Junta de accionistas
El consejero delegado de IAG, Willie Walsh, ha avanzado hoy que el coste bruto de la disrupción de operaciones en British Airways (BA), por el corte de energía en su centro de datos durante tres días, ha supuesto un coste bruto cercano a 80 millones de libras esterlinas (91 millones de euros).
Durante su intervención en la junta de accionistas, Walsh señaló que se trata de una evaluación inicial y recordó que IAG (el holding que engloba a Iberia, British Airways (BA), Vueling y Aer Lingus) ha puesto en marcha una investigación independiente de lo sucedido, sobre la que ofrecerá información a su finalización. "Sé que fue una experiencia terrible para muchos clientes, lo que lamentamos profundamente", añadió.
Walsh negó, con lo que se sabe hasta ahora, que el corte sufrido tuviera que ver con cambios en el sistema de proveedores de servicios."Esta situación no tuvo absolutamente nada que ver con cambios en la forma en que se nos proveen servicios y sistemas informáticos (IT)", dijo.
De hecho, destacó que la revisión independiente de la gestión de la crisis de la aerolínea británica que lidera el español Álex Cruz y restaurar los sistemas afectados indica que fue "un logro extraordinario" de los equipos implicados ante el daño provocado, justo en el inicio del comienzo de las vacaciones escolares en Reino Unido.
La aerolínea británica sufrió el pasado 27 de mayo un corte de energía en su centro de datos principal que provocó la cancelación de 726 vuelos, aproximadamente el 28% de sus operaciones durante tres días. Una incidencia que según Citi, podría costar al grupo hasta 100 millones de euros.
Walsh valoró que pese a las complicaciones de las condiciones del mercado y de la incertidumbre económica generada por el Brexit, la aerolínea británica logró "un buen resultado financiero" el pasado año, con nuevas rutas a EEUU y afrontando la competencia de las 'low cost', y que seguirá con su programa de inversión de 400 millones de libras esterlinas (458 millones de euros).
A este respecto, el presidente de IAG ha pedido hoy mantener el "actual régimen liberalizado" de vuelos entre Reino Unido y el resto de Europa, ante las próximas negociaciones del Brexit, porque es "del máximo interés" para los europeos seguir beneficiándose de un mercado liberalizado, que mueve cada año 900 millones de pasajeros.
Vázquez aseguró que las reservas de billetes con origen en Reino Unido se han estabilizado tras el triunfo del Brexit demostrando que "la necesidad de volar, por motivos de negocio o personales, ha trascendido a la incertidumbre generada".
Asimismo, mostró su satisfacción, en el año del sexto aniversario de la creación de IAG, por el hecho de que las aerolíneas del grupo transportaran 100 millones de pasajeros en 2016, doblando el número de viajeros de BA+Iberia cuando se fusionaron.
De su lado, el consejero delegado de IAG, Willie Walsh, reconoció que la debilidad de la libra motivó que los resultados del grupo en 2016 se situaran por debajo de las expectativas, con un efecto cambiario adverso de 460 millones de euros, y que los costes más importantes como aviones y combustible, que se pagan en dólares, se incrementaran.
Saracho, reelegido consejero
Los accionistas de la Asociación de Afectados por el desmantelamiento de Iberia, representantes de más de 10.000 titulares de acciones de IAG, han criticado durante la junta la reelección de Emilio Saracho, expresidente de Banco Popular, como consejero independiente del grupo aéreo resultante de la fusión de la española con British Airways.
Pese a reconocer que la reelección de Saracho, aprobada en junta, figuraba en el orden del día anterior a la resolución, la asociación ha calificado lo ocurrido con la entidad de un "escándalo de increíble magnitud" que no le hace digno de ocupar cargo alguno en IAG.
La junta también dio luz verde a la reelección del resto de consejeros propuestos: Antonio Vázquez (presidente), Willie Walsh (consejero delegado) y Enrique Dupuy (director financiero y consejero ejecutivo) como consejeros por el periodo de un año. Además, someterá a su reelección como consejeros a Marc Bolland, Patrick Cescau, James Lawrence, María Fernanda Mejía, Kieran Poynter, Dame Marjorie y Alberto Terol por igual periodo estatutario.
Otro grupo de accionistas ha calificado de "lamentable" la renovación de flota acometida en Iberia, a raíz del "batacazo" en 2013, con la incorporación de los A330, un avión "obsoleto" que devuelve a la aerolínea española a la era del McDonnell Douglas DC-8.
Tras la junta, los accionistas aprobaron el pago de un dividendo complementario bruto de 12,5 céntimos (0,125 euros) por acción con cargo a 2016, que se abonará a partir del 3 de julio. De esta forma, el dividendo anual ascenderá a 23,5 céntimos de euro (0,235 euros) brutos, tras el abonado en diciembre, lo que supone elevar un 17,5% la retribución al accionista, destinando 496 millones de euros.
Se trata del segundo dividendo de la historia de IAG, seis años después de la fusión entre Iberia y BA, en su vocación por mantener una política de dividendos sostenible, tal y como señaló el presidente del grupo, Antonio Vázquez, ante la junta de accionistas celebrada hoy en Madrid.
Esta retribución, junto con el programa de recompra de acciones por valor de 500 millones de euros que realizará durante este año, incrementará los retornos de efectivo a los accionistas por la suma de ambos conceptos con un retorno de caja próximo a los 1.000 millones de euros.
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