Con “discreción” y con “prudencia”. Así se quieren dar los primeros pasos del nuevo aeropuerto de Ciudad Real. Lo comenta un portavoz de la empresa, cuyo nombre también queda (de momento) en el plano de lo discreto. CR International Airport, la empresa que gestionará la infraestructura acaba de poner en marcha su página web (íntegramente en inglés) y se plantea el nuevo proyecto “a dos o tres años”.
“Somos empresarios españoles, no hay nadie detrás de nosotros. Queremos poner en marcha un proyecto con mentalidad de no vender sino de ganar dinero”. El misterio ha sido la tónica imperante en los últimos meses en torno a los compradores. Se habló de “empresa pantalla” con intereses de lo más variopinto. “Lo que se ha dicho es falso”, asegura.
La empresa tiene detrás a tres accionistas. Uno de ellos es el antiguo director del Banco Espírito Santo en España, Pedro Escudero. Le acompañan Rafael Gómez Arribas, ingeniero aeronáutico con 22 años de experiencia en Iberia y empresario y Martín Gómez, director general de IGC Ingenieros, empresa que nació en Puertollano y que ahora es una multinacional. “No hay más propietarios. Otra cosa serán los gestores que nos acompañen”.
El portavoz de la infraestructura aeroportuaria asegura que hay un equipo de 30 personas trabajando en el proyecto, entre ellos ingenieros aeronáuticos e industriales. También se ha contratado a una consultora que ayudará en las tareas de gestión. En el organigrama ya existe un director general, un director de Operaciones y hasta un director de Relaciones Institucionales y Comunicación. La empresa, sin embargo, guarda celosamente los nombres ‘clave’ de este equipo.
Operar el 12 de octubre es “prácticamente imposible”
Mientras tanto, en los últimos días se ha especulado con la posibilidad de que el aeropuerto reabra sus operaciones el próximo 12 de octubre pero los nuevos gestores aseguran que ellos no han lanzado la idea. “Es la fecha del inicio de la temporada de caza. Hemos pedido las licencias pero conseguirlas en un mes es muy difícil, prácticamente imposible”.
De hecho, no se ha podido tramitar ninguna de las licencias ante el organismo certificador -AESA, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea- hasta que el juez no ha emitido un auto, con fecha 6 de septiembre de 2016, en el que da el visto bueno a la continuidad del proyecto.
“Vamos a hacerlo estos días pero la cantidad de documentación a presentar es ingente. No se trata solo de homologar las instalaciones sino la metodología”, señala la misma fuente. De forma paralela al certificado que emita AESA, se ha solicitado la posibilidad de “uso temporal” de las instalaciones. Algo, comenta, “muy complicado de conseguir. Si lo logramos bien y si no, también porque nuestro objetivo no está relacionado con el sector de la caza”.
“Nuestra prioridad no son los pasajeros”
Y es que los nuevos propietarios se plantean un aeropuerto destinado a “usos industriales y logísticos” en el que los pasajeros son lo de menos. “Seguramente vendrán pero a lo mejor se tarda tres años en que haya una línea de vuelos regular porque no es nuestra prioridad”, insiste.
El de Ciudad Real será un aeropuerto industrial para el mantenimiento, reparación y transformación de aviones. También se piensa en captar empresas “que requieran estar en el interior de un aeropuerto para fabricar determinados elementos, por ejemplo, porque necesiten espacio aéreo para probarlo”. Y no se descarta, como ya avanzó eldiarioclm.es hacerles un hueco a empresas vinculadas con el sector de la defensa. “Estamos en contacto con muchas empresas”.
En esa carrera por la búsqueda de la rentabilidad de un aeropuerto que les costará 56,2 millones de euros (hasta la fecha solo han abonado el 5% del total, como aval exigido por el juzgado y también se han hecho cargo de los gastos de mantenimiento de las instalaciones), lo primero “y lo más rápido” será el negocio industrial, comenta este portavoz. “Para la parte logística hay que modificar rutas, establecer alianzas con transportistas… El tiempo de maduración del proyecto nos llevará dos o tres años”.
Y esos años, dice, serán “de sangre, sudor y lágrimas” porque, en realidad, las actuales instalaciones no les sirven para casi nada. “Tenemos una enorme finca rústica ocupada por una pista que no podemos utilizar. Si nuestro objetivo fueran los pasajeros sería más rápido”, insiste. Asegura que no quieren “defraudar expectativas” de nadie y por eso “no vamos a vender humo”. Aunque lo cierto es que las cifras iniciales hablaban de una inversión por parte de CR Internacional Airport de 579 millones y la creación de 7.716 puestos de trabajo tanto directos como indirectos en diez años.
Avanza que hay que “implicar” a operadores, construir hangares (habla de unos 3.000 m2 de superficie) o contratar y formar al personal adecuado. Pero de lo que no hay ninguna prisa es de que las compañías aéreas se instalen en el aeropuerto. “Para que haya líneas comerciales tendríamos que pagarles y esa no es nuestra vocación”.
“Esto no es una boutade”
Para los escépticos lanza un mensaje. “No es una boutade. Hay demanda de aeropuertos industriales en todo el mundo”. Lo justifica en el hecho de que el precio de las instalaciones “ha sido barato y por eso se pueden vender servicios competitivos a los operadores”.
También hay otro ‘recadito’ para quienes quieran ver algún trasfondo político: “Esto no es un proyecto del gobierno o de los partidos. Esto es un negocio y no vamos a estar todos los días en la prensa”. Se quieren alejar así del ‘mediatizado’ proyecto inicial de aquel aeropuerto que se quedó en agua de borrajas. El tiempo lo dirá.
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