseñaron la operación fueron también los de siempre, los mismos que en el caso Bankia. Y aquí siguen.
Aena significaba Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea. Hoy somos una empresa segregada; lo curioso es que el teórico dueño, la parte que queda pública (antes NA ahora se llama Enaire) no es más que un contratista de servicios en los aeropuertos cuya concesión acaba en 2018. Parte de esas concesiones se privatizaron en los tiempos de Pepiño Blanco, trece torres de control, el servicio AFIS y la mitad del SDP. Una de la grandes concesionarias, la semipública Ineco, está en los periódicos por ser investigados por corrupción buena parte de sus directivas.
La segregación en un absurdo económico, empresarial y de gestión; de economía de escalas; pero hoy en día sabemos que no había razones “económicas” para las privatizaciones. Aena sigue siendo el concesionario en los aeropuertos de toda la subcontratación. Por poneros un ejemplo rápido, en Barajas trabajamos unos 950 de Aena hasta un total de más de 35.000 trabajadores. La situación de precariedad del handling (por favor, buscadlo, no tenemos espacio) es absoluta. Cada renovación de expediente baja un 20% en su licitación.
¿Quiénes pagamos esta situación? Trabajadores y ciudadanos. El problema de la privatización de los servicios públicos es que se produce un doble expolio. Precariedad laboral viene asociada a pérdida de seguridad operacional, a incomodidad, a cierre de instalaciones, a vuelos medicalizados, a la ONT, a la capacidad de desarrollo interregional. A la doble escala de desigualdad.
El 28 de junio será la II Junta General de Accionistas de Aena. Vamos a hacer una visita a los expoliadores como lo hicimos en la salida a Bolsa. Lo vamos a hacer solos como CGT, como siempre (ya lo conocéis). Pero en CGT no estamos solos. Así que contamos con la movilización de todos vosotros para ese día. Sacad tiempo, merece la pena.
CGT - Aena
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