Cuando comenzó la crisis en agosto de 2007, la Seguridad Social tenía 19,1 millones de afiliados medios. Las dos recesiones de la economía llevaron al empleo al suelo de 16,1 millones de cotizantes en febrero de 2013. La factura en este período fue de más de tres millones de afiliados.
A partir del tercer trimestre de ese año en que la economía dejó la segunda recesión, la afiliación comenzó a repuntar con altibajos. Y, en junio de 2016, el mejor mes de los 36 transcurridos desde ese suelo, ya hay 17,7 millones de trabajadores que cotizan. Sin embargo, la calidad del empleo creado no tiene nada que ver con el que existía antes de la crisis por el trabajo precario y por horas, la reducción de sueldos y la proliferación de autónomos (autoempleo). Sólo hay que ver que en 2015 se hicieron 18,6 de contratos, pero sólo aparecieron medio millón de nuevos cotizantes netos.
Todo esto significa que aunque haya empleos que lo ocupan dos, tres o más trabajadores (a tiempo parcial), quedan por reponer 1,3 millones de afiliados si la comparación se hace con los que había en 2007, ya que desde 2013 ha aumentado en casi 1,7 millones el número de cotizantes.
El problema para la Seguridad Social es que este empleo que se está creando, sólo sirve para engordar las estadísticas. Pero, no sucede así con la caja de las pensiones por la baja calidad contributiva de las bases reguladoras. Y algo similar ocurre con la caja del IRPF, porque las bases imponibles son inferiores y, además, la mayor parte de los contratados cobra menos de 12.000 euros al año y no tributan.
¿Qué esta sucediendo ahora en el mercado laboral? Según la ministra de Empleo, Fátima Báñez, en Baleares ya hay más empleo que antes de la crisis. Es cierto, pero se trata de un exiguo 0,2% y se ha producido precisamente en la comunidad que más depende de la estacionalidad del turismo y de la hostelería.
En realidad, hay varias actividades que han generado ya más empleo que el existente antes de la crisis. También hay otras que están aún muy lejos de los puestos que había en 2007. Mientras, en algunas profesiones sigue el ajuste que comenzó más tarde.
Lo cierto es que, ante la falta de otro modelo de crecimiento económico complementario a los servicios que evite la destrucción masiva de empleo en las crisis, España se está convirtiendo en un país de camareros. Es precisamente el sector en que más prolifera la temporalidad, la rotación y los bajos sueldos. En él se han refugiado los excedentes laborales que salieron de la construcción y los licenciados que esperan una oportunidad, mientras dudan si emprenden la huida a otros países.
Camareros
Ahora mismo hay 209.805 afiliados más en la hostelería (bares, restaurantes y hoteles) que los que había al inicio de la crisis. Si en agosto de 2007 había 1.376.046 afiliados, ahora hay 1.585.851, un 13,2% más.Esto no quiere decir que cada cotizante tenga un empleo, puede tener varios con contratos por horas, pero sólo dispondrá de un número de afiliado. Aunque entre 2007 y 2013 se perdieron casi 190.000 empleos, su crecimiento ha sido exponencial en los últimos años. Desde 2013, cuando se registró el suelo de cotizantes, la cifra de afiliados ha aumentado en 398.289 (60%), es decir, más del doble de los puestos que se habían perdido en los primeros años. Es el empleo que más se crea, y que luego se destruirá cuando acabe la campaña. Excluyendo el sistema especial agrario y del hogar, la hostelería, aupada ahora por la incertidumbre en otras zonas turísticas del mundo, representa ya más del 10% de la afiliación total a la Seguridad Social.
Profesores
También hay ahora más empleo que antes de la crisis en la educación. Hay 259.949 profesores más, de ellos más de 30.000 son nuevos autónomos. El alza es del 43%. Si en agosto de 2007 había 598.782 afiliados, ahora hay 858.73l (más del 12% son trabajadores por cuenta propia). Este incremento no se debe al aumento del empleo público, afectado por la volatilidad de los interinos, sino al impulso que ha tenido la demanda de formación de muchos jóvenes, con la apertura de academias y clases de masters de todo tipo, para intentar llenar el currículum con más formación a la espera de una oportunidad laboral. Esta circunstancia ha hecho que el sector haya aguantado los avatares de la crisis, ya que hasta 2013 creció en 171.000 cotizantes y, desde ese año, ha aumentado en 88.000.
Peluqueros
También ha aumentado el empleo en las peluquerías, otro sector anclado en la precariedad. Hay 16.325 afiliados más que en 2007, gracias al aumento espectacular de los autónomos (24.131 más). Así, si antes de la crisis había 284.685 cotizantes en este sector, ahora hay 301.010, casi un 6% más. De ellos, el 45% son trabajadores por cuenta propia (135.820).
Agricultores
A estos colectivos hay que sumar la afiliación positiva en la agricultura y ganadería. Sube en 148.232 respecto a 2007. De los casi 304.000 empleos que ahora cotizan, más de 260.000 son autónomos (sólo había 84.000 al inicio de la crisis). Lo que significa que, ante la falta de expectativas, muchas personas han abandonado la ciudad y han buscado empleo por cuenta propia en el campo. Proceden en su mayoría de la construcción y la industria.
Zapateros
Se suma a estas cifras positivas la industria del calzado. Se debe al alto componente exportador de esta actividad durante la crisis. Entre 2007 y 2013 perdió a casi 1.900 cotizantes, pero, desde este último año, ha aumentado en más de 6.000. Por tanto, ahora hay 5.009 cotizantes más que en 2007.
Informáticos y ONG
De las 99 actividades catalogadas, sólo hay otras dos actividades más que superan ahora el empleo existente en 2007. Hay 47.857 trabajadores más en consultoría, programación e informática. Más del 10% son autónomos. Desde 2007 a 2013 bajó en casi 11.000 y desde entonces ha repuntado en unos 59.000. Se trata de una profesión que se ha activado con la crisis y que ha crecido un 25%. El número de afiliados es de 244.114 frente a los 196.257 que había en 2007. Por su parte, las actividades de organizaciones, ONG sobre todo, tienen 1.458 afiliados más que hace nueve años. Si en 2007 había 1.872, en junio alcanzó los 3.330.
Hasta aquí las lecturas positivas. Aunque ha habido trasvases, los demás sectores están hechos aún un erial laboral. Muchos de ellos están en proceso de desaparición, pero las alternativas son escasas. El saldo es catastrófico porque España está cambiando el boom del ladrillo por el de la hostelería. Se trata en muchos casos de sectores que habían proporcionado empleo de calidad y cotizaciones estables.
Albañiles
La afiliación directa en la construcción supera ahora levemente el millón de personas frente a los 2,4 millones que había en 2007. Se han perdido 1,3 millones de cotizantes, aunque la cifra es sensiblemente superior ya que aquí no se incluyen la pérdida, por ejemplo, de 102.227 afiliados en la extracción de grava y cemento o los 143.244 menos en el sector inmobiliario.
Industria
La afiliación en la industria, en cualquier de sus modalidades, no aparece por ningún lado. Respecto al inicio de la crisis, la del textil pierde aún 63.604 empleos; alimentación, 44.845; madera, 50.997; papel, 9.844; artes gráficas, 86.844; caucho y plásticos, 22.609, y la de fabricación de maquinaria, 58.049. Además, cae la de productos metálicos en 139.279, y la de productos informáticos (32.253). Se trata de una catarsis laboral sin precedentes.
Vehículos y muebles
A estas cifras negativas aún hay que añadir 17.108 afiliados menos en la fabricación de vehículos y 101.043 en la venta y reparación de coches. Así como, otros 100.151 menos en la fabricación de muebles; 89.510 en el transporte de mercancías y mudanzas; 7.333 en el transporte aéreo; o los 69.146 volatilizados en la banca.
Comercio
También ofrecen un saldo negativo sectores tradicionales y de fuerte potencial de empleo como el comercio, a pesar del repunte del trabajo autónomo. Hay 242.207 empleos menos ahora que en 2007. Si en ese año había más de tres millones de cotizantes, ahora quedan menos de 2,8 millones. Hasta 2013 se perdieron más de 400.000 puestos y desde ese año se han recuperado 193.000. Más del 25% de afiliados son ahora autónomos (730.176).
Médicos y enfermeros
La sanidad, tanto pública como privada, también está en este grupo. Si en 2007 había casi 1,3 millones de cotizantes, ahora quedan algo más del millón. Hay ahora 262.932 empleos menos y afecta a la sanidad pública
Empleo temporal
Otro dato curioso que confirma que la recuperación del empleo no es aún estable es que, desde que acabó la segunda recesión en 2013, la actividad que más destaca en porcentaje es la afiliación en las empresas de trabajo temporal. Se debe a que tienen en cartera contratados a un número determinado de personas que van recolocando. Por ello, el empleo de las ETT ha crecido desde 2013 un 72% (77.525 afiliados más).
Banca y prensa
A pesar del crecimiento económico continuado desde el tercer trimestre de 2013, también se ha destruido empleo. Ha sucedido en los sectores que iniciaron más tarde el ajuste o que siguen en permanente crisis, como, por ejemplo, el sector financiero (30.000 empleos menos);alquileres de coches y maquinaria (21.000); reparadores de ordenadores (9.200); telefonistas (5.500), o 4.063 periodistas menos.
http://www.elmundo.es/economia/2016/08/01/579c97dd22601dd5568b466f.html
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