Sumando los 2.600 trabajadores que se quedaron en la calle tras la quiebra de Spanair en enero a los 310 suprimidos por EasyJet al dejar la base de Madrid y los 4.500 que pretende despedir Iberia más el ERE para 1.600 personas que planea el gestor aeroportuario Aena, el año 2012 pasará a los anales del sector aéreo español porque los recortes de empleo alcanzan los 9.000 puestos en todo el país.
Según recoge El Economista, estas cifras son el resultado probable del impacto de las compañías aéreas de bajo coste que comenzaron a operar hace apenas una década en España. Del extranjero llegaron aerolíneas como Ryanair y EasyJet, y en España había comenzado a operar Vueling, probó suerte Clickair y, más recientemente, se ha lanzado Iberia Express. El resultado es que, hoy en día, más de la mitad del tráfico aéreo está en manos de las low cost: en concreto, un 58’6% hasta septiembre de este año.
Las aerolíneas tradicionales han tenido que adaptarse a la nueva competencia, que soporta unos costes mucho menores que ellas, mientras que el gestor aeroportuario estatal también ha sufrido el embate de la crisis. Aena se lanzó a invertir en infraestructuras cuando la economía crecía, pero ahora se encuentra con 17 aeropuertos con pérdidas y un plan para suprimir 1.600 puestos de trabajo para buscar la rentabilidad. Y el año todavía no ha terminado.
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