Así nos sentimos, hartos/as de reuniones europeas, de primas de riesgo, de Consejos de Ministros, del FMI y sus ganas de que muramos jóvenes… hartos/as, a fin de cuentas, de llevarnos todos los palos y que tanto unos/as como otros/as nos traten como tontos/as. Este mes abrimos la publicación Todo Por Hacer con un pequeño texto a modo de editorial, donde presentamos la mayor parte del contenido del periódico e intentamos explicar por qué sentimos que todo lo que está pasando está relacionado entre sí, como si de un círculo vicioso se tratase.
Comienza mayo y no podemos dejar de plantearnos cómo vamos a seguir adelante con este panorama. El paro no deja de crecer, la reforma laboral ha terminado con la seguridad que ya pocos/as tenían de que iban a continuar trabajando indefinidamente. Mientras, las portadas de los periódicos nos hablan de desahucios, morosidad y ajustes, en definitiva, de lo jodidos/as que estamos, de nuestro reducido poder adquisitivo y de nuestras penosas condiciones de vida. Las partidas correspondientes a los organismos que “deberían” velar por nuestras necesidades se reducen drásticamente y en vez de encontrar soluciones, sólo encontramos recortes: 10.000 millones en educación y sanidad sin ir más lejos, con, entre otras medidas, el ya confirmado repago de medicamentos. De la misma manera, vemos una vez más subir el transporte en Madrid, esta vez un 11% de media, pero para nosotros/as desplazarnos es una imposición: tenemos que llegar al trabajo, tenemos que echar currículos y acudir a entrevistas.
Nuestras necesidades quedan relegadas mientras asistimos alucinados/as a una amnistía fiscal para grandes fortunas no declaradas, un guiño más a quien más tiene, a quien amasa fortunas con a saber qué actividades.
El gobierno tiene claro que todas las medidas que están adoptando nos abocan a un presente difícil y que las movilizaciones y los conflictos sociales tienen visos de ir a más. En ese sentido, y con la excusa de la pasada huelga general o de las recientes movilizaciones en Valencia, nos echan un órdago en forma de reforma del Código Penal, a base de titulares de prensa: nuevas fórmulas de atentado a la autoridad, el castigo de la convocatoria por internet de movilizaciones que degeneren en violencia (no sabemos de qué tipo), aumentos de pena del delito de desobediencia de cara a facilitar la utilización de la prisión preventiva…
Así nos quieren, encerrados/as, calladitos/as, en casa frente a la tele o encarcelados/as, lo mismo da. Mientras tanto seguirán haciéndonos la vida imposible, imponiéndonos la necesidad de un dinero que no podemos conseguir. Y nosotros/as, malviviendo. ¿Hasta cuándo?
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