Todos, y yo también, sentimos un enorme dolor por la tragedia del avión de Germanwings en los Alpes franceses: se trata de un tipo de vuelos que todos hacemos con frecuencia y en los que, por lo habitual, casi hemos llegado a pensar que no tienen riesgo. Este accidente nos devuelve a la dura realidad de que volar es arriesgado, aunque siga siendo uno de los modos de transporte más seguros que se conocen.
Sin embargo, ese dolor y esa angustia no debería conducirnos a la estupidez. Ayer, minutos después del siniestro, leo que la Fiscalía de la Audiencia Nacional abre diligencias informativas sobre el accidente, pidiendo a la policía que le envíe un informe. ¿Por qué razón? ¿No es un avión alemán en territorio francés? ¿El que haya españoles a bordo significa que puede haber competencia de nuestras autoridades para investigar? ¿Los belgas, británicos, australianos y turcos, dado que parece que también había algún viajero de estos países a bordo, pueden abrir sus investigaciones? Leo que la Policía Científica española y la Guardia Civil ya han iniciado las pesquisas. ¿De verdad, nos creemos que el accidente ocurrió en Mali? ¿Por qué no investigan los accidentes de tráfico si es que tanto celo tienen en aclarar la verdad? ¿De verdad nuestras autoridades están viendo la televisión todo el día por si hay siniestros en los que meter baza?
Si con las investigaciones tengo la impresión de que estamos perdiendo la cabeza, con el dolor de los políticos definitivamente empieza a ser molesto. Ayer ya estaban tres ministros en el lugar de los hechos. Y hoy habrá una especie de cadena humana formada por presidentes de Gobierno. ¿No deberían dejar que se haga el trabajo sin entorpecerlo todo? ¿Estamos en países tan rudimentarios en los que si los ministros no están sobre el terreno no funcionan las cosas
Pero el no va más de la risa fue el gabinete de crisis creado en el momento del accidente, en el propio aeropuerto de El Prat, por el Gobierno de la Generalitat de Cataluña. Me habría encantado estar en esa sala donde se reunieron, para verlos a todos mirando la televisión, dado que como es un organismo no competente, nadie les envía información.
Comprendo, acepto y veo lógico el dolor, pero eso no debe volvernos locos. En los países civilizados, afortunadamente hay suficientes organismos muy profesionales especializados en este tipo de siniestros, como para necesitar de los políticos o, peor, de los fiscales. La sobre actuación es tan negativa como la falta de reacción. Y aquí nos estamos pasando.
Javier Mato
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