Hemos alcanzado un máximo histórico de trabajadores en España. La afiliación media a la Seguridad Social superó el pasado mes de junio los 19,5 millones de ocupados, en concreto 19.517.697. Sin embargo, esta se alcanza gracias al empuje de la temporada veraniega, buena época para el empleo en un país como el nuestro, totalmente dependiente del sector servicios y de lo que ello supone: la más absoluta temporalidad. El 91% del total de contratos firmados fueron temporales.
Pero independientemente de esta temporalidad, es preocupante ver como la relevancia en el empleo que han ganado los servicios la han perdido otros sectores, como la Construcción (6,5% en 2019 y 13% en 2007), que experimentó durante la crisis una gran pérdida de empleo tras reventar la burbuja inmobiliaria, pero también la Industria (12% y 14%, respectivamente). En el caso de la agricultura, los porcentajes están alrededor del 6% en ambas fechas. Estamos dejando nuestra economía en manos de un sector tan voluble y estacional como es el de los servicios.
Pero como decimos, el peor problema de nuestros trabajadores es que el 91% del total de contratos firmados fueron temporales (1.834.852), frente a los 174.159 contratos indefinidos. Además, descendieron los contratos firmados en junio. Sumaron un total de 2.009.011, un 2,27% menos que en el mismo mes del año anterior, con una mayor caída de los contratos indefinidos (-9,75%) que de los temporales (-1,5%).
El responsable federal de Empleo de Izquierda Unida, José Antonio García Rubio, advierte que “aunque estos datos sitúan el desempleo y la afiliación a la Seguridad Social en resultados cuantitativos previos al inicio de la crisis, la desaceleración en la creación de empleo y la baja calidad del creado son evidentes”.
España alcanzó su récord de trabajadores en base a contratos que tienen una duración semanal, ni mucho menos de temporada, y eso cuando el contrato se llega a formalizar. ¿Puede la temporalidad estacional hacernos creer que la economía de los trabajadores españoles está en su mejor momento? Pues parece que sí, por como se vende.
García Rubio destaca que “a pesar de las sucesivas reformas tan aplaudidas por la derecha política y empresarial, la economía sumergida se mantiene como una de las grandes lacras del mercado laboral, algo que reconoce hasta Antonio Garamendi, presidente de la CEOE”.
José Antonio García Rubio considera que “es necesario que las políticas sobre las relaciones laborales sean objetivo prioritario inmediato para cualquier gobierno progresista que tenga una perspectiva estratégica para llevar a cabo un cambio profundo del modelo productivo. Consideramos que esto se debe empezar a definir y concretar ya mismo”.
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