Estamos ante otro ejemplo más de la situación de verdadera guerra laboral a la que nos enfrentamos, que, desde luego, viene exigiendo (y desde hace ya demasiado tiempo) al movimiento sindical tomar acta y realizar cambios profundos en cuanto a las formas organizativas y los métodos de lucha. En esta ocasión, según informa El País, la aerolínea Ryanair ha obligado a la totalidad de la plantilla de su base en Girona a asumir la conversión de sus contratos de fijos a fijos discontinuos. Usando el ERE como Espada de Damocles sobre los puestos de trabajo de sus 160 empleados envió los nuevos contratos que la mayoría de la plantilla se vio obligada a aceptar sin condiciones.

¿Qué defensa sindical se puede hacer con la legalidad vigente, con las Reformas Laborales que se vienen sucediendo y con un despido laboral de facto que le sale cada vez más barato a la patronal incluso cuando es improcedente? ¿Quién puede dudar de que vivimos de hecho en una dictadura laboral? Solo a quien le interesa… negarlo.
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