Las crisis parecen ser esenciales para el capitalismo y para quienes son sus
sicarios políticos, sean del color que sean. Ellos siempre ganan. Han derribado
y desechado todo lo que es esencial para la vida digna de la mayoría de las
personas:
Los espacios que algún día fueron productivos los han convertido
en eriales industriales, expulsando de sus empleos a más de tres
millones y medio de personas, desde el 2008 hasta ahora.
Los barrios obreros son condenados al abandono social:
faltan colegios públicos, faltan centros sociales, faltan hospitales públicos y
centros primarios de salud, han privatizado las limpiezas, el transporte, el
agua, la energía…. La suciedad física y la carencia de higiene crece al igual
que sus tasas y sus IBIs. Las personas dependientes (la tercera edad, la
infancia y las personas con discapacidades) han sido abandonadas y se retiran
las prestaciones sociales (cotizaciones) a más de 150.000 personas.
En el campo, las pequeñas granjas y las explotaciones
campesinas, verdaderas bases de la soberanía alimentaria, han sido desplazadas
por la agricultura industrial a gran escala y las multinacionales de la
alimentación, se han adueñado de todo, determinando que comamos basura y que
empeore nuestra salud y calidad de vida.
Los mega-centros comerciales proliferan en nuestras
mega-ciudades y en los barrios obreros periféricos, y siguen incitando a
“consumir, consumir”… a millones de asalariados y asalariadas,
a los cuales se les ha robado el salario, bien porque les han despedido, bien
porque su patrón se los ha minimizado hasta la indigencia.
Más del 52% de los jóvenes (890.000) no trabajan ni reciben
ninguna renta, por ello no tienen posibilidad alguna de consumir, salvo
consumirse en la desesperación o emigrar.
Más de 2 millones de viviendas cerradas, miles de
construcciones en esqueleto, las autopistas privatizadas, los aeropuertos sin
aviones, los campos de golf al lado de las vallas de la vergüenza, donde se
masacra a los más desposeídos que vienen huyendo del hambre y la miseria. Las
mega- construcciones, las autopistas de peaje que ahora volvemos a pagar, que
solo han servido para otorgar miles y miles de millones a alcaldes,
diputaciones, presidentes autonómicos, empresarios de todos los sectores,
etc….Se sigue echando a la gente de sus casas a una media de 100.000 al
año, incrementado la miseria, el empobrecimiento y la total ausencia de
futuro.
El espectáculo del “drama español” que vivimos (al
igual que la tragedia griega), cuando banqueros y financieros de todo tipo han
logrado que los políticos, en vez de meterlos en la cárcel por la mayor estafa a
la sociedad conocida en la historia moderna de este país, les han regalado hasta
100.000 millones de euros para tapar sus negligencias y seguir engordando sus
bolsillos particulares. La especulación con el suelo, con las hipotecas, con las
preferentes, con los fondos buitres, etc., lo que es una parte
sustancial de su “botín”.
Políticos (todos y todas) que han gestionado lo público como si fuera la
cueva de “Alí Babá”, repartiéndose el botín de los recortes en el gasto público
esencial, la educación, la sanidad, los cuidados, la cultura, la energía, las
comunicaciones, los transportes, las pensiones, etc...
Instituciones que nos han impuesto, por la
vía de las leyes mordaza, la adaptación al nuevo estado de
cosas: que vivamos sin empleos o con empleos precarios, donde
cobramos por media jornada y trabajamos 10 horas; que vivamos sin
pensiones dignas o suficientes, mucho menos universales y, si queremos
“vivir mejor”, pues que nos hagamos un fondo privado de pensiones; que nos
acostumbremos a una educación sin conocimientos ni libertad de pensamiento, sin
plazas públicas para llegar a la universidad (para eso están las privadas), o la
educación concertada, donde se desvían miles y miles de millones de euros a la
iglesia católica, apostólica y romana.
Instituciones que se han hecho cargo de una deuda privada,
la de los banqueros, la de las multinacionales, las de las eléctricas
esencialmente, la de las constructoras, que ahora se dedican a gestionar
hospitales “públicos” con criterios mercantilistas privados. Han condenado a
varias generaciones a ser “pagadores” de esa deuda absolutamente ilegítima.
Tenemos que ser capaces de PARAR esta barbarie: la
financiación total y global de la vida, impulsada por el hiperendeudamiento y la
desregulación absoluta, nos ha situado en una realidad donde, solo en nuestro
estado, 20 personas, las más ricas, tienen más dinero que 14 millones de
personas que son las más pobres.
La situación social nos ha colocado en un escenario donde solamente el 34% de
las personas que habitamos en el estado español (15.640.000), son capaces de
vivir “normalmente”, sin insuficiencias en lo básico (casa, empleo, renta,
sanidad, educación, transporte, cultura y ocio), el resto sobrevivimos así:
el 40,6% nos vamos hundiendo en la precariedad y el 25%
de las personas (11.800.000) sufre de exclusión real, el 77,1%
padece exclusión de empleo; el 61,7% exclusión de
vivienda y el 46% de la salud”.
El 29 de Noviembre, CGT, junto a las Marchas de la Dignidad,
volveremos a ocupar las calles para reivindicar el CAMBIO
SOCIAL, porque sabemos con certeza que LA LUCHA ES EL ÚNICO
CAMINO posible.
MARCHAS DE LA DIGNIDAD: PAN, TRABAJO, TECHO, LIBERTAD.
UNIFIQUEMOS LAS LUCHAS PARA CAMBIAR EL SISTEMA
http://www.cgt.org.es/manifiesto-de-cgt-para-la-movilizacion-del-29n
http://marchasdeladignidadmadrid.wordpress.com/2014/11/19/manifestacion-marchas-dignidad-madrid-29n-recorridos-columnas/
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