La huelga es una herramienta de presión y de protesta que habitualmente se desarrolla abandonando cualquier actividad laboral asalariada, donde sus participantes utilizan este medio para defender sus derechos sociales y económicos. La huelga trata de intervenir mediante la acción directa del pueblo trabajador paralizando el modo de producción económico al reconocer las condiciones laborales como abusivas e injustas. La huelga es, por lo tanto, un elemento utilizado en la lucha de clases y vinculada al movimiento sindical que tendrá mayor efecto cuanto mayor sea la autonomía del grupo que la practica; y por el contrario, menos impacto y efectividad tendrá cuanto más institucionalizada se encuentre o enmarcada en el derecho estatal.
En este artículo haremos un repaso a las diez huelgas más relevantes en la Historia, si bien es cierto que este listado será de aquellas de las que tenemos conocimiento en la cultura occidental principalmente. También queremos que este texto sirva para dar relevancia a la huelga como elemento de presión en las luchas laborales, sociales, e incluso que han podido estar vinculadas a procesos revolucionarios, o a revueltas políticas. La huelga no es un fin en sí mismo, sino una práctica en movimiento, que unida a otras como el boicot o el sabotaje conforman herramientas de resistencia cotidiana al alcance de cualquier colectivo organizado. Estas habitualmente abren espacios de lucha, de confrontación, y por lo tanto son objeto de represión, la solidaridad y el apoyo mutuo en las huelgas ha propiciado situaciones de avance de las luchas obreras en la historia.
1. La primera huelga documentada ocurrió en el Antiguo Egipto.
Fue organizada por los obreros, artesanos y escribas de la actual Deir el-Medina, durante el reinado de Ramsés III, hacia el año 1.166 a.e.c. Estos trabajaban en las obras de la necrópolis del Rey egipcio, y estaban alojados en tiendas junto a sus familias, sufriendo hambre y con alimentos de pésima calidad. Este reinado se caracterizó por una economía en proceso de agravamiento por las desigualdades sociales, y el ataque de los pueblos del norte desde el Mar Mediterráneo. En este campamento los trabajadores sobrepasaron los muros de la necrópolis y desafiaron a las autoridades marchando en protesta hacia los templos con la reivindicación de mejores raciones de comida y vestidos. La situación no fue fácil de mantener, pero los obreros finalmente mediante la presión consiguieron un acuerdo con las autoridades.
2. La huelga estudiantil de 1229 en la Universidad de París.
También queríamos introducir algún suceso en la desconocida época medieval. Mucho antes del mayo francés de 1968, a consecuencia de la muerte de cinco estudiantes durante una protesta estudiantil en la ciudad parisina, tanto profesores como estudiantes de la Universidad de París iniciaron una huelga o dispersión de más de dos años de duración. Esto significaba que los estudiantes parisinos abandonaron la ciudad para irse a otras universidades como Reims u Oxford, y como consecuencia desembocó en la introducción de algunas mejoras en la universidad medieval en pleno desafío frente al poder de las autoridades eclesiásticas.
3. La Huelga de Chicago de 1866.
Esta icónica huelga de obreros propició la revuelta de Haymarket que ha tenido como resultado la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores en el 1 de mayo. Las protestas de los obreros industriales reivindicando la jornada laboral de ocho horas les llevó al paro general de las actividades laborales, y durante la manifestación del 4 de mayo, el estallido de un pequeño artefacto explosivo de dudosa procedencia entre la policía, provocó una gran represión abriendo fuego y provocando la muerte de un número desconocido de trabajadores. Posteriormente hubo un juicio calificado años después de ilegítimo, por el cual cinco obreros fueron condenados a la horca, y otros tres a penas de larga reclusión. Otra consecuencia de la huelga fue la aceptación de las ocho horas de jornada laboral a finales de ese mismo año por los sectores patronales.
4. La Huelga de 1905 en Rusia, una semilla de la revolución soviética.
En enero del año 1905 campesinos y obreros protestaron frente a la opresión del Imperio del zar Nicolás II y exigían mejoras laborales profundas. El sindicato de agricultores llevó a cabo tomas de tierras, y a finales de ese mismo mes una multitudinaria marcha acabó frente al Palacio de Invierno en San Petersburgo con una fuerte represión por parte de la guardia imperial rusa. Ese día 22 de enero sería conocido como ‘Domingo sangriento’, con cientos de obreros asesinados en las calles. Miles de trabajadores se sumaron a la huelga y comenzaron a experimentar la creación de consejos obreros o soviets reclamando el derecho a la tierra, a la jornada laboral de ocho horas y mejores condiciones de trabajo.
5. Huelga de Cananea de 1906 en Sonora, México.
Fue una huelga laboral en una mina de cobre, protagonizada por trabajadores organizados el 1 de junio contra la compañía propiedad del coronel estadounidense William C. Greene. Este paro coincide también con la huelga de Veracruz de mayo de 1906, en la que los trabajadores reivindicaban mejoras laborales, pues veían que el tan encumbrado progreso mexicano no tenía una repercusión en mejoras de nivel social para el pueblo trabajador. Esta huelga es conocida como cuna de la Revolución mexicana, que estallaría en el año 1910, las manifestaciones mineras tenían vinculaciones al movimiento magonista, protagonizado por los hermanos Flores Magón o Librado Rivera. Esquiroles estadounidenses y el propio ejército norteamericano defendió los intereses de esta compañía frente a los huelguistas. En septiembre el intento de ampliar este conflicto a una rebelión generalizada junto a indios yaquis fue desactivada por el Presidente Porfirio Díaz.
6. La huelga de mujeres inmigrantes en Nueva York en marzo de 1911.
Si tenemos que buscar uno de los orígenes de la conmemoración del 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, debemos enmarcarlo en los sucesos de ese mismo mes en las luchas de las mujeres de la fábrica de confección de camisas Triangle Shirtwaist, que se declararon en huelga por las insoportables condiciones laborales. El 25 de marzo de 1911 un total de 129 trabajadoras inmigrantes, muy activas en estos paros laborales fueron asesinadas en un espectacular incendio provocado y que devastó el edificio de la planta textil, quedando encerradas porque los responsables habían cerrado las puertas del edificio.
7. Huelga general revolucionaria de 1917 en España.
Fue convocada en agosto de 1917 conjuntamente por los sindicatos UGT y CNT, en contra del gobierno de Eduardo Dato, y especialmente contra la monarquía española en profunda crisis y a la que se deseaba expulsar. La coyuntura internacional inmersa en la Gran Guerra mundial, decantó una grave inflacción, desabastecimientos y caída de los salarios. Los sindicatos convocaron un gran paro que fue apoyado en las principales regiones industriales, urbanas y mineras que dejó un balance de al menos 70 muertos y más de dos mil personas detenidas durante ese mes. Esta huelga fue el precedente de la gran huelga de la Canadiense dos años después en la ciudad de Barcelona que consiguió la reducción de la jornada laboral a ocho horas.
8. La Patagonia rebelde entre 1920-1921.
Fue un proceso huelguístico protagonizado por los trabajadores anarcosindicalistas en el Territorio Nacional de Santa Cruz, en la Patagonia argentina. Tras el fin del conflicto armado mundial la gran inflación provocó una gran bajada en el precio de la lana, afectando a todas las granjas ovejeras de la región. La FORA (Federación Obrera Regional Argentina) tuvo una implicación determinante en este movimiento de huelga, que encontraba su precedente en la Semana Trágica argentina sucedida en Buenos Aires en enero de 1919. El presidente Hipólito Yrigoyen envía topas del Ejército a la Patagonia al mando del Coronel Varela, que asesinaría a unos mil quinientos obreros. Ante el rechazo al pliego de peticiones de los obreros y la represión, la lucha continuaría en esa década en Argentina con acciones colectivas e individuales contra los patronos.
9. Ola huelguística de 1946-1947 durante el Franquismo.
Aunque la victoria frente al fascismo internacional otorgó un sentimiento de esperanza y euforia a militantes políticos exiliados, en plena dictadura franquista entre la gente común se habían disipado las fuerzas tras la derrota en 1939 del movimiento antifascista y la represión. Sin embargo, en el año 1946 se inicia un ciclo de protestas y huelgas primeramente en Catalunya, en el entorno industrial textil de Manresa, y al año siguiente, el 1 de mayo de 1947 en Euskadi se convoca una huelga general. Estas protestas tuvieron un carácter primero estrictamente laboral, debido a las penurias sufridas en la postguerra, sin embargo, la solidaridad y la represión que despertaron, consiguieron que sobrepasara esa dimensión a la de un conflicto político.
10. Huelga General europea del 14 de noviembre de 2012.
La última y más reciente huelga que cabe mencionar en este artículo sería el primer paro laboral europeo del siglo XXI convocado en Chipre, Malta, Portugal, España e Italia, y con apoyo de movilizaciones en Francia y Grecia. Una huelga con un seguimiento abrumador, con fuertes luchas y represión que ha conllevado la cárcel a presos políticos como el joven vallekano Alfonso Fernández. En algunas ciudades o pueblos no se veían movilizaciones tan numerosas desde hacía décadas, era el reflejo de un ciclo de protestas iniciado en mayo de 2011 con el Movimiento 15M. La transición a unas reivindicaciones necesarias tras comprender que nuestras vidas están en manos de banqueros y empresarios, y que la lucha está en la calle y no en el Parlamento.
Este repaso cronológico a estas diez huelgas seleccionadas para dar a conocer otro pedacito de la historia de nuestras luchas, no pretende regodearnos en lo romántico de las resistencias populares, sino tomar un aprendizaje actualizado de las mismas. Comprender que las herramientas que impulsan grandes transformaciones, intentando no arrastrar las ruinas del sistema opresor que se pretende eliminar, pasan por la organización y la acción directa de las comunidades sociales. Una trinchera necesaria actualmente es darle vida a este reconocimiento de los actos comunes, de las palabras que conllevan acción, la superación del neolenguaje y de las quimeras en torno a los cambios individuales. La huelga no es el fin último, pero organizar innovadoras herramientas de lucha basadas en el aprendizaje de esta memoria resistente son una excelente práctica que ayudan a reencontrarnos, reconocernos y apoyarnos mutuamente.
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