La industria aérea, el sector más dinámico de las empresas turísticas, pionera en procesos, sistemas de gestión y nuevas tecnologías, ha vivido cambios cada vez más rápidos en el último lustro, con la aparición de nuevos modelos de negocio para adaptarse a nuevos escenarios y las preocupaciones por la seguridad aérea y la sostenibilidad.
El año 2014 marcó el final de la crisis y, para la industria aérea, fue el punto de partida de nuevos modelos de negocio y tecnologías para readaptar su operación a otros entornos comerciales y a un nuevo perfil de pasajero, con nuevas necesidades y patrones de consumo, más enfocado al precio y de alto perfil tecnológico. Ha sido, por otra parte, un quinquenio marcado por el enfoque en la seguridad, y la sostenibilidad económica y medioambiental.
Nuevos modelos de negocio
Tras la crisis, una nueva tendencia irrumpió con fuerza en la industria aérea: los modelos de negocio híbridos invadiendo las rutas de corto y medio radio, con las low cost agregando servicios propios de las tradicionales y las compañías de red ofreciendo tarifas básicas sin servicios y un solo bulto de equipaje. Este nuevo concepto optimiza los costes de las compañías tradicionales y los servicios de las low cost.
El low cost cruza el charco
Siempre se había advertido de que el modelo low cost no podía ser llevado al largo radio porque algunas de las más importantes ventajas de este modelo en el corto radio, desaparecen en el largo, especialmente la alta rotación de la flota. Sin embargo, un factor que ha permitido la operación en el largo radio ha sido el lanzamiento de nuevos aviones mucho más eficientes como el Boeing 737-800 y el aún en tierra 737 MAX, modelos de fuselaje estrecho y un solo pasillo, pero con mayor alcance, que permiten operar rutas de largo radio con mayor flexibilidad y menores costes.
La incursión de las low cost en el largo radio ha puesto nerviosos a algunos grandes grupos europeos, ante la posibilidad de que el impacto pueda ser similar al que tuvieron en el corto y medio radio, y están impulsando sus propias filiales en este mercado. En España, la gran batalla se inició en junio de 2017, entre dos propuestas muy similares y diferentes a la vez: Norwegian vs Level.
Así como las aerolíneas low cost han transformado los viajes aéreos en las últimas dos décadas en el corto y medio radio, haciendo un vuelo casi tan barato como un viaje en autobús para millones de viajeros, vuelven a democratizar ahora los vuelos intercontinentales haciendo accesible el viajar a otras regiones del mundo a personas que ni siquiera soñaban con hacerlo.
Seguridad aérea
En cuanto a seguridad aérea, el lustro ha sido muy convulso para el sector de la aviación comercial. Lejos de flexibilizar el control de líquidos, aerosoles y geles (LAG), tras los ataques terroristas al Aeropuerto de Bruselas en marzo de 2016, la UE modificó el código de fronteras espacio Schengen para introducir controles obligatorios a todos los viajeros, incluidos los ciudadanos europeos, que crucen las fronteras exteriores por tierra, mar y aire, tanto de entrada como de salida, con medidas de control especiales y que, en temporada alta de verano, generaron colas y retrasos de hasta dos y tres horas en los principales aeropuertos comunitarios. En los aeropuertos frontera españoles -Madrid, Barcelona, Girona, Palma de Mallorca, Alicante y Málaga-, las medidas tuvieron especial impacto ya que el Ministerio del Interior debía establecerlos con un incremento de los sistemas tecnológicos y refuerzo del personal de control y policial.
Fallos en la cadena de seguridad
A pesar de todos los protocolos existentes, en los últimos años han ocurrido seis siniestros aéreos traumáticos, misteriosos o amenazantes, teniendo en cuenta que sus causas y circunstancias tomaron por sorpresa al sistema, asestando un duro golpe a la seguridad aérea: el vuelo MH370 de Malaysia Airlines, desaparecido en marzo de 2014, cuando viajaba de Kuala Lumpur a Beijing con 218 personas a bordo. Solo parte de sus restos fueron hallados en el océano Índico un año y medio después. El vuelo MH17, de la misma compañía, derribado en julio de 2014 en Ucrania, con 298 personas a bordo, por un misil ruso BUK cuando cubría la ruta entre Ámsterdam y Kuala Lumpur.
El vuelo 4U9525 de la low cost alemana Germanwings, del Grupo Lufthansa, operado con un Airbus A320, estrellado en marzo de 2015 en los Alpes franceses, en una acción deliberada de su perturbado copiloto, en la ruta entre Barcelona y Düsseldorf, con 150 personas a bordo.
El vuelo 7K9268 de la aerolínea rusa MetroJet (Kogalymavia), operado por un Airbus A321, se precipitó a tierra en octubre de 2015 en la Península del Sinaí, con 224 personas a bordo, tras estallar en pleno vuelo por algún explosivo 22 minutos después de despegar de la turística localidad egipcia de Sharm El Sheikh, Mar Rojo, con destino a San Petersburgo. Más recientemente, los accidentes de Lion Air y Ethiopian Airlines y el episodio de la parada global de los MAX 8 y 9 en servicio en todo el mundo, en cuyo errático software se han descubierto fallas en el proceso de certificación.
Tales siniestros están obligando a mejorar los procedimientos y tecnologías de rastreo de aeronaves, y la aplicación de protocolos.
Fuerte demanda y crecimiento
En 2018, el tráfico mundial de pasajeros superó los 4.300 millones en vuelos regulares, según el regulador de la aviación mundial. Europa ha registrado el segundo mayor crecimiento con el 6,7% y fue el mercado internacional más grande, con el 37% de participación. Las low cost transportaron 1.300 millones de pasajeros, aproximadamente el 31% del total de viajeros en vuelos regulares.
Para los aeropuertos españoles el crecimiento también ha sido una constante durante los últimos cinco años: 2014 con más de 195,8 millones de pasajeros (+4,5%), 2015 con más de 207,42 millones (+5,9%), 2016 con más de 230,2 M (+11%), 2017 con más de 249,2 M (+8,2%) y 2018 con más de 263,7 M (+5,8%), aunque como puede apreciarse en las tasas de crecimiento, éste se ha ido ralentizando. A nivel continental, España se ha consolidado como tercer mercado aéreo y cinco de sus aeropuertos han entrado en el Top 30.
Quiebras y consolidación
En 2017 comenzó una nueva ola de quiebras con tres importantes compañías europeas en rápida sucesión: Monarch, airberlin y Alitalia. Al siguiente otoño, en temporada baja, varias aerolíneas más pequeñas fracasaron: la low cost danesa Primera Air después de anunciar una ambiciosa expansión y vuelos de largo radio, incluso desde España; Cobalt Air de Chipre, Azur Air de Alemania, Small Planet Airlines de Lituania, Swiss SkyWork y Wow Air.
A esta larga lista de quiebras de aerolíneas en Europa, especialmente en el segmento de las low cost, se sumó la de Germania Airline, compañía alemana que colapsó porque no pudo obtener financiación después de un año difícil que incluyó altos precios del combustible, debilitamiento del euro frente al dólar, retraso en la entrega de flota y mantenimiento inesperado de aeronaves. No obstante, varios de estos fracasos han provocado una nueva etapa de consolidación en la industria aérea europea, en la que los cinco grandes grupos –Lufthansa, Ryanair, IAG, Air France KLM y EasyJet- por primera vez superan el 50% del mercado.
Cambio de ciclo
Tras alcanzar picos de tráfico, ingresos y beneficios en 2016, comienza a vivir un cambio de ciclo, que se inició muy lentamente en 2017 y se hizo más evidente en 2018 por la confluencia de factores como el alza del precio del combustible y mayores gastos de personal que han elevado sus costes operativos, en un entorno de feroz competencia, bajas tarifas y sobreoferta. A ello se suma el incremento de las tasas de interés y la ralentización de la economía -especialmente en la zona euro-, coincidentes con la incertidumbre en torno al Brexit.
Impacto de la aviación comercial
Si la aviación fuera un país, sería la 20ª economía más grande del mundo, aproximadamente del tamaño de Suiza o Argentina.
El sector del transporte aéreo genera 65,5 millones de empleos, aporta 2.700.000 millones de dólares a la economía global y transporta al 57% de los turistas de todo el mundo; según el último informe presentado por el Grupo de Acción del Transporte Aéreo (ATAG). 1.303 aerolíneas vuelan 31.717 aviones en 45.091 rutas entre 3.759 aeropuertos en el espacio aéreo, gestionado por 170 proveedores de ATM (air traffic management). Los empleos de la aviación son un promedio de 4,4 veces más productivos que los trabajos en otros sectores. Cada año, la industria aérea transporta de manera segura a más de 4.000 millones de pasajeros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario