Hay un conocido refrán en lengua castellana que dice: “En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. Que quede bien claro que el cristal con el que se mira este trabajo es el de los intereses de la clase trabajadora, unos 15’5 millones de asalariados, 1’5 millones de autónomos precarios, casi 4 millones de parados, más una parte importante de los casi 16 millones de inactivos (1), incluyendo en ellos los que trabajan en la economía sumergida, que en este año se ha calculado en el 17’2% en del PIB (2).
A loar la recuperación ya se dedica el gobierno de la nación, así que remito al lector interesado a los argumentarios del partido de gobierno, y en particular a los de su ministra de empleo, Fátima Báñez, quien se ha permitido asegurar que la recuperación económica no ha dejado fuera a ningún ciudadano.
En cuanto a la precarización, esta afecta a múltiples aspectos de las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores: el incremento de las desigualdades, la distribución de la renta entre beneficios empresariales y salarios de los trabajadores, el modelo productivo existente, el trabajo en la economía sumergida, el paro, la protección al desempleo, el paro de larga duración, la temporalidad, el trabajo a tiempo parcial, la rotación laboral, la oscilación por estacionalidad, la pérdida de derechos laborales, la inseguridad en el trabajo, trabajadores con empleo por debajo del nivel de pobreza, los bajos salarios. Daremos un breve repaso a estas diferentes situaciones que inciden en la precariedad laboral.
LA CRISIS Y EL INCREMENTO DE LAS DESIGUALDADES.
En el exhaustivo estudio de Francisco J. Goerlich sobre las desigualdades en nuestro país (3) se llegaba a las siguientes conclusiones: “El nivel de vida de los hogares españoles se ha deteriorado de forma importante desde 2007”. “La distribución de la renta también ha empeorado de forma notable desde 2007”. “La conclusión evidente es que el reparto de la crisis ha sido muy desigual… El sustancial incremento de la desigualdad, acompañado de una importante caída de rentas, implica que los estratos inferiores en la distribución han visto disminuir sus niveles de vida de forma drástica. Ello ha generado situaciones de pobreza y exclusión social que, hace unos años, parecían desterradas de nuestra sociedad”.”La situación es generalizada a nivel regional”. “El deterioro en la distribución de la renta puede rastrearse con nitidez hasta el deterioro del mercado de trabajo acontecido en la economía española tras 2007”. (4).
LA DISTRIBUCION DE LA RENTA ENTRE BENEFICIOS EMPRESARIALES Y SALARIOS DE LOS TRABAJADORES.
En el trabajo de Javier Navascues en esta misma serie de Indicadores, se señalaba la evolución de beneficios empresariales, ingresos de los autoempleados, remuneración del trabajo total, en el sector público y en el sector privado (Tabla I). (5)
Queda meridianamente claro que los empleadores se han beneficiado durante la crisis, sobre todo a costa de autoempleados y trabajadores del sector privado, es decir, se ha incrementado la tasa de explotación del trabajo, pasando de una relación beneficio empresarial/remuneración del trabajo en el sector privado de 0’85 a 1’03, un incremento del 21’2%.
Durante el periodo estudiado, 2008-2016, el número de autónomos ha pasado de 2’14 millones a 2’098 millones, con una pérdida de 41’9 mil personas, un 1’96%, mientras que sus ingresos han disminuido un 57’73%, es decir la catástrofe de la solución del gobierno, impulsar
el autoempleo, ha sido clamorosa y señala, también para ellos, una situación absolutamente precaria. Los asalariados del sector privado apenas han variado, por debajo del 2%, mientras que sus rentas han caído más de un 9%.
.../...A loar la recuperación ya se dedica el gobierno de la nación, así que remito al lector interesado a los argumentarios del partido de gobierno, y en particular a los de su ministra de empleo, Fátima Báñez, quien se ha permitido asegurar que la recuperación económica no ha dejado fuera a ningún ciudadano.
En cuanto a la precarización, esta afecta a múltiples aspectos de las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores: el incremento de las desigualdades, la distribución de la renta entre beneficios empresariales y salarios de los trabajadores, el modelo productivo existente, el trabajo en la economía sumergida, el paro, la protección al desempleo, el paro de larga duración, la temporalidad, el trabajo a tiempo parcial, la rotación laboral, la oscilación por estacionalidad, la pérdida de derechos laborales, la inseguridad en el trabajo, trabajadores con empleo por debajo del nivel de pobreza, los bajos salarios. Daremos un breve repaso a estas diferentes situaciones que inciden en la precariedad laboral.
LA CRISIS Y EL INCREMENTO DE LAS DESIGUALDADES.
En el exhaustivo estudio de Francisco J. Goerlich sobre las desigualdades en nuestro país (3) se llegaba a las siguientes conclusiones: “El nivel de vida de los hogares españoles se ha deteriorado de forma importante desde 2007”. “La distribución de la renta también ha empeorado de forma notable desde 2007”. “La conclusión evidente es que el reparto de la crisis ha sido muy desigual… El sustancial incremento de la desigualdad, acompañado de una importante caída de rentas, implica que los estratos inferiores en la distribución han visto disminuir sus niveles de vida de forma drástica. Ello ha generado situaciones de pobreza y exclusión social que, hace unos años, parecían desterradas de nuestra sociedad”.”La situación es generalizada a nivel regional”. “El deterioro en la distribución de la renta puede rastrearse con nitidez hasta el deterioro del mercado de trabajo acontecido en la economía española tras 2007”. (4).
LA DISTRIBUCION DE LA RENTA ENTRE BENEFICIOS EMPRESARIALES Y SALARIOS DE LOS TRABAJADORES.
En el trabajo de Javier Navascues en esta misma serie de Indicadores, se señalaba la evolución de beneficios empresariales, ingresos de los autoempleados, remuneración del trabajo total, en el sector público y en el sector privado (Tabla I). (5)
Queda meridianamente claro que los empleadores se han beneficiado durante la crisis, sobre todo a costa de autoempleados y trabajadores del sector privado, es decir, se ha incrementado la tasa de explotación del trabajo, pasando de una relación beneficio empresarial/remuneración del trabajo en el sector privado de 0’85 a 1’03, un incremento del 21’2%.
Durante el periodo estudiado, 2008-2016, el número de autónomos ha pasado de 2’14 millones a 2’098 millones, con una pérdida de 41’9 mil personas, un 1’96%, mientras que sus ingresos han disminuido un 57’73%, es decir la catástrofe de la solución del gobierno, impulsar
el autoempleo, ha sido clamorosa y señala, también para ellos, una situación absolutamente precaria. Los asalariados del sector privado apenas han variado, por debajo del 2%, mientras que sus rentas han caído más de un 9%.
José Daniel Lacalle.
Seguir leyendo ---->> http://www.rebelion.org/docs/233370.pdf
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