Hace tiempo que hablamos de las negociaciones secretas (ya no tanto) que se están llevando a cabo entre los gobiernos de la Unión Europea y los Estados Unidos. Los acuerdos TTIP esconden mucho más de lo que parece, algo que ahora ha revelado Greenpeace al filtrar los borradores de los documentos en los que se explica el alcance de estas alianzas.
Como explican los responsables de este organismo, una de las áreas en las que nuestros gobernantes han ocultado datos cruciales es el de la protección al medio ambiente. En ellos queda claro que se revela como objetivo "la gestión de sustancias peligrosas en lugar de evitarlas", y de hecho "los objetivos del acuerdo sobre el clima París, la COP21, no aparece en ningún punto". Y esto es solo la punta del iceberg.
El medioambiente como parte del problema
Para Greenpeace queda claro que estos acuerdos representan una amenaza tanto para el medioambiente como para los consumidores, y en ellos se demuestra lo que ya se había desvelado anteriormente a través de las filtraciones de Wikileaks: la presión de las grandes multinacionales ha sido crucial para que sean ellas las que controlen el futuro de unas relaciones en las que los estados y sus representantes pierden poder y control.
En esos documentos parece revelarse que estos acuerdos de libre comercio entre Europa y los Estados Unidos pasan por un momento difícil debido a diferencias "irreconciliables" que podrían comprometer su aprobación. Entre otras cosas, el acuerdo haría que la Unión Europea tuviese que romper las promesas que hizo a los ciudadanos en materia de protección medioambiental, señalan en The Guardian.
Jorgo Riss, director de Greenpeace en la UE, afirmaba que "estos documentos filtrados nos dan una perspectiva sin precedentes sobre el alcance de las demandas de los EE.UU. para que la UE reduzca o se salte las protecciones al medioambiente y la salud pública como parte del TTIP. La posición de la Unión Europea es muy mala, y la de los EE.UU. es terrible".
Unas negociaciones sin final cercano
El Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP) es un acuerdo multidisciplinar entre la Unión Europea y los Estados Unidos que teóricamente trata de fortalecer el comercio y el crecimiento económico entre estas dos regiones.
Las rondas de negociación se iniciaron en julio de 2013 y se han ido repitiendo a lo largo de todo este tiempo para ir completando un proceso al que aún parece quedarle un largo recorrido. La última de esas reuniones (la decimotercera) tuvo lugar entre el 25 y el 29 de abril den Nueva York, y aunque teóricamente el acuerdo debía haberse finalizado a finales de 2014 hay quien afirma que esas negociaciones no concluirán hasta 2019 o 2020.
Como explica el artículo de la Wikipedia, muchas son las críticas a unos acuerdos que se han negociado a espaldas de la ciudadanía y en los que las presiones ejercidas por grandes empresas y lobbies han pesado demasiado sobre los términos de estos acuerdos.
Los peligros son, afirman quienes se oponen a estos acuerdos, múltiples: desde temas como los citados referentes al medioambiente o la sanidad hasta otros como la protección del trabajo e incluso la soberanía de los estados, que podría estar sujeta al poder de las grandes corporaciones. También podrían verse afectados campos como la banca, la privacidad y por supuesto la gestión de las comunicaciones electrónicas, algo de lo que la Electronic Frontier Foundation lleva tiempo alertando.
La UE se defiende de las críticas
La Comisión Europea ha publicado un comunicado tras la filtración de los documentos en los que indican que al contrario de lo que pudiera parecer, estos textos filtrados no son definitivos: "reflejan la posición de cada parte en la negociación, sin más".
En ese documento se destaca además que "la industria de la UE no tiene más acceso a las posiciones de negociación de la UE que otros participantes. Tomamos en cuenta sugerencias de la industria, pero se aplica el mismo principio a sugerencias de organizaciones comerciales, grupos de consumidores y organizaciones de salud o medioambientales", aunque aquí parece evidente que la opinión de Greenpeace no coincide.
De hecho, en este documento redactado por Cecilia Malmström, comisionada europea para el comercio, se asegura que "ningún acuerdo de comercio en la Unión Europea rebajará jamás el nivel de protección a los consumidores, o la seguridad alimentaria, o el medioambiente". Las declaraciones de la UE son bienvenidas, pero las dudas son inevitables: ¿por qué mantener la mayor parte de estas negociaciones en secreto entonces?
Más información | TTIP-Leaks
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