La participación de capital privado en los aeropuertos europeos ha crecido en los últimos seis años alrededor de un 20%. Ha pasado de una cuota del 22% de 2010 al 41% de 2016. En total, son 205 los aeródromos europeos que han visto entrar fondos privados en sus estructuras corporativas. De ellos, 79 (un 39%) están gestionados exclusivamente por firmas no estatales, mientras que 126 (el resto, 61%) tienen una colaboración público-privada. España, Portugal y Francia son algunos de los países donde ha entrado más capital privado, según el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI).
En tan sólo seis años, los inversores privados se han involucrado en aproximadamente 100 aeropuertos de toda Europa. “Esto significa que tres de cada cuatro pasajeros viaja a través de aeropuertos gestionados por grupos privados”, comentó Olivier Jankovec, director general de ACI durante la presentación del informe del sector. “Casi todos los aeropuertos de propiedad pública están siendo gestionados sobre base comercial”, agregó Jankovec, quien subrayó que “se trata de un cambio estructural y no anecdótico”, que responde a una mezcla de necesidades: la de los Estados de desprenderse de un coste excesivo en mantenimiento y la de atraer inversiones para elevar el flujo de vuelos.
España abre la puerta
La entrada de capitales en los aeropuertos europeos no es uniforme. Los aeródromos más grandes son los que captan más capital privado. Se trata de aeropuertos que, según las estimaciones de la ACI, manejan actualmente el 75% del flujo de pasajeros en Europa. Un hecho que refleja la baja rentabilidad de los aeropuertos regionales.
España, junto con Portugal, es uno de los países que más ha permitido la entrada de capitales privados. Desde 2010, se ha privatizado parcialmente (el 49%) el capital de AENA (46 aeródromos) mientras que en Portugal se vendió el 95% de las acciones de sus 10 aeródromos. Otros casos paradigmáticos, han sido los aeropuertos de Manchester (Reino Unido); Milán (Italia), o Zagreb (Croacia), Liubliana (Eslovenia) y Toulouse (Francia), que han pasado a manos privadas en estos años.
La ACI advierte de que “frente a esta transformación, el reto es asegurar a los viajeros que el marco legal se mantenga dentro de criterios de eficiencia y competitividad, salvaguardando sus intereses”.
Solo en siete países de Europa perduran aeropuertos con gestión exclusivamente pública. Son estos los casos de la República Checa, Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania, Luxemburgo y Eslovaquia. Fuera del espacio de la eurozona, también en Bielorrusia, Islandia, Israel, Montenegro y Noruega todos los aeródromos son gestionados por la administración pública. Por el otro lado, Portugal, Chipre, Hungría y Eslovenia, seguidos de Bélgica, Malta, España y Francia, son los países donde la penetración del sector privado es más fuerte.
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