Que el deterioro de la sanidad pública favorece a la privada ha sido certificado por los recortes que han venido unidos a la austeridad impuesta durante la crisis. Pero, además, las compañías aseguradoras han hallado un caladero de clientes allí donde los gobiernos autonómicos han estado reduciendo sus presupuestos en sanidad. En esas a regiones ha ido creciendo el porcentaje de personas que contratan un seguro privado sanitario. Mientras el gasto público cae, las pólizas de asistencia siguen sumando abonados, según el cruce de datos de las cuentas de las comunidades autónomas y el servicio de estadísticas del sector del seguro (Icea) que ha realizado el Instituto para el Desarrollo y la Integración de la Sanidad (Idis).
Este instituto, cuya función es la promoción de la sanidad privada, interpreta este fenómeno: "El seguro de salud ha pasado de ser un bien de lujo a convertirse en un bien de necesidad". Los números dejan claro el mensaje: entre los años 2012 y 2013, según bajó el gasto per cápita que se dedicaba a sanidad, subía el porcentaje de ciudadanos asegurados. Cataluña, Aragón, La Rioja y Baleares ejemplifican esta dinámica de vasos comunicantes. De las cinco comunidades en las que ha aumentado la proporción de población que recurre a los seguros, cuatro venían con recortes en la asignación a los sistemas públicos.
En Cataluña, al tiempo que la Generalitat encabezada por Artur Mas (CiU) le restaba 59 euros por ciudadano al sistema de salud (de 1.157 a 1.098 euros), las compañías privadas ganaban terreno: tres puntos que dejaban la tasa en el 29%. Una proporción similar ha experimentado Baleares. En Aragón, el ejecutivo de Luisa Fernanda Rudí (PP) rebajó el gasto por ciudadano: de 1.269 a 1.203 euros. El aseguramiento pasó del 19 al 20%. Las tres superan la media de población que opta por acudir a la sanidad privada, que está en el 18%. La Rioja completa el grupo: pasó del 15% al 16% según meguaba el presupuesto público.
Para completar la imagen, en algunas regiones, como Extremadura, a pesar del acusado recorte de inversión pública sanitaria, el éxito del seguro no sube y está incluso por debajo de la media. Sin embargo, casi la mitad de los hogares de aquella comunidad sí paga un seguro de salud, según la Memoria Social del Seguro redactada por la Asociación Empresarial Unespa. Su presidenta, Pilar González de Frutos, ha explicado que "la propensión al aseguramiento de salud hoy en día viene por la existencia de una familia relativamente numerosa" y "la necesidad diferencial" que la salud tiene respecto a otros seguros.
En una línea parecida, Galicia no ha visto crecer la tarta de los aseguramientos a pesar de que la Xunta pasó de gastar en sanidad 1.269 euros a 1.263 por cada gallego. Castilla-La Mancha compensó esa tendencia al crecer su porcentaje de penetración de sanidad privada junto a un ascenso de dinero público gastado.
El análisis del Idis, además, refleja que los territorios en los que mayor proporción de personas pagan un seguro de asistencia sanitaria son los que más dinero público dedican a conciertos con entidades privadas. Cataluña encabeza esa partida con un cuarto de su presupuesto transferido a este tipo de empresas (2.386 millones). Casi el 30% de los catalanes ya están contratando seguros. En Madrid, el 10,8% del presupuesto sanitario se marcha a pagar contratos (834 millones). La penetración del seguro de salud está en el 31%. No deja de ser una doble vía de ingresos para la sanidad privada: desde los bolsillos privados y desde los impuestos. Aunque el Idis lo lee justo al contrario: "Ahorra dinero a las arcas públicas ya que introduce criterios como la eficiencia en las concesiones que gestiona".
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