Iberia podría encargarse del mantenimiento de los aviones de las demás compañías de IAG e, incluso, podría llegar a eliminar algunas divisiones que no fuesen rentables, si el estudio que lidera Luis Gallego apuntase en esa dirección (IAG encarga a Luis Gallego transformar el modelo de mantenimiento).
Así lo ha manifestado el presidente de Iberia, Luis Gallego, en conversación con periodistas tras la celebración de un acto conmemorativo con motivo del 70 aniversario del primer vuelo a América Latina.
El análisis verá la luz después del verano, según ha asegurado Gallego, y persigue analizar el estado del mantenimiento del grupo para valorar una posible transformación del mismo, con la intención de ganar competitividad y obtener una mayor rentabilidad. De este modo, Iberia podría convertirse en proveedor de las demás aerolíneas del grupo o incluso llegar a externalizar los servicios de mantenimiento que no fuese competitivo mantener dentro de la propia estructura.
Aunque el estudio no ha finalizado, Gallego ha observando que en algunas áreas Iberia es especialmente fuerte como, por ejemplo, en el taller de motores. Así, la aerolínea española ya presta servicios puntuales a British Airways y, por supuesto, a Iberia Express y Vueling. De lo que se trata a partir de ahora es de establecer un nuevo modelo de mantenimiento más competitivo, con costes más ajustados y con unas condiciones “acordes al mercado”.
Por el momento, el ejecutivo lidera una comisión que “analiza las acciones de mantenimiento del grupo” para “ver si tienen sentido o no”. En este aspecto, Gallego ha asegurado que las aerolíneas que conforman IAG “son muy complementarias”, por lo que prevé que podrán prestarse servicio entre ellas y optimizar así la rentabilidad del grupo.
En el acto de conmemoración -en el que además se ha entregado un premio a Iberia Express como aerolínea más puntual del mundo, y a Iberia, como aerolínea más puntual de Europa-, Gallego también ha alertado sobre el peligro que tendría el cierre de una de las pistas del aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid. “Sería una desgracia -ha dicho- porque se perdería un 30 por ciento de capacidad de vuelos y reduciríamos drásticamente nuestra la puntualidad”.
Gallego se refería a la sentencia del Tribunal Supremo de 2008, que obligaba a reducir los vuelos en una de las pistas por las molestias causadas a los vecinos de un barrio próximo al aeropuerto. A día de hoy dicha sentencia aún no se ha cumplido y los vecinos siguen luchando para que se ejecute.
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