El consejero delegado de IAG, Willie Walsh, ha logrado en tiempo récord
colocar en puestos clave de la compañía a gente de su confianza, mientras que
los consejeros y directivos que provenían de Iberia han ido cayendo
paulatinamente.
En menos de tres años, el ex comandante de avión irlandés ha logrado situar a
media docena de delfines en primera línea de batalla al tiempo que ha visto como
han caído una decena de potenciales enemigos en el holding nacido tras la fusión
de Iberia y British Airways. Gráfico:
las salidas y entradas de todos los consejeros y ejecutivos
Bien es cierto que la salida de Bankia, primer accionista de IAG, del
accionariado de la compañía, ha sido también la causante de parte de esta
reestructuración, pero ha habido movimientos que rompen claramente el espíritu
de renovación marcado cuando se anunció la fusión entre British Airways e
Iberia.
Fallida renovación del consejo
La idea inicial -no recogida oficialmente pero sí transmitida hasta la
saciedad por ambas compañías aérea- era marcar varias fechas de salida en el
calendario para ir renovando el consejo de administración del holding en tres tandas. El objetivo prioritario era lograr
que al final de 2015, cuando se acababan las garantías de nacionalidad,
estuviera totalmente renovado. Pero ya en la primera fase de este cambio
estructural, señalada en rojo para la pasada Junta General de Accionistas de
2013, no se ha cumplido lo prometido desde los orígenes del holding aéreo.
Según establece el documento de fusión de IAG, los primeros consejeros que
debían reelegirse (estaba previsto tácitamente que no siguieran en el órgano
ejecutivo) eran José Manuel Fernández-Norniella, Martin Broughton y Patrick
Cescau. Pues de ellos, sólo Fernández-Norniella no decidió seguir por petición
propia que fue aceptada por unanimidad en el consejo. Fuentes que conocen bien
los entresijos del órgano de decisión del holding aseguran a este periódico que
la baja del consejero español ha sido un respiro para Willie Walsh, ya que era
"bastante molesto" y combativo en las reuniones.
Sin embargo, este movimiento estratégico supone la continuidad de Martin
Broughton, para algunos el verdadero cerebro de IAG. Las mismas fuentes aseguran
que el presidente de British Airways es quien diseña la estrategia del grupo y
que Willie Walsh la ejecuta. De hecho, Broughton fue la pieza clave en el
intento de TPG (Texas Pacific Group) y BA por adquirir Iberia, una operación que fracasó y que acabó derivando
años después en la fusión entre la británica y la española y la creación de
IAG.
el pirata |
Había más miembros del consejo que podían ser molestos para que Walsh
ejerciera su ley y uno de ellos era, sin duda, Rodrigo Rato. El ex
presidente de Bankia daba un empaque a la presencia española en el órgano de
decisión que ha desaparecido tras su marcha obligada por su relevo en la entidad
financiera. Meses después, la ya comentada y esperada salida de Bankia del
accionariado había sido precedida del cambio de ejecutivos de Iberia que no eran
de la cuerda de Walsh. Dos ejemplos claros han sido José María Fariza y Manuel
López-Aguilar.
Fariza, ex director financiero y de control de Iberia, y López-Aguilar, ex
director comercial, eran dos históricos de la aerolínea con sede en Barajas que
todavía quedaban de la época antigua. Conocían bien a British Airways y su
constante afán durante años por adquirir la aerolínea española. Su relevo en la
compañía era una manera indirecta de echarles la culpa de las preocupantes
pérdidas del grupo.
Cabeza de turco
Algo parecido ocurría en el caso del ex consejero delegado de Iberia. En
teoría, Rafael Sánchez-Lozano sí que era una persona de total confianza del
consejero delegado de IAG pese a sus orígenes en Caja Madrid. Pero la dura
negociación con los trabajadores de Iberia en el plan de transformación, que ha
supuesto la aplicación de un ERE de 3.141empleados y la bajada de sueldos de hasta un 18% en el caso de los pilotos y de
un 11% para los empleados de tierra, quemó paulatinamente la figura del antiguo
primer ejecutivo de Iberia, que fue relevado el pasado 27 de marzo. Era evidente
que se le usó como cabeza de turco tras el duro conflicto con los
trabajadores.
Y es en ese momento donde comienza Willie Walsh a colocar sus peones. Sin
prisa pero sin pausa. En el caso concreto de dos de ellos, son ejecutivos que
antes no conocía pero en los que ha puesto su total confianza para tenerlos
cerca. Son los ejemplos de Álex Cruz, consejero delegado de Vueling, y de Luis
Gallego, nuevo consejero delegado de Iberia tras la marcha de Sánchez-Lozano.
Hasta el momento eran directivos de relativo perfil bajo que se han ido
granjeando la confianza de Willie Walsh y que, sobre todo, tienen en su ADN
marcada a fuego la filosofía del low cost, un elemento indispensable en
estos momentos en la política empresarial de Iberia, que ha lanzado incluso una
nueva tarifa de precios baratos para competir cara a cara con los gigantes como
easyJet y Ryanair. La única duda con Gallego y Cruz es saber si son
nombramientos de transición hasta el cambio definitivo o si realmente Walsh
deposita su confianza definitiva en ellos.
Por el camino del proceso de adquisición total de Vueling se ha quedado Josep
Piqué, presidente de la aerolínea con sede en El Prat hasta el pasado mes de
agosto. No era un elemento molesto pero su vinculación con el actual Gobierno,
que ha sido muy reacio a la reestructuración de Iberia a través del Ministerio
de Fomento, incomodaba a Willie Walsh.
De hecho, IAG anunció que la cúpula de Vueling no se iba a ver afectada tras
el lanzamiento de la opa, una promesa que sólo se ha cumplido a medias con la
consolidación de Álex Cruz como mano derecha de Willie Walsh. Un portavoz
oficial de IAG preguntado por los cambios en la cúpula de la compañía y su
posible significado no hizo ningún comentario al respecto.
Movimientos clave
Y entre estos movimientos estratégicos destaca sobre todos los demás uno que
apenas ha llamado la atención. Es la incorporación de Julia Simpson a lugares
clave del holding. Primero se convirtió en Jefa de Gabinete del equipo de
gestión del grupo IAG y después fue nombrada sorprendentemente consejera en el
consejo de administración de Iberia Opco. Este ha sido tal vez el órgano que ha
sufrido más cambios desde que nació IAG. De los seis consejeros que han
abandonado el consejo, cinco son españoles de la vieja guardia. La lucha es tal
en el grupo que incluso para un cargo intermedio como el de Director de
Comunicación de Iberia, puesto que ha quedado vacante tras la marcha del
histórico Luis Díaz Güell, existe un pulso entre Antonio Vázquez y Walsh.
Fuentes cercanas al proceso de selección aseguran que el presidente no
ejecutivo de Iberia quiere colocar -lógicamente- a alguien de su total
confianza, pero Willie Walsh pretende que el elegido no esté contaminado por la
filosofía de Iberia como gran aerolínea de bandera y ha encargado a Julia
Simpson, que es una persona muy cercana a Walsh, que haga por su lado una labor
de selección. En esta batalla, incluso Vázquez tiene un equipo de asesoramiento
personal que no gusta al ejecutivo irlandés de IAG.
Otra prueba de que la batalla se juega en todos los frentes es que Díaz Güell
antes de su marcha propuso varios candidatos, entre los que destacaban
directores de comunicación consagrados en España y algún ex director de
periódico. En todos los casos han sido rechazados por Willie Walsh.
En toda esta marejada de luchas internas el que mejor se mueve es Enrique
Dupuy. El antiguo director financiero de Iberia fue el que primero comprendió la
importancia de IAG. Su labor en el proceso de fusión con BA le ha hecho
acercarse a Willie Walsh, quien lo considera uno de los suyos. De hecho, Dupuy
marca la estrategia del grupo, incluyendo el futuro de Iberia.
En los pasillos de la compañía aérea española se cuenta que ha sido él quien
frenó en el último minuto la renovación de flota de largo radio de Iberia.
"Estaba prácticamente firmada, pero se paró hasta que la aerolínea española no
lograra ser rentable", explican fuentes conocedoras del proceso de compra.
¿Relevo de Vázquez?
Incluso se ha llegado a rumorear que Dupuy podría ser el relevo natural de
Antonio Vázquez en la presidencia de Iberia, algo que desde IAG se ha negado
rotundamente. La lógica dice que desde su puesto de financiero del holding y su
contacto directo con la City puede tener una mayor libertad en la estrategia del
grupo que encorsetado en la presidencia de Iberia, pero todavía no se ha dicho
la última palabra en la reorganización del grupo.
http://www.eleconomista.es/interstitial/volver/comex2013/empresas-finanzas/noticias/5145016/09/13/Walsh-pone-a-sus-chicos-de-confianza-a-pilotar-Iberia-en-tiempo-record.html
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