La alemana Fresenius es el primer grupo europeo de sanidad privada y acaba de hacerse con un “jugoso bocado” en el Estado español: la antigua Capio y actual Quirónsalud. Tras la operación, valorada en 5.760 millones de euros, su consejero delegado, Stephan Sturm, manifestó que la parte más rentable del negocio de la española procede de los conciertos con la sanidad pública y no de su actividad ordinaria de prestación de servicios médicos en el ámbito privado.
La sociedad adquirida, ha sido un agente privilegiado de rentabilización de lo privado desde lo público, al conseguir hacerse durante los últimos tiempos con una gran parte del león de los servicios sanitarios públicos privatizados, de la mano de la gestión neoliberal del PP, sobre todo en Madrid.
Quirónsalud, líder del sector en el Estado español, obtiene el 34% de sus ingresos de la gestión de las privatizaciones de la sanidad pública con las que ha sido generosamente agraciado por diferentes gobiernos privatizadores, gestionando hasta cuatro hospitales de la red pública sanitaria. Surgió en 2014 de la unión de los dos primeros operadores sanitarios privados en el Estado español: IDC Salud (antigua Capio) y Quirón. Las ventas entre los dos gigantes eran entonces de 926 y 823 millones de euros anuales respectivamente. Entre ambos llegaron a acumular una cuota de mercado del 14% y alcanzaron desde entonces el cuarto lugar a escala europea en su sector.
El negocio de la venta ha sido redondo para todas las partes implicadas en el pelotazo. Por una parte, el fondo buitre CVC logrará unas plusvalías de 2.600 millones de euros, logrados en tan solo dos años de permanencia de la inversión. Compró el 61% de la sociedad en julio de 2014 al fondo Doughty Hanson. Mientras, por otra parte, el ex-médico deportivo Victor Madera, consejero delegado del grupo español, recibirá un bonus de 400 millones de euros en acciones de Fresnius que podrá vender dentro de dos años, además de ser el gerente del nuevo grupo en España con generosas retribuciones.
El consejero alemán explicó, en el acto de presentación de la reciente adquisición, que aunque la colaboración público-privada no es la principal vía de ingresos de Quirónsalud, sí que resulta la más lucrativa. Algunos de los números han salido a la luz gracias a que la empresa Fresnius cotiza en la bolsa alemana. De los 2.732 millones facturados por Quirónsalud, más de 800 millones (34%) proceden de los cinco acuerdos con la sanidad pública por la gestión de cuatro hospitales en Madrid y uno en Catalunya, concedida hasta el año 2041. El núcleo duro de esta parte del negocio está en la Fundación Jiménez Díaz cuya gestión se logró en 2003. En Cataluña su principal “joya” por importancia es la del Hospital General de Catalunya.
La compensación económica en este tipo de gestión público-privada se produce por dos vías. Por una parte, consecuencia de una especie de “peaje en la sombra” por el que la empresa recibe un ingreso fijo per cápita según el área sanitaria asignada y su número de habitantes, hagan uso o no del servicio hospitalario. Por otra, se realiza un pago adicional por los pacientes que sin estar en el área asignada para su cobertura “deciden” ser tratados en esos centros concertados a través de la libre elección de hospital.
Ya conocemos como la Seguridad Social no para de desviar pacientes, no precisamente voluntarios, al ámbito de los centros privatizados, dado el desmantelamiento en paralelo que se está produciendo sistemáticamente y continuadamente de los centros públicos. Existen multitud de denuncias de sindicatos de trabajadores del sector sanitario sobre eliminación de camas y desmantelamiento de plantas enteras de servicios sanitarios en los hospitales públicos.
Por otra parte, el enfermo que rechace ser atendido cuando desde la sanidad pública se desvía la atención hacia estos centros privatizados, corre el riesgo de sufrir retrasos de meses en la atención de su dolencia. Por lo que el negocio es facilitado por la propia gestión de las citas de la sanidad pública que, por otra parte, también son gestionadas por empresas privadas. No existen inspecciones médicas que controlen dichas desviaciones.
El margen obtenido es superior al que pueden lograr en Alemania, según su propio análisis, consecuencia de que el modelo español está poco regulado. En el mercado español muchos de los ingresos proceden de los pacientes externos por consultas sin hospitalización.
Al frente de Quirónsalud ha estado, y lo seguirá estando tras la compra del grupo alemán Fresnius, Víctor Madera empresario y ejecutivo sanitario que ha sido denominado en los mentideros como el “ministro de Sanidad en la sombra del PP”. Con contactos en los gobiernos de las comunidades a lo largo y ancho del territorio, ha montado un imperio con la complicidad de los políticos responsables del área sanitaria de diferentes gobiernos autonómicos, gestionando siempre, gracias a sus contactos, los sucesivos grupos empresariales gestados tras diferentes adquisiciones.
La superrentabilidad obtenida se deriva de la rebaja de la calidad de los servicios ofrecidos, la supresión de las investigaciones sanitarias costosas que se realizan en el seno de los hospitales públicos y de los tratamientos más costosos, así como de las peores condiciones del personal sanitario y las subcontrataciones y precariedad laboral reinante en la privada.
Un escándalo que pone blanco sobre negro el profundo daño que se viene infligiendo a la sanidad pública por medio de la deriva de ingente cantidad de recursos a la sanidad privada. Un caso que llena de razones a las movilizaciones de los trabajadores y usuarios de la sanidad de los últimos años, como la marea blanca. Unas luchas que es necesario reactivar para poder conquistar una sanidad pública universal y de calidad, que recupere los hospitales y servicios médicos privatizados , acabe con las externalizaciones y subcontrataciones y ponga el sistema sanitario bajo la gestión de trabajadores y usuarios.
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